Mientras que ahora pensamos y trabajamos para el “aquí y ahora”, los que nos legaron las bases de Europa trabajaban “para siempre”. Fueron capaces de evolucionar la sociedad del mito a la razón culminando en la ética socrática. Los clásicos no disponían de nuestros avances, pero supieron estudiar al ser humano con una profundidad de la que nos seguimos admirando