La familia de una menor que ha sufrido acoso escolar reclama a un colegio de Bilbao 150.000 euros como indemnización por las graves secuelas psiquiátricas y físicas que le ocasionó esa situación, al considerar que el centro educativo no actuó para atajar esas agresiones.
La abogada Celia Larrocea del bufete JRY, la demanda ya presentada es tan elevada –la más alta solicitada en el Estado por un caso de acoso escolar–, "por los graves padecimientos psiquiátricos que le han ocasionado" a la niña, que acumula numerosos intentos de suicidio y cuya vida quedará "totalmente afectada con secuelas psicológicas y físicas".
El acoso comenzó en el curso 2022-2023 cuando la niña, que a día de hoy tiene 15 años, estaba en segundo de ESO. Compañeros de su clase le sometieron a "vejaciones, humillaciones e insultos", "le dejaban aislada". Además, sufrió reiteradas agresiones físicas, tanto dentro del colegio como fuera de él.
"Era un caso de acoso escolar de libro", ha advertido la letrada. La familia de la niña constató que algo le pasaba. Esos ataques "iban haciendo mella en ella" y le notaban muy alterada emocionalmente, hasta que fue diagnosticada de un cuadro ansioso depresivo, por lo que comunicaron al colegio lo que estaba ocurriendo.
Sin embargo, éste "desoyó el problema y no actuó en tiempo y forma" para proteger a la víctima y "atajar de raíz el problema". Los colegios tienen protocolos que indican cómo actuar y que prevén investigar lo ocurrido y otras medidas como cambiar de clase a los afectados o procesos de mediación, que en este caso no se emplearon y que, "podían haber frenado los perjuicios del acoso en la niña".
Las víctimas del acoso escolar
"Cuando un menor está siendo acosado, se nota", ha asegurado la abogada, que reprocha al centro que no lo viera y no activara el protocolo de inmediato.
La niña tuvo que comenzar tratamiento con una medicación muy fuerte y sufrió varios ingresos hospitalarios, por lo que su familia solicitó al centro continuar la escolaridad mediante enseñanza domiciliaria, medida con la que ha logrado terminar sus estudios de ESO. Sin embargo, sigue padeciendo a día de hoy graves secuelas de salud.
El último intento autolítico de la menor fue el pasado mes de abril. También han sufrido mucho los padres, en tratamiento psicológico, ha constatado la abogada. "El acoso escolar no solo tiene una víctima, sino que tiene muchas porque toda la familia sufre", al ver la angustia del menor afectado, ha explicado.
La responsabilidad de los colegios
Larrocea ha recordado que en 2004 un juez condenó a un colegio concertado religioso de Bilbao a pagar 40.000 euros a una familia por no actuar ante el acoso escolar sufrido por su hija cuando tenía 5 años, en un caso que también llevó su despacho.
En esa sentencia, el juez reprobó al centro que hubiera actuado "como un mero espectador" del acoso a la niña y por no haber intervenido.
"Considero que en este caso la responsabilidad es aún mayor por las graves secuelas que puede tener de por vida la menor, que acumula intentos de suicidio", razón por la que se solicita 150.000 euros al colegio, en concepto de responsabilidad civil extracontractual y por los daños a la niña, ha argumentado.
"El acoso escolar es un lacra y es una pandemia, y posiblemente siempre habrá acosadores pero los cetros educativos deben saber detectarlo y actuar rápidamente para proteger a la víctima; es su responsabilidad", ha concluido