DESPECHAO me quedé sobre la toalla tras abrir el oído para saber de las canciones más en boga al toparme con un tal Quevedo, que no es el escritor conceptista, y una ristra de artistas del dembow, dancehall, raggamuffin y trap, bajo el manto del reguetón, que para gustos los colores. Atrás queda aquel fenómeno de antaño que se viralizaba en cada barraca y chiringuito estival donde ahora la queen es la Rosalía, que hasta te pueden dar Las 12, de Ana Mena, sin querer dejar de escucharla. Ambas forman parte de este vibrante verano en Euskadi donde nuestra oreja –incluido el grupo donostiarra– nos lleva a mover caderas, enamorarnos, emocionarnos y, raramente, disgustarnos a golpe de acontecimiento musical. Más aún si, como canta Amaia Romero, te dicen Yo invito, y no les digo nada si lo hacen al Diluvio de Tanxugueiras, que baten récord de ventas y asistentes allá por donde pasan. Nos visitaron Camilo, Yatra y Alejandro Sanz; lo harán, entre otros, Patti Smith y James Taylor; te puedes quitar años con Dani Fernández y echártelos con Fórmula V; gritar Viva Suecia o quedarte prendado de la cantaora María José Llergo, ganadora de un Goya y nueva pretendiente de los eurofans; recordar viejos tiempos con Celtas Cortos o un tributo a la Pradera, y disfrutar de los nuevos con Ainoa Buitrago y Bulego. E incluso quedarte con ganas de que suene la voz de Franco... la banda disco punk. Hay vida más allá de Fito.

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