Llamarse Juan y querer que le llamen Jon, no es por ser “cateto”, ni por tratar de perder posibilidades de empleo y/o derechos a ayudas, tal y como usted ha indicado, y que de ser cierto, sus compañeros de partido en el País Vasco, debería investigarlo y denunciarlo, si encuentran prueba de ello. 

Más allá de que cada uno, cada una, tiene el nombre que sus padres, quisieron ponerles, en el caso del País Vasco, y durante la dictadura, esos aitas, no pudieron poner a sus hijos nombres en euskera. A quienes ya los tenían puestos y registrados con anterioridad al golpe militar de Franco, les obligaron a cambiarlo por otro en castellano, o “en cristiano”. Una vez terminada la guerra, “alguien” dio orden de que en las actas de nacimiento de los Registros Civiles, anteriores “a su guerra”, se tacharan los nombres en euskera, poniendo el nombre en castellano.

Gabinete de escucha

Durante la dictadura existió en el País Vasco el llamado “gabinete de escucha”, dependiente del Gobernador Civil, que de forma permanente estaba escuchado lo que se decía por la Radio, y si, entre otras cosas “prohibidas”, se citaban nombres en euskera, el locutor o redactor correspondiente era sancionado.

Cuando se quería dar la noticia de un fallecimiento por la Radio, había que decir el nombre en castellano, aunque la persona fallecida, durante toda su vida, hubiera sido conocida por su nombre en Euskera.

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O como pasó en 1957, con motivo de una colecta para reunir dinero a favor de las victimas de las inundaciones de Valencia, una persona, al hacer la donación, puso su nombre en euskera, y le impusieron una multa de 500 pesetas, por utilización de “apodos”, y apareció en las listas de sancionados por gamberrismo que semanalmente publicaba el entonces Gobernador, don Genaro Riestra, y que se “publicitaban obligatoriamente” en todos los medios de comunicación, para general conocimiento y “escarmiento”.

Tal vez usted no sepa nada de esto ni de otras cosas que pasaron, y que tal vez sean el verdadero motivo por el que un tal Juan, quiera que se le llamen Jon, y no por ser un “cateto”. Por favor, piense, antes de hablar de cosas que, tal vez, no sabe.