“Solo tengo 36 centavos en el bolso pero le prometo que, si me ayuda, le pagaré en cuanto pueda”. Sin saberlo y solo armada de valor, con su blanco vestido de Ives Saint Laurent manchado con su propia sangre y la cara amoratada, la frase fue el salvoconducto hacia la libertad que Tina Turner alcanzó a pronunciar al recepcionista de un pequeño hotel de Dallas tras recibir la última paliza de su marido, el músico, pionero del rock y productor Ike Turner. Fue su pasaporte para una nueva vida marcada por los abusos, el maltrato y la semiesclavitud desde que a los 17 años conociera a Turner, que la agasajó con abrigos de piel, vestidos y coches de lujo tras fijarse en ella en un club de San Luis cuando la invitó a cantar.

Del abandono al abuso

Anna Mae Bullock, nació en 1938 en Brownsville, Tennessee donde su padre trabajaba como supervisor en las granjas de las carreteras. Tina recordó en alguna ocasión haber recogido algodón de niña, cuando cantaba en el coro de la iglesia baptista de Spring Hill, en Nutbush. Con apenas 11 años, su madre escapó a San Luis huyendo de la relación abusiva de su padre que años después, Tina reproduciría en su propia carne. Junto a sus hermanas, fue enviada a vivir junto a su abuela y una noche, en uno de los clubs de la ciudad, vio actuar en directo a Ike Turner and The Kings of Rhythm. El músico, carismático y con un desarrollado olfato para los negocios, vio en Anna Mae una joven promesa a la que fichó para el grupo, compró ropa, llevó al dentista por primera vez en su vida y la acogió en la casa que compartía con el resto de la banda junto a un grupo de admiradoras. Con 16 años, Anna Mae vio abrirse a sus pies un mundo nuevo tras haber sufrido el abandono familiar y la pobreza.

Pronto descubriría que quien pasaba por su mentor se convertiría en su abusador durante décadas. Dos años después quedó embarazada de un miembro del grupo, el saxofonista Raymond Hill, que la abandonó antes de nacer el bebé. Ike, en otra maniobra de tener a todo su grupo bajo su mando, se casó con Anna Mae mientras mantenía relaciones sexuales con la suerte de harén en el que se había convertido su cohorte de fans. “El sexo era una forma de control”, dijo Tina Turner años después.

El año pasado se cumplieron sesenta años de la boda que protagonizaron en Tijuana y de aquella triste noche de bodas en la que Ike llevó a Tina a ver un espectáculo de sexo en directo. Pero el miedo ya se había instalado en ella antes casarse y el matrimonio solo sirvió para sellar lo que en realidad era para Ike un negocio más. Le cambió el nombre por Tina Turner, a lo que ella se negó y que le valió la primera paliza con la horma de un zapato de madera, después la violó.

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Tina Turner muere a los 83 años: su vida en imágenes

Fama, violencia y apellido

Ike era el jefe, el socio y un marido violento y controlador que solo vio en Tina la gallina de los huevos de oro por su enorme talento y su fuerza arrolladora. Un huracán en el escenario que se empequeñecía en la intimidad de la casa donde Ike, adicto a la cocaína y el crack, instauró su particular régimen del miedo.

Ike, a quien conoció en 1958 y que le dio su apellido y una plataforma hacia la popularidad, fue el artífice de su infierno personal mientras la fama crecía y los abusos también. Tina Turner ha recordado en ocasiones como cantaba en la época de mayor fama del dúo Ike & Tina en los años 60 tragando su propia sangre por los golpes en la nariz o en las mandíbulas. Ella generaba la gran parte de los ingresos pero él administraba todo el dinero, siguieron viviendo en una especie de secta con los amigos de Ike, el hijo que tuvieron juntos y los otros dos hijos del músico junto al eterno séquito de seguidoras con las que Ike mantenía relaciones sexuales sin esconderse.

Tina Turner sobrevivió a años de maltrato y a la ruina económica Archivo

En 1968 Tina intentó suicidarse para después refugiarse en el budismo que se convirtió en el “médico de mi alma”. La artista denunció los malos tratos que había sufrido en una entrevista en People en 1980, un testimonio que detalló seis años después en la autobiografía “Yo, Tina”. Escapó de su matrimonio tras la pelea en la limusina de Dallas en 1976 para huir y recalar en aquel pequeño hotel de la autopista y con lo puesto. Sin dinero y sin casa, fue acogida por amigos para que Ike no pudiera encontrarla. Fue el principio de su nueva vida y enfrentar un proceso de divorcio en el que solo peleó por su nombre artístico y así, mantener el apellido de su ex marido que, pese a todo, le había dado la fama con la que empezaría otra vez con cuarenta años. Era una Turner pero ahora el control lo tendría ella.

“Viví una vida de muerte. No existía. Pero sobreviví”

Tina Turner - Cantante

Su talento y presencia artística se impusieron a la ruina económica y a una trayectoria musical en declive gracias a su enorme capacidad de trabajo, el apoyo de amigos como David Bowie y una incuestionable aptitud natural. Fue el momento de los súper ventas con el tema What’s Love Got to Do With It?, por el que recibió dos Grammy y un nº 1 de Billboard, el disco Private Dancer, las giras, su aventura como actriz en la saga de Mad Max y su biografía cinematográfica interpretada por Angela Basset. Fue la redención musical y humana de la artista que ha servido de inspiración a miles de mujeres.

Y con la paz, las tragedias

Ike Turner murió en California por una sobredosis de cocaína en diciembre de 2007 a los 76 años, no tenía contacto con Tina desde hacía más de 35 años. El pasado diciembre falleció Ronnie, el hijo de ambos, aumentando las tragedias en su vida después de que en 2018, su primogénito, Craig Raymond Turner, fruto de su relación con Raymond Hill se suicidara a los 59 años. Tras una vida llena de gloria y bajadas a los infiernos, la gran reina del rock vivía retirada de los escenarios junto a su marido, el productor Erwin Bach, que le donó un riñón en 2017 tras sufrir un cáncer intestinal. Tina y Erwin residían en el castillo Chateau Algonquin, a las orillas del lago Zurich, en Suiza y donde en la entrada reza en alemán e inglés: “Antes de las 12:00 am no llamen al timbre ni hagan entregas. Gracias”. Allí llevaba viviendo más de veinte años con el hombre que le dio la paz. “Viví una vida de muerte. No existía. Pero sobreviví”, admitió quien, con 83 años, era un mito. Una superviviente de los escenarios y de su propia vida. 

Personal

Nacimiento: 26 de noviembre de 1939

Lugar: Brownsville, Tennessee

Familia: Madre de cuatro hijos, de los que solo viven dos. Al primero de ellos, Craig Raymond Turner, le tuvo con 18 años, en 1959. Desde hacía 40 años estaba casada con el productor musical, Erwin Bach, 16 años menor que ella.

Trayectoria: A finales de los 50 entró en la banda de Ike Turner. En el año 1966 llegaron a ser los teloneros de los Rolling Stones. Algunos de sus mayores triunfos fueron en los 70 con Proud Mary o Nutbush City Limits. Tras la separación, en 1984 grabó su disco, Private Dancer, con temas como What’s Love Got To Do With It, Better Be Good To Me o el propio Private Dancer. En 1985 volvió a las listas de éxitos con el tema de la película Mad Max, Beyond Thunderdome o We don’t Need Another Hero. En 1989 publicó uno de sus temas más emblemáticos y populares, The Best, una versión del hit que la galesa Bonnie Tyler había lanzado un año antes.