EL Inster responde al paradigma del utilitario moderno. Eso implica, por una parte, mantener unas proporciones contenidas que propicien callejear con soltura. Supone, además, asumir el hegemónico diseño SUV y el método de impulsión eléctrica. Hyundai cumple a la perfección estos requisitos y desarrolla un automóvil idóneo para quien desea un vehículo ligero, versátil y bastante asequible. Su nueva creación resulta idónea para urbanitas con estilo y para familias que buscan un segundo coche para el día a día. Propone dos variantes de motor y batería -97 CV/42 kWh y 115 CV/49 kWh- con hasta 370 km de autonomía. El Inster se puede adquirir por un mínimo de 22.780 €, importe que incluye el cargador doméstico ya instalado; el descuento adicional por financiación y la subvención derivada de una hipotética reactivación del Plan Moves pueden dejar ese desembolso de acceso por debajo de los 15.000 euros.
El arraigo de la electrificación plena pasa por que el público se persuada de sus ventajas. Sin duda las tiene, aunque todavía van acompañadas de no pocos inconvenientes. Las grandes berlinas, los SUV e incluso los turismos de talla media movidos a batería tropiezan –cada vez menos, hay que reconocerlo– con los mismos problemas: precio de adquisición elevado y limitaciones de uso (autonomía y recarga). En cambio, esas trabas tienden a desaparecer en la nueva generación de eléctricos compactos, de la que el Inster es un digno representante.
El candidato de Hyundai reclama un desembolso inicial algo superior al que exige un utilitario convencional, pero lo compensa con costes de utilización muy inferiores. Se mueve sin restricciones por cualquier escenario, con grata agilidad en ciudad y con relativa desenvoltura en carretera. Promete un alcance máximo de 370 km con una carga completa de la batería (más de 500 si son trayectos urbanos), que es más de lo que recorren muchas personas en los cinco días laborables. Si no se utiliza el punto de carga en casa puede reabastecerse en estaciones públicas de todo tipo; una de 120 kW repone el 80% del contenido en media hora y en 12 minutos procura la energía suficiente para cubrir 100 km.
Con estas cualidades, el modelo tiene posibilidades de convencer a esa parte del público predispuesta a dar el salto a la movilidad eléctrica, siempre que sea sencilla y práctica. Plantea una solución perfecta para personas que transitan asiduamente por ciudad y realizan desplazamientos interurbanos, especialmente si su domicilio o garaje permiten la instalación del punto de suministro que la marca ofrece gratuitamente.
Más allá del poder de persuasión de estos argumentos, la nueva propuesta a pilas de Hyundai juega la baza emocional con un diseño desenfadado y singular, que gana puntos contemplado en vivo. El equipo creativo del proyecto Inster aceptó el reto de idear un automóvil pequeño por fuera y grande por dentro. La eterna utopía. No obstante, contemplando el resultado, se diría que ha rozado el éxito en una misión a priori imposible. El utilitario presenta una llamativa hechura SUV de talla S. No llega a los cuatro metros de largo (3,82), y es muy estrecho (1,61) para su altura (1,57); la batalla (2,58) supera a la de modelos de mayor tamaño.
A la vista de esas proporciones sorprende su gran habitabilidad. La cabina del Inster acoge sin demasiadas apreturas a cuatro adultos de buen tamaño; van hombro con hombro pero gozan de un inusitado desahogo por la distancia al techo. Pueden viajar acompañados de equipaje, que encuentra sitio en un maletero cuya capacidad varía (de 238 a 351 litros) desplazando longitudinalmente las plazas traseras (16 cm) para dejar más o menos sitio a las piernas o a los enseres. Todos los respaldos se pueden abatir a fin de facilitar el embarque de grandes bultos (cabe una tabla de surf). Renunciando a las plazas posteriores se obtiene un cofre de 1.059 litros con piso plano.
De su estampa robusta llama la atención un poderoso semblante estructurado en tres niveles. Abajo luce un rotundo paragolpes con boca inferior a modo de falsa toma de aire. Sobre él aparece un friso intermedio de fibra oscura con los grupos ópticos como ojos redondos. Corona el conjunto una estrecha franja horizontal negra que integra la iluminación diurna de diodos (parecen las cejas de los faros) y el emblema de la marca. La no menos imponente zaga reproduce ese diseño a capas y separa las luces de posición y antiniebla de las de freno, ubicadas en la parte inferior del parabrisas. El perfil del modelo revela unos pasos de rueda remarcados y grandes puertas para facilitar el acceso a bordo.