Cuando el sol se cuelga del cielo de las ciudades por los caprichos del calendario calentando el asfalto y asoma el momento de las vacaciones, los que tienen una casa o un piso en la costa vizcaina juegan con ventaja: tienen un refugio donde esconderse aunque sigan trabajando. Y poseen un tesoro si además tienen posibilidad de ponerlo en el escaparate del alquiler temporal, que en esa época toma la apariencia de mostrador de heladería artesanal donde, ante la variada oferta, el tiempo se detiene para escoger el sabor más apetecible y el precio se abona sin rechistar.

Un piso en Mundaka entre el 14 y el 27 de julio para seis personas a 200 metros de la playa, con vistas top a Laidatxu por 6.830 euros es la cifra más alta en una búsqueda realizada esta semana por DEIA. El piso consta de tres habitaciones y dos baños, que es el estándar utilizado en las búsquedas. Por comparar, un apartamento en Cádiz a 800 metros de la playa sale a 2.799 euros este mes y 3.769 euros entre el 27 de agosto y el 9 de septiembre. No hay más disponibilidad.

El precio del piso de Mundaka admite lecturas que minimizan el impacto: 525 euros al día, 88 euros por persona durante las 13 noches de estancia y además siempre está la opción de aumentar la asistencia ya que de salida hay camas para siete personas, pero siempre se puede recurrir al sofá o una colchoneta en el salón.

Los cálculos y la valoración –¿Es caro, ajustado o barato? ¿Merece la pena el desembolso?– en cualquier caso chocan con una realidad irrebatible, los propietarios de ese inmueble cobrarán en 15 días casi cuatro veces más que un salario medio mensual en Euskadi (1.752 euros). Y otro chapuzón en la realidad de caja registradora del alquiler vacacional, ese piso solo está disponible ya este verano para esos quince días. El resto ya tiene dueño en porciones de semanas o días sueltos. Y puede que al leer estas líneas la oferta haya volado. De hecho, en algunas búsquedas la web especializada advierte de que hay fechas en las que los pisos ofertados están ocupados en un 96%.

Un piso en este edificio de Mundaka, con vistas a Laidautxu, roza los 7.000 euros por quince días. Borja Guerrero

El fenómeno que se vive prácticamente todo el año en Bilbao y en su área metropolitana de influencia se traslada con fuerza a la costa en estos meses estivales. Urdaibai, Kostaldea en general, es la campeona con diferencia. Por el precio y por el entorno, que se alimentan y se buscan con enorme facilidad.

No hay una estadística oficial que mida la dinámica, pero en la búsqueda online de ofertas de pisos, llama la atención que un duplex con vistas al puerto de Plentzia suponga un desembolso de 2.080 euros entre el 16 y el 29 de junio. Se trata también de un apartamento de tres habitaciones para seis personas. Justo la mitad que un alquiler en Sukarrieta (4.065 euros) a 200 metros de la playa esos días y 3,5 veces menos que el piso de récord de Mundaka.

Sorprende la diferencia sobre todo porque hay una variable diferencial, el Metro, que facilita la visita a Bilbao en el caso de la localidad plentziatarra, como ocurre con Getxo o Sopela, donde los precios son en general más templados.

Pocos pisos disponibles

El apartamento de Sukarrieta, en todo caso, mantiene un precio estable todo el periodo estival, en el que también tiene varias semanas ya reservadas. En cambio, en Mundaka hay un alojamiento a 400 metros de la playa que ofrece la última quincena de junio a 3.309 euros –también para seis personas– y eleva el precio hasta los 5.767 euros las dos semanas posteriores, ya en julio, durante toda el verano. La estancia pasa de 255 euros por noche a los 443 euros por exigencias del guión de los ritmos vacacionales.

Vivienda turística en Mundaka. Borja Guerrero

En este último caso ya no hay fechas disponibles hasta septiembre y la cotización no baja. Cosas de la temperatura y sobre todo de las necesidades a un lado y otro de la línea que separa a los propietarios de los clientes.

Volviendo a los destinos de costa del entorno de la Ría, Getxo es un cóctel perfecto de playa, ocio ligado a la hostelería y proximidad a Bilbao, que se supone es una cita ineludible para los veraneantes, máxime para los extranjeros, que en estas fechas suponen algo más de la mitad de los viajeros.

Eskuinaldea

Cerca del Puerto Viejo y a 12 minutos andando de Arrigunaga, un apartamento de 65 metros con camas para cuatro personas cuesta 2.210 euros en la primera quincena de septiembre, la primera fecha disponible. En su caso, el precio no varía durante todo el verano. En las inmediaciones de la Plaza San Nicolás de Algorta, un propietario pide 1.750 euros por una semana, del 22 al 29 de este mes –únicas fechas disponibles en todo el verano– por el alojamiento de seis personas en 80 metros cuadrados.

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En el entorno del Puente Colgante, a 300 metros de la pequeña playa de Las Arenas, un piso de 110 metros cuadrados para seis personas sale 2.899 euros la última quincena de este mes, con un descuento del 15%. Solo está disponible esos días y del 30 de junio al 10 de julio por 2.615 euros. En Barrika, el alquiler en la última quincena de este mes de un piso de 75 metros y un baño cuesta 3.356 euros, pero da un salto hasta los 4.337 euros la quincena siguiente.

Son algunos de los precios del alquiler vacacional en la costa vizcaina. Para los que buscan otro tipo de descanso, en Zeanuri hay disponible un caserío por 2.983 euros la quincena y en Gordexola un inmueble similar se sitúa en los 2.235 euros. Los precios se desinflan en temporada baja.