Reelegido por 33 votos frente a 16, Aner Uriarte afronta otra legislatura con la ilusión de redondear su labor haciendo frente a varios retos. Entre ellos, el más importante, la falta de espacio de los juzgados de Bilbao. Mientras tanto, continúa reivindicando la independencia ideológica de los jueces, así como su comprometida labor en la lucha contra la violencia machista.

Hasta un tercer mandato siempre se ve razonable, ¿no es así?

Siempre suele haber un mínimo de dos, y el tercer mandato es opcional. En mi caso dudé mucho y lo que sí hice presentándome fue comunicar que nunca habría un cuarto. Fue por una cuestión personal, para no dudar dentro de cuatro años, si es que era reelegido. Estoy a gusto, hay cosas por hacer y por eso decidí embarcarme.

Denuncia la falta de medios, recursos y juzgados. ¿Quién pierde más con esas carencias?

Siempre hemos tenido reivindicaciones en cuanto a recursos. Tenemos una carga de trabajo muy importante, excesiva en algunas jurisdicciones como en primera instancia, en la jurisdicción civil, y en social. Siempre hemos reivindicado más juzgados. El mal endémico de Bilbao, y está en vías de solución, es la falta de espacio.

Se muestra crítico con la próxima implantación de la Nueva Oficina Judicial en Bilbao.

“Con el expediente digital no va a haber procedimientos en papel. Va a permitir una mayor celeridad”

Me muestro crítico por las experiencias que han vivido los compañeros de otros partidos judiciales. En estos momentos en Euskadi hay 14 partidos judiciales y en 13 de ellos está implantada. Falta Bilbao, el más grande con diferencia. Y hemos comprobado que la organización comporta más inconvenientes que ventajas para los magistrados. Me preocupa cómo será cuando se traslade ese modelo al mayor partido judicial de Euskadi.

En la otra cara de la moneda están las mejoras que acarreará el expediente digital una vez que se implante en todos los juzgados de Bilbao, a partir del 13 de febrero.

Eso es indudable. El Gobierno vasco ha hecho una inversión muy importante y por fin vamos a implantar un expediente digital real. Ya no va a haber procedimientos en papel. Esto va a permitir una mayor celeridad para todos. En Bizkaia la semana que viene se implanta en la tercera jurisdicción, en lo civil. Y luego nos quedan dos semanas para lo penal.

Mencionaba la carga de trabajo en los juzgados. ¿Se ha conseguido recuperar el tiempo perdido durante la pandemia?

El esfuerzo de los compañeros de lo social ha sido importante. Ellos están en una situación mejor que la que hubo en la pandemia, cuando se aplazaron muchísimos juicios. Todavía existe una bolsa de trabajo importante pero el quehacer en cuanto a tendencia de asuntos es mejor.

El 8 de febrero desaparecen las mascarillas del transporte público. ¿Cree que la ciudadanía acataría la implantación de nuevas restricciones de agudizarse la pandemia?

La legislación vigente en materia de sanidad no estaba preparada para una pandemia. Cada comunidad autónoma pedía permiso a la sala de lo contencioso-administrativo del TSJ y las decisiones no tenían por qué ser unánimes. Hay tres estados especiales en la legislación: alarma, excepción y sitio. En la práctica la legislación no es adecuada para responder a una pandemia.

El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, dijo el jueves que el poder judicial está “fallando de forma estrepitosa” en el proceso de normalización lingüística.

No lo comparto. Todos los ciudadanos en Euskadi tienen la posibilidad de que se les atienda en euskera en cualquier tribunal. Se ha hecho un esfuerzo del Gobierno vasco a la hora de asegurar un sistema de traducción y unos cuantos jueces que estamos destinados nos estamos euskaldunizando, entre otros, yo.

¿En qué se basan las sentencias para dar la razón a los demandantes que aspiran a puestos públicos sin acreditar el nivel de euskera requerido?

“Me enfada que se hagan referencias a la ideología del juez sin explicar cómo influye esa ideología"

No he leído las que han salido esta semana. Al final es una decisión judicial que no es firme, que puede ser recurrida. Pero en la que salió en Llodio la jueza valoró que la normativa que exige el conocimiento del idioma cooficial se confrontaba con los derechos que tiene un trabajador y entendió que primaban los derechos del trabajador. Esto no es una realidad extrapolable a cada caso. Los jueces resolvemos el conflicto y tenemos en cuenta todo, sobre todo lo que nos traen las partes al procedimiento.

¿Cuántas condenas se han rebajado con la ley del ‘sí es sí’?

En Euskadi han sido algunas decenas. Parece ser que la posición de las audiencias es clara. Si la pena que se ha impuesto al delincuente sexual con las nuevas horquillas penales resulta inferior, se rebaja. No se ha dado pie a la posibilidad que estableció el fiscal general del Estado en una circular de que se aplicara la norma que aprobó el Código Penal actual en 1995.

Y eso siempre al margen de la ideología del juez.

“El sistema policial y judicial evita muchas agresiones y muertes, aunque no se puedan cuantificar”

Obviamente. Si hay algo que nos enseñan en la escuela judicial es a resolver independientemente de nuestra ideología aplicando la ley. Es una garantía de que a cualquier ciudadano se le puede dar la razón, al margen de contra quién litigue. Me enfada que se hagan referencias a la ideología del juez sin explicar cómo influye esa ideología y qué es lo que se haría con otra. A veces estas críticas se hacen por ignorancia y otras con la intención de deslegitimar a la justicia. Por otro lado, la inmensa mayoría de quien resuelve estas cuestiones son mujeres. En Bilbao, de los 21 compañeros que están en órganos unipersonales de la jurisdicción penal 17 son mujeres y cuatro hombres. No quiero decir que los hombres lo hagan mal, pero no hay diferencia entre ellos.

En el último mes ha habido varios asesinatos por violencia de género. Uno de ellos en Bilbao. ¿Se podrían haber evitado?

Es muy complicado. En Euskadi tenemos 14 juzgados de violencia sobre la mujer que trabajan constantemente. La respuesta policial y judicial que hay contra la violencia sobre la mujer es muy buena. A veces estas preguntas se hacen después de un asesinato horroroso, pero el sistema evita muchas agresiones y muertes, aunque no se puedan cuantificar.

¿Y qué falló en San Francisco?

Hubo varias intervenciones de la Ertzaintza, que lo puso inmediatamente en comunicación, y no tuvimos ninguna referencia al peligro por parte de la mujer asesinada ni por su entorno. Hay que aspirar al delito cero pero en la práctica es muy difícil lograrlo. Y el mensaje de que el poder judicial no protege a las mujeres o de que los jueces son machistas es perverso, puede hacer que alguna mujer que quiera denunciar no lo haga.

El último pleno de Bilbao ha acordado realizar un refuerzo policial para frenar la presencia de armas blancas en las calles.

Vemos con preocupación las noticias que nos transmiten. Nosotros completamos este sistema de protección, pero en esta labor preventiva primero va la policía. Si en sus ámbitos de competencia aumentan sus esfuerzos en esta materia, es bienvenido.

Sin embargo, muchas veces se cuestiona que a estos delincuentes se les manda a la calle nada más ponerlos a disposición judicial, lo que favorece su reincidencia.

“En robos con armas blancas un juez tiene más argumentos para acordar la prisión preventiva”

Actuamos según la ley penal española, que es muy garantista para el delincuente. Es la ley que se asumió por la sociedad. Una medida cautelar de prisión preventiva no se puede adoptar de cualquier forma, se tienen que cumplir una serie de requisitos. Podría abrirse un debate social sobre si la ley es correcta o no, pero si no gusta a los políticos pueden instar al gobierno a reformarla para permitir que los jueces adoptemos medidas más contundentes como la prisión preventiva. En robos con armas blancas un juez tiene más argumentos para acordar la prisión preventiva, porque es un delito con una pena superior que la del robo al descuido.

¿La defensa acérrima de los jueces es inherente al cargo de decano?

Una perspectiva es la interna, pelear por los recursos de los compañeros, y la otra es la representativa. Como decano de Bilbao estoy liberado y no dicto sentencia. En esta representación trato de transmitir que se está decidiendo con arreglo a la ley, para mostrar cómo funciona la justicia, ejercida por personas que nos equivocamos. Y, por otra parte, intento frenar el ataque para que la siguiente vez se pueda resolver con objetividad y sin miedo a la crítica. l