La Cartuja guardará para siempre un hueco en la historia del Athletic. No es para menos. Allí puso fin el conjunto rojiblanco a 40 larguísimos años de sequía con su triunfo frente al Mallorca en una vibrante tanda de penaltis que consagró a Julen Agirrezabala y Alex Berenguer en la noche del 6 de abril de 2024.
En otro decorado, muy distinto al de la Copa como es LaLiga, pero con un adversario con el que puede imaginarse que estará compitiendo al final del campeonato como es el Betis, el equipo bilbaino regresó ayer al lugar en el que hizo felices a tantos y tantos aficionados rojiblancos y quienes regaló un nuevo triunfo, incomparable con aquel, porque aquello fue único, pero que adquiere una vital importancia y sitúa a la tropa de Ernesto Valverde con un pleno de victoria en el arranque de liga. Nueve de nueve. ¿Licencia para soñar?
El Athletic aguanta el tipo en este arranque liguero en el que solo el Real Madrid ha logrado un pleno de triunfos. Cada uno a su manera, con más o menos sufrimiento, pero cuentan en su haber con nueve puntos que les mandan al primer parón del curso con los deberes más que hechos. Y en clave rojiblanca, con una campaña la mar de exigente con su participación en la Champions prácticamente a la vuelta de la esquina, sumar de a muchos en el inicio, antes de que la competición se comprima y apenas deje resquicios para descansar, es una muy grata noticia.
Ya llegarán las primeras derrotas, los empates, que son propios de la competición y resultan inevitables, pero por lo pronto el conjunto bilbaino ha igualado su mejor estreno en los últimos años. Desde la campaña 2009-10, con Joaquín Caparrós en el banquillo, no conseguían los leones enlazar tres victorias en el arranque. Entonces, la racha tocó a su fin en Tenerife. A la vuelta del parón, el Athletic se verá las caras con el Alavés, en el primer derbi de la temporada, en San Mamés. Y luego el Arsenal, casi nada.
El Athletic volvió a jugar en el estadio de La Cartuja 512 días después de conquistar la Copa frente del Mallorca en el mismo escenario. El definitivo gol de Alex Berenguer en la tanda de penaltis de un encuentro celebrado el 6 de abril del pasado año supuso poner fin a una larga sequía de 40 años.
Después de dos primeros partidos en los que el equipo se hizo acreedor de la victoria frente a Sevilla y Rayo Vallecano en encuentros muy disputados, de esos de pico y pala, especialmente el primero, en el que tocó apelar casi a la épica después de que el Athletic se dejara igualar los dos goles de ventaja con los que llegó al descanso, quedaba la duda de ver qué iba a deparar la primera salida del curso y esta no pudo ser mejor: triunfo frente a un rival directo en un partido redondo.
El equipo hizo más méritos que el Betis para llevarse los tres puntos. Y si no dejó el partido visto para sentencia antes fue por su propia incapacidad ante la portería defendida por Álvaro Valles. Iñaki Williams ofreció una imagen mucho más acorde a su nivel que en las dos citas previas, pero no tuvo su tarde más inspirada de cara a gol, le faltó pausa y se marchó de vacío de La Cartuja.
Gran labor defensiva
Los errores en ataque tuvieron una gran respuesta en defensa. Toda la zaga cumplió, a excepción del balón colgado en el tiempo de descuento que Bakambu convirtió en un auténtico golazo. Jesús Areso ofreció sus mejores prestaciones en defensa y aportó profundidad y peligro por banda; como Yuri Berchiche, intratable atrás; o Dani Vivian, que recuperó sus mejores prestaciones tras algunas dudas.
Pero sobresalió por encima de todos Aitor Paredes. A la espera de que se cierre la esperada llegada de Aymeric Laporte, el central de Arrigorriaga ha dado un golpe sobre la mesa en este arranque y se lució en el triunfal regreso del Athletic a La Cartuja. Un campo que guardará para siempre un lugar en la historia del club. Qué bonito es regresar allí donde uno fue feliz.