Diez años después de su puesta en marcha y antes de lo que preveían los analistas, la Fundación bancaria BBK ha alcanzado el objetivo marcado: financiarse íntegramente con ingresos propios, es decir, sin tener que contar con los dividendos de Kutxabank. Además, la obra social tendrá un presupuesto de 53 millones de euros, el más alto de su historia.
Dos noticias positivas que anunciaron ayer el presidente de BBK, Xabier Sagredo, y la directora de Obra Social, Nora Sarasola, en una comparecencia en la que también hicieron balance de la actividad de la Fundación desde 2014. Sagredo recordó que entonces se marcó una “meta clara, pero lejana”, la de garantizar una obra social que no dependiera de los dividendos de Kutxabank. En principio, se situaba ese objetivo entre 2035 y 2040, y destacó “con orgullo” que se ha logrado este “hito relevante” antes lo previsto.
Diversificación
“Ese futuro ya está aquí. En 2025 BBK ya ha cumplido y superado aquel sueño: hemos mantenido el control de Kutxabank, hemos diversificado nuestros ingresos de manera sólida y estable, convirtiéndonos en el principal inversor en empresas vascas de todo el Estado y lo más importante y que más orgullosos nos hace sentir: el futuro de nuestra obra social está más garantizada que nunca”, subrayó.
Las participaciones industriales y los ingresos menores derivados de la actividad propia de BBK serán por tanto el motor de la obra social y el dividendo de Kutxabank podrá destinarse precisamente a la toma de posiciones en otras compañias. La rueda de la financiación gira de forma intensa y refuerza la estructura de cara al futuro sin desatender los compromisos. Se evidencia, a juicio de Sagredo, “la madurez financiera” del modelo de gestión de la entidad y refuerza “su capacidad para impulsar el desarrollo económico, social y cultural de Bizkaia”.
La obra social más alta del Estado
“Una obra social de más de 53 millones, la más alta por habitante de todo el Estado, que pervivirá sin depender de los resultados de Kutxabank”, explicó el presidente de BBK. Del presupuestos global, nueve millones se destinarán actuaciones extraordinarias como la apertura del edificio de viviendas sociales para jóvenes y mayores o del restaurante inclusivo de BBK Kuna.
La madurez financiera de la fundación bancaria refuerza las costuras de un traje que, con el tiempo, ha demostrado tener un diseño impecable. Todo parte de una decisión clave, conservar el control de Kutxabank, lo que obligaba a constituir un fondo de reserva de más de 235 millones de euros. Sagredo destacó que los recursos de los dispone BBK en estos momentos le permiten cuadruplicarlo, “superando los 800 millones”.
Libertad para Kutxabank
De modo que dispone de liquidez para aumentar su cartera de inversiones y da “libertad” al banco de las tres antiguas cajas de ahorros vascas para ganar tamaño si lo necesita o ve oportunidades para hacerlo. Así, explicó que si Kutxabank decide crecer de forma orgánica o comprando otras entidades, BBK tendrá recursos para decidir si sigue controlando el 57% de la entidad financiera.
Por su parte, Nora Sarasola destacó que 2025 cierra su X aniversario en el que han impulsado iniciativas que “reflejan su compromiso con el progreso social, económico y cultural de Bizkaia”. Este año, se han movilizado recursos para financiar desde proyectos de investigación sanitaria hasta grandes eventos culturales e iniciativas vinculadas al medioambiente y la sostenibilidad.
Tras hacer un repaso por las distintas iniciativas, Sarasola indicó que BBK refuerza su compromiso “con una Bizkaia innovadora, inclusiva, culturalmente viva y ambientalmente responsable, consolidando una década de trabajo orientado al bienestar presente y futuro del territorio”.