La Champions League ofrece noches como la de ayer. No todos los días comparece en Bilbao el campeón de la máxima competición continental, una cita grande a la que respondió el Athletic como la ocasión lo requería.
El conjunto rojiblanco no ganó, pero firmó un buen partido, en el que sobresalió la figura de un excelso Unai Simón, y sumó un punto ante el PSG, uno de los mejores equipos del mundo y candidato a reeditar el título, que se celebró casi como una victoria en un San Mamés lleno que disfrutó como lo suele hacer en este tipo de partidos en un ambientazo que acentúa aún más la marca Athletic de cara a los ojos del orbe futbolístico.
Lo mejor: La intensidad del Athetic y las intervenciones de Unai Simón
Ernesto Valverde dijo en la rueda prensa previa al encuentro de anoche que esperaba que su equipo diera la talla ante un gigante como es el PSG y sus deseos se cumplieron, porque el Athletic estuvo a la altura de un partido grande de la Champions para sumar un trabajado y sufrido punto ante el conjunto de Luis Enrique, lo que le permite mantener vivas sus opciones de clasificarse ahora el play-off, para lo cual debe vencer en los dos compromisos que restan de esta fase liga, ante la Atalanta y el Sporting Portugal. Un objetivo creíble si el Athletic vuelve a proyectar un nivel similar al de ayer, sobe todo en la faceta defensiva, liderada por un infranqueable y soberbio Unai Simón, que firmó cuatro intervenciones de mérito para dejar la puerta a cero, un objetivo que ha cumplido en cuatro de los últimos cinco compromisos oficiales –Slavia Praga, Levante, Atlético de Madrid y PSG–, una estadística que retrata la reinventada genética de este Athletic.
El duelo frente al PSG, que exige muchísimo a todos sus rivales, supuso también una buena noticia para jugadores que necesitaban de una noche así para dar un nuevo paso adelante. Mención especial en este caso a Jesús Areso, que había generados dudas sobre el acierto de su fichaje tras un inicio de curso irregular y sin apenas impacto en sus actuaciones. El de Cascante, sin embargo, ha resurgido en los últimos encuentros y frente al equipo parisino se ganó el favor de la masa social athleticzale gracias a unas prestaciones muy notables, tanto en defensa como en ataque pese a lidiar con futbolistas de la clase de Barcola y Kvaratskheila. Areso sobresalió y lo hizo también Adama Boiro, que ha crecido como la espuma en los choques recientes y ayer volvió a rendir a una gran altura, ya que mostró un enorme despliegue físico desde el minuto uno.
Lo peor: La irregularidad de futbolistas que deben aportar ese plus de calidad
El punto y el partido completado ante el PSG dejaron muy buen sabor de boca a la familia rojiblanca, pero se detectaron también cierra desazón con el encuentro firmado por las que son referencias ofensivas de este Athletic, que no alcanzaron la altísima nota de la mayoría de sus compañeros y que privaron de que la noche fuera perfecta. Cierto que Oihan Sancet va volviendo poco a poco, pero está lejos de su mejor versión; cierto que Gorka Guruzeta trabajó de lo lindo, pero careció de esa puntería que se requiere para ver puerta; lo mismo que Alex Berenguer, capaz de dar lo mejor y lo peor en un mismo partido.
El Athletic, sin esa fortaleza ofensiva que se necesita para optar a ganar a un equipo de la genética del PSG, lanzó muy poco a los tres palos de la meta defendida por Safonov pese al empuje de un San Mamés entregado a la causa y que se tuvo que conformar con lanzamientos desviados de Sancet y Berenguer, aunque este casi sorprende al ruso en la ejecución de un golpe directo en el primer acto. Sea como fuere, los leones no marcaron, ineficacia que les ha penalizado en cuatro de los seis encuentros consumados de esta liguilla –Arsenal, Newcastle, Slavia Praga y PSG–, por lo que está obligado a recuperar la pegada si quiere hacer pleno de puntos ante la Atalanta y Sporting Portugal.