“No hay en el mundo un frontón como este”, desgrana el legendario Tomás Goyogana desde las butacas de cancha del Jai Alai de Gernika. No es Magic City. El Jai Alai foral es un escenario duro, complicado, al que es necesario adaptarse con la piel del camaleón. Alex Goitiandia, su expeditivo nieto, la tiene. Ekaitz Mendizabal Goixerri, en cambio, acostumbrado a los 36 metros de la cancha de cristal de Estados Unidos, se chocó este lunes contra un muro en su estreno en el Eusko Label Winter Series. Es joven. Le queda camino por recorrer. Tiene trazas, pero Gernika es una cancha con aristas, complicado para los debutantes. Gernika necesita cocción, horas de vuelo.
Unai Lekerika, el ídolo local, fue el protagonista del festival del Último Lunes de Octubre con una actuación memorable que sube el telón del Eusko Label Winter Series de cesta punta profesional. El zaguero gernikarra fue el faro de Goitia en una contienda en la que Johan y Gorka Sorozabal partían con la vitola de favoritos. Sin embargo, los errores de los hermanos de Biarritz y la buena compenetración de sus rivales obraron el 0-2. Un buen golpetazo para los lapurtarras. Su continuidad queda comprometida.
Gran Lekerika
Lekerika oposita así al testigo en la zaga que dejará Imanol López en abril con una propuesta seria, pero atractiva. No falló una sola pelota y sumó siete tantos, seis de ellos en la manga inicial, que terminó 12-15. Fue precioso el dos paredes desde el doce que puso el 7-8.
Goitia, imprevisible, aterrizó en Euskadi con buen sabor de boca. Tuvo caras y cruces, mas sus instantes de clarividencia merecen el precio de una entrada. Incisivo en el inicio, aprovechó en el segundo los apuros de los Sorozabal. El 8-12 fue dos paredes de saque marca de la casa. Es descarado y eso no se compra ni se vende. El público les apoya.
Urreisti apuntilla
En el primer partido, entretanto, Goixerri, la novedad de la presente edición del Eusko Label Winter Series, de la que se cae Jean Olharan, mostró razones con el remate a la vuelta del resto, pero le costó estabilizar los pies cuando pintaban bastos. Bien es cierto que, ante una combinación hipertrofiada como la formada por Eñaut Urreisti y López, dentro de la terna de favoritos a las txapelas del 15 de febrero, el debutante y Mikel Mancisidor sufrieron y se les pone bastante cuesta arriba el pase a la liguilla de semifinales. Siendo una competición larga, de cuatro meses, un inicio dubitativo, con un 2-0, se convierte en un problema a la hora de darle la vuelta. Para soñar no les queda otra que ganar lo que les queda.
Urreisti masacró a sus paisanos con sus remates de costado. López, que está a unos meses de decir agur a su carrera profesional, demostró que tiene cuerda para rato y que si lo deja es porque quiere. Imanol apretó a Manci, físicamente potente y un seguro de vida, y permitió que Eñaut disfrutara de pelota a placer para exhibir su catálogo de arabescos. Percutió especialmente en el txoko, donde hizo un roto a Goixerri, con tendencia a buscar el dos paredes, y su zaguero, a la espera del txiktxak.
Fiabilidad
Urreisti asombró en el primer joko con un recital en los cuadros alegres. Acabó once tantos. Los de amarillo estuvieron 2-8 y mostraron por qué están entre los principales aspirantes al cetro. Mezcla perfecta: el volcánico olfato del delantero y la fiabilidad alemana de López. Se endureció el joko en la segunda parte, en la que Goixerri asumió riesgos y acabó con cuatro tantos en su cuenta. 9-15. Entretenido.
El segundo set tuvo menos chicha. Los mutrikuarras erraron cuatro pelotas por barba y Urreisti aprovechó sus oportunidades. 7-15 en 141 pelotazos.