Ganar, la mejor receta
El Athletic enlaza su segunda victoria en liga en el arranque tras imponerse al Rayo, lo que no lograba desde hace doce años, y lo mejor es que se le intuye mucho margen de mejora
La Aste Nagusia bilbaina, que en condiciones normales habría tocado a su fin en la noche del domingo, con la quema de Marijaia en la ría y el sentido tributo que a esta le rindió el pregonero Francis Díez, cantante de Doctor Deseo, se prolongó un puñado de horas más. En concreto, casi hasta las 21.30 horas del lunes, aunque el epicentro de la fiesta se trasladó unos pocos metros, desde el Arriaga a San Mamés. Allí el Athletic volvió a reencontrarse con su afición ocho días después de vencer al Sevilla en el estreno liguero y en otro partido emocionante con el Rayo Vallecano como rival, aunque sin un brillo excesivo entre dos equipos que no saben lo que es especular, los rojiblancos volvieron a hacerse con una nueva victoria, la segunda consecutiva, para sumar un pleno en el arranque del curso.
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Ganar, sin duda, es la mejor receta, más aún en estas alturas tan tempranas del curso, cuando restan todavía varios días de agosto por consumirse y con la pretemporada tan reciente. Es cierto que el equipo tiene mucho margen de mejora, así lo reconoció Ernesto Valverde en rueda de prensa, aludiendo también al encuentro inaugural contra el Sevilla, donde tampoco estuvo del todo fino el equipo. Pero que le quiten lo bailado. Seis de seis y líderes, aunque solo sea algo circunstancial.
El conjunto bilbaino va como una hormiguita, sumando para cuando lleguen las vacas flacas, para cuando el calendario se apriete y le toque compaginar la liga con otras competiciones. El Athletic ha hecho suyo aquello de que más vale pájaro en mano que ciento volando. Seis de seis. Pleno en el arranque, algo que no sucedía desde la temporada 2013-14. Entonces, en la primera campaña de la segunda etapa de Valverde en el banquillo, los leones se impusieron al Valladolid en el inicio a domicilio e hicieron lo propio contra Osasuna en el partido del exilio, el disputado en Anoeta ante la imposibilidad de hacerlo en San Mamés.
Doce años después, en una campaña en la que el equipo compaginará la liga con la Champions, además de con la Copa y la Supercopa, y con el mismo técnico sentado en el banquillo, el Athletic igualó lo que se le había resistido desde entonces.
Las dos victorias, eso sí, no pueden apartar la mirada del juego desplegado por el equipo, especialmente en el primer cuarto de hora, en el que las imprecisiones en los pases y las consiguientes pérdidas de balón fueron numerosas. Por suerte, o por la capacidad de tapar portería de Unai Simón y el oportunismo de Yuri Berchiche, la cosa no pasó a mayores, pues el Rayo pudo ponerse por delante en el marcador a las primeras de cambio tras un fallo en el pase de Mikel Jauregizar, quien podría estar acusando haber tenido menos pretemporada que el resto de sus compañeros por su participación en la Eurocopa sub’21.
El de Bermeo no fue el único al que le costó, pues tampoco Iñaki Williams o Alex Berenguer se encontraron cómodos. Nada de lo que haya que preocuparse. Sí, faltó brillo, ¿pero cuántos equipos pueden presumir de estar súper a estas alturas? Uno o ninguno. De hecho, podría resultar hasta preocupante que alguien ofreciera un rendimiento superlativo a estas alturas. Que la temporada es muy larga y al Athletic le restan un mínimo de 48 partidos hasta el final del curso. Sumar para brillar en el futuro, ya van seis de seis.