Hay obras que por su complejidad técnica, su magnitud y su trascendencia en el día a día de la ciudadanía, son tremendamente especiales. La construcción del tanque de tormentas de Galindo es uno de esos tajos que, por sí solos, son un auténtico hito. La creación de este depósito que podrá llegar a acumular hasta 90.000 metros cúbicos de aguas pluviales -lo equivalente a 36 piscinas olímpicas- avanza a buena marcha y podría entrar en servicio a finales de 2027. “La construcción de este tanque de tormentas es un hito de gran importancia, puesto que es uno de los mayores proyectos acometidos por el Consorcio de Aguas y marca un antes y un después en la protección de la ciudadanía ante grandes fenómenos metereológicos”, ha señalado Kepa Odriozola, presidente del Consorcio de Aguas. No en vano, el Consorcio ha invertido 66 millones de euros en la construcción de este tanque de tormentas que será el más grande de Euskadi y el único del Estado en hacerse mediante un túnel.
Con la creación de este túnel de 1.485 metros que une el barrio barakaldarra de Zuazo y la depuradora de Galindo, en Sestao, se pretende reducir sobremanera los posibles desbordamientos en el cauce de la ría en los episodios de fuertes aguaceros, así como mejorar la calidad medioambiental de los cauces al devolver las aguas pluviales de forma paulatina a los mismos una vez remitan las fuertes precipitaciones. La obra comenzó en 2018 y su complejidad es extrema, principalmente, por dos aspectos. El primero de ellos es que el tanque de tormentas estará ubicado en un entorno urbano y, por ese motivo, se eligió la alternativa de crearlo en forma de túnel y, por otra parte, el reto era y es no interrumpir en ningún momento el sistema de saneamiento de la depuradora de Galindo, que trata 230.000 metros cúbicos de aguas residuales al día. “El hecho de que este tanque de tormentas estuviese en una zona urbana ha condicionado totalmente su diseño, por ello se optó por hacerlo en forma de túnel. Una vez acabado, las instalaciones en superficie serán las mínimas y este tanque de tormentas va a suponer un refuerzo muy importante de la protección del medio ambiente”, ha anunciado Arantza Sánchez, directora técnica de este proyecto. El túnel tiene una profundidad de 30 metros y las labores de creación del mismo finalizaron el pasado mes de julio, tras culminar, primero, la fase de avance y, después, el destroce para crear esta gigantesca tubería bajo tierra de nueve metros de diámetro.
Adentrarse en las tripas de lo que será el futuro tanque de tormentas de Galindo es toda una experiencia. Allí, a pie de obra, se puede contemplar la inmensidad de este proyecto que se está haciendo con trabajo de hormiga. Ahora, una vez se ha culminado la creación del túnel de nueve metros de diámetro, falta acondicionar el mismo para que pueda almacenar aguas pluviales. Así las cosas, el primero de los pasos es colocar el revestimiento para las paredes del túnel. Esa labor se está haciendo con la colocación de una fina lámina de impermeabilización de color turquesa de unos siete milímetros que sirve para sellar las paredes del tanque de tormentas. En esos puntos en los que ya se ha colocado esa lámina de impermeabilización -ya se ha hecho en cerca de un tercio del túnel-, se procede a colocar una maraña de ferralla con la que se da forma a una contrabóveda que será la base sobre la que se creará una bóveda de hormigón que dará forma de manera definitiva a las tripas del tanque de tormentas. Allí, bajo los pies de Barakaldo, la actividad es frenética para seguir avanzando en este proyecto capital para la red de saneamiento del Gran Bilbao. Uno de los puntos clave de este tanque de tormentas se sitúa bajo el Jardín Botánico barakaldarra, puesto que allí se está creando la obra de derivación, una gran infraestructura que conecta con el colector de aguas residuales del Gran Bilbao y es allí donde se hará el trasvase de caudales para llenar el tanque de tormentas. Tras ese punto tan importante, se inicia como tal el túnel de 1.485 metros que va a conectar directamente con la depuradora de Galindo. “La incorporación a la depuradora de Galindo del caudal que se almacene en el tanque de tormentas se hará a través de una estación de bombeo”, ha explicado María Mateos, la jefa de esta obra.
MANTENIMIENTO Y LIMPIEZA
Hasta el último detalle es de gran importancia en estas obras que en la cabecera del túnel ya van tomando forma. Sin lugar a dudas, tanto el mantenimiento como la limpieza del tanque de tormentas son cuestiones muy importantes para este proyecto. En este aspecto, será por la cabecera del túnel donde se habilitará un pequeño acceso para poder realizar en el futuro labores de mantenimiento en este tanque de tormentas que, en principio, se gestionará de forma automatizada. Para la limpieza, se han tenido en cuenta muchos aspectos como, por ejemplo, el tipo de firme del tanque de tormentas. Y es que, cuando esté en funcionamiento, serán muchos los sedimentos, ramas y demás elementos que serán arrastrados por el agua y, lógicamente, será necesario limpiar y quitar todos esos sedimentos. Se hará desde la propia depuradora de Galindo, donde se generará, una vez se haya culminado el uso de del tanque, una ola de arrastre que barrerá los sólidos acumulados en los casi kilómetro y medio de túnel. Para permitir una salida más fácil de los sedimentos, se colocará un firme que será proclive para que esos elementos arrastrados se puedan desplazar con facilidad. Aún queda mucho trabajo por hacer hasta que en un plazo mayor a un año se pueda estrenar este tanque de tormentas, pero la obra va cogiendo la forma definitiva. En la cabecera del túnel se están iniciando ya las labores de creación de la bóveda, unos trabajos en los que, se estima, tal y como ha informado María Mateos, que se podrá avanzar nueve metros al día en las zonas curvas del túnel, mientras que en las zonas rectas el avance será de, aproximadamente, 15 metros diarios. Una labor de hormiga que permitirá culminar un proyecto tan importante como peculiar en su forma de ejecución.