El Atlético de Madrid del Cholo Simeone se ha convertido en un rival complicado de batir para el conjunto bilbaino desde que el técnico argentino recalara en el banquillo colchonero semanas antes de la fatídica final de la Europa League de 2012 en Bucarest. Existía una especie de vértigo postraumático que se manifestaba con más derrotas que victorias para el Athletic cuando se enfrentaba al Atlético, pero sin embargo se dio una alegría al cuerpo hace siete temporadas, cita en la que los entonces dirigidos por Gaizka Garitano se impusieron al cuadro madrileño por 2-0, gracias a los tantos de Iñaki Williams y Kenan Kodro, ambos ejecutados en el último tramo del encuentro.

Fue la noche con la que soñaba Kenan Kodro, que se había convertido en refuerzo invernal del conjunto rojiblanco procedente del Copenhague danés. El donostiarra de origen bosnio, formado en la cantera de la Real Sociedad y curtido en Osasuna, había debutado como león un mes antes en San Mamés frente al Barcelona y su estreno goleador llegó en su sexta comparecencia, cuando saltó al verde a los 85 minutos en sustitución de Raúl García y segundos después aprovechó un pase filtrado de Ibai Gómez para armar su pierna derecha y batir a Oblak, el meta colchonero. Fue el primero de los 4 goles que firmó Kodro, hoy en día jugador del Zaragoza en LaLiga Hypermotion, a lo largo de su etapa en el Athletic, en el que no tuvo el protagonismo que esperaba.

Kodro redondeó un triunfo necesario en el objetivo del Athletic de alejarse de la zona peligrosa y que empezó a gestarse a los 73 minutos cuando Iñaki Williams aprovechó una asistencia de Iñigo Córdoba, también recién ingresado al verde, tras un robo del propio extremo para abrir la lata frente a un rival que vendió cara su derrota y que también fue motivo de celebración para Iago Herrerín, que conmemoró a lo gran su partido número cien como portero del Athletic.