Había que soñar, porque de momento, mientras nadie diga lo contrario, sigue siendo gratis. Tocaba creer en la remontada, que era poco menos que una quimera, una misión imposible, más aún después de que se conociera que Ernesto Valverde no iba a poder contar por lesión con los hermanos Williams ni Oihan Sancet, bajas que sumar a la ya conocida de Dani Vivian, en su caso por la roja que vio en el partido de ida. Un choque que condicionó sobremanera la eliminatoria, que la dejó prácticamente vista para sentencia con un 0-3 que fue como un puñetazo directo a la mandíbula del Athletic, que si bien no cayó al suelo noqueado, se sostuvo como buenamente pudo solo porque quedaban aún 90 minutos por disputarse en Old Trafford. Allí, en el Teatro de los Sueños, qué mejor lugar que este para soñar con la remontada, el conjunto rojiblanco se dejó el alma, pero no le bastó para voltear el marcador y no estará en la tan ansiada final europea de Bilbao del próximo día 21.

El Athletic, pese a tenerlo todo en contra, eligió creer, tampoco le quedaba más remedio: soltarse la melena, jugar sin presión, ser valiente y arriesgar. No hay otro secreto, ninguna otra fórmula, para buscar un imposible. Y así, con alegría en su juego y un enorme espíritu combativo se plantó en Old Trafford con el apoyo de 4.000 incondicionales en las gradas. Qué mérito el suyo.

Los leones cayeron con honor, pero con mucha crueldad, porque para nada han sido merecedores de recibir siete goles en la eliminatoria y de lograr únicamente uno. Este, eso sí, fue de una bellísima factura, un auténtico golazo que Mikel Jauregizar guardará para siempre en su memoria. No todos los días tiene uno ocasión de enviar el balón muy cerca de la escuadra en un escenario como Old Trafford.

En el Teatro de los Sueños, el Athletic quiso vender cara su derrota y durante muchos minutos se vio con opciones de meterse en la eliminatoria. Arrancó mandando, lo que le llevó a dejar algunos espacios a la espalda de su defensa, porque tocaba arriesgar, y a la media hora de juego, después de dos intentos de Alex Berenguer que no encontraron portería, Jauregizar le quitó las telarañas a la portería de Onana y llevó la locura a la zona visitante.

La alegría en el bando rojiblanco duró un buen puñado de minutos, pues el Manchester United no logró el empate hasta el 72. Ahí se acabó todo. El tanto de Mount enterró las esperanzas de remontada, con las que el Athletic se ganó el derecho a soñar, especialmente con su enérgico comienzo de segunda parte, en el que durante más de un cuarto de hora los leones tuvieron encerrado en su área al conjunto inglés. Pareció que el milagro sería posible, porque lo más complicado, adelantarse en el marcador ya estaba hecho, pero el equipo se quedó a medias, sin poder lograr el segundo gol, y fue recibiendo golpes de su rival, uno tras otro, hasta cuatro, que esta vez sí le noquearon.

La afición del Athletic anima al equipo tras caer en Old Trafford

La afición del Athletic anima al equipo tras caer en Old Trafford Aitor Martínez

En Old Trafford se acabó el sueño europeo del Athletic, al que le ha quedado una única parada, la última de todas, la de casa, la de Bilbao; pero que le quiten lo bailado al equipo. En la campaña de su regreso a Europa, el conjunto rojiblanco se ha fajado con nota, aunque el final haya sido totalmente cruel. No por lo vivido anoche en el Teatro de los Sueños, donde solo un milagro habría mantenido con vida al equipo en el torneo, sino por el choque de ida. Porque fue en San Mamés donde el Athletic se dejó la práctica totalidad de sus opciones. Así, solo quedaba apelar a la gesta, que no se pudo dar. Pero el equipo se despide de la Europa League con orgullo. No cabe reproche alguno, incluso a pesar de los minutos finales. La remontada era imposible. Y lo fue. Una pena.

La cifra

77

Óscar de Marcos disputó ayer en Old Trafford su último partido europeo, una cita que le dejó un regusto amargo por ser la de su despedida continental y porque el Athletic no pudo remontar la eliminatoria y no estará en la final del próximo día 21. El capitán se retirará como el león con más partidos en Europa: 77.