La portería de San Mamés pasó a manos de Andoni Zubizarreta (Gasteiz, 23-X-1961) a partir del curso 1981-82. Con 239 partidos en 5 temporadas (1981-86) en las que el Athletic ganó dos ligas (1982-83 y 1983-84), una Copa (1983-84) y una Supercopa (1983-84), el gasteiztarra dejó su impronta como sucesor de Iribar en una época en la que “jugar en el Athletic después de Ángel no era fácil, porque había dejado el listón muy alto. La ventaja que tuvimos fue que le tuvimos como preparador de porteros, lo que nos ayudó en aquella transición, aunque fuera una situación exigente y complicada”.

“No era una cuestión de vértigo, sino de exigencia”, sentencia Zubizarreta, quien explica en relación a las principales cualidades del Txopo como portero que “yo no le vi jugar muchas veces. Igual le pude ver cuatro o cinco veces en directo, algunos partidos en televisión y después mucha radio y mucho periódico apelando a la imaginación, pero Ángel era un portero extraordinariamente seguro en la portería. Daba la sensación de resolver las cosas siempre de manera muy sencilla haciendo lo difícil muy fácil, ocupaba mucha área gracias a su visión y tenía un gran saque con la mano para lanzar los contraataques. No solo pensaba en la defensa, por tanto, pues también participaba en el juego de ataque”.

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“Ha sido un referente, alguien de quien intentas aprender todo lo que puedes. Otra parte importantísima de todos modos y sin la cual no se entiende del todo el mito que es Iribar es su personalidad, profesionalidad, cómo ha pasado por los campos, cómo ha sido su manera de competir y su relación tanto con los rivales como con los compañeros. Cuando hablamos de los valores del Athletic, la forma de describirlos muchas veces es poner a Iribar como ejemplo”, subraya asimismo Zubizarreta, orgulloso porque “tuve la suerte de tenerlo como entrenador específico y de poder aprender cantidad de cosas relacionadas con el campo y otras tantas de fuera del campo”.

“A día de hoy mantenemos una buena relación y de vez en cuando nos vemos. Sigue teniendo ese punto discreto, tranquilo y sabio que siempre tuvo”, finaliza el exguardameta gasteiztarra.