Kike Burgos (Barakaldo, 20-I-1971), a quien una importante e inoportuna lesión en un dedo de la mano dinamitó su prometedora proyección como guardameta del Athletic, al mismo tiempo que le privó de disputar los Juegos Olímpicos de 1992 tras debutar como león en la campaña 1990-91 con solo 19 años, también conoció en la corta distancia al Txopo. “Lo pude disfrutar primero como juvenil al cogernos a los porteros de la base de vez en cuando y la verdad es que alucinaba de poder estar con él. Fue el mejor entrenador de portería que tuve en toda mi carrera con diferencia. Nos corregía todos los detalles y a base de consejos nos iba nutriendo y mejorando mientras nos transmitía perfectamente todos sus valores. Mi experiencia con él fue espectacular”, repasa el actual director deportivo de un club almeriense de cantera como La Mojonera.

“Cuando te está entrenando una figura mundial, solo por el deseo que tienes de trabajar con una persona así hace que entrenes todavía más fuerte y con más ganas”, expone asimismo Kike Burgos, quien al profundizar en sus recuerdos advierte con alegría que Iribar “nos acompañó como entrenador a un torneo internacional que jugamos en Valencia en mi último año como juvenil e hicimos un gran papel”. En clave personal, califica al Txopo como “una excepción”, pues “los porteros estamos casi todos medio chalados, pero José Ángel no. No era la alegría de la huerta, pero sí muy buena gente y muy profesional. Trataba de enseñarnos todo lo que sabía y el día a día con él se hacía llevadero”.

Tampoco se le ha olvidado a Kike Burgos cómo sufrió la lesión en el dedo que marcó su futuro, con Iribar precisamente: “Fue un infortunio entrenando con él en un balón que iba abajo. Metí el dedo y se me quedó enganchado al estar el césped muy seco. A partir de ahí empezaron todos mis males”. “Hay que entender que José Ángel fue catalogado como mejor portero del mundo y eso se escribe con palabras mayúsculas, por lo que para mí es un orgullo que me entrenara el Txopo”, finaliza el exportero de Barakaldo, que presenta una tarjeta de 31 partidos en sus 5 temporadas (1990-95) en el Athletic.