Después de tres temporadas en las que Imanol Etxeberria se hizo con la titularidad bajo los palos (1997-00) llegó la hora de Iñaki Lafuente (Barakaldo, 24-I-1976), quien se ató los guantes como león en 151 partidos entre 1999 y 2009 con una fuerte competencia con Dani Aranzubia y sendas cesiones de por medio al Espanyol (2007-08) como contraprestación por el traspaso de Gorka Iraizoz al Athletic, así como al Sporting en enero de 2009. Actualmente al mando de los porteros del Juvenil División de Honor del Athletic, Lafuente define como “una auténtica gozada” seguir disfrutando de Iribar en el día a día de Lezama, toda vez que “para Ángel el Athletic es su vida y sigue viniendo aquí a ver los partidos de los chavales, del Bilbao Athletic y te lo encuentras en cualquier momento al ver los partidos en el edificio nuevo en el que estamos nosotros”.

“El hecho de que siga comportándose con la normalidad que siempre ha transmitido dice mucho de él y para todos los que estamos aquí es una gozada tenerle cerca y disfrutar de él”, incide el de Barakaldo, quien al igual que Valencia también guarda el recuerdo de que “muchos años después de empezar a jugar yo, él seguía yendo a los sitios y era de los más reclamados por la gente y no solo por las personas mayores. También por los jóvenes. Todos le conocen y saben quién es, por lo que para los chavales que están ahora en el Athletic tener a un auténtico mito del club y del fútbol mundial a las puertas de donde entrenamos es algo increíble”. Respecto a su experiencia personal con Iribar, Lafuente remarca su “orgullo” por haber estado a sus órdenes desde su etapa como juvenil.

“Después tuve la suerte de llegar al primer equipo y durante mis dos primeros años lo tuve también como entrenador de porteros. Estar ahí y tenerle a él como preparador fue otro auténtico lujazo que tuve la oportunidad de vivir. Recuerdo que nos decía que el portero no solo tiene que estar tranquilo, sino también transmitirlo con una buena expresión corporal”, expone Lafuente, quien indica respecto a la personalidad del Txopo que “es una persona muy cercana. Es como lo vemos. Es un tío serio y profesional en lo que hace, pero a la vez cercano a pesar de ser todo lo que ha sido. Como portero siempre tuve esa sensación de que había un fácil acceso a él y no solo para asuntos técnicos. También en todos los momentos complicados que solían darse durante la etapa de jugador y más en nuestro caso como porteros. Él era accesible cuando podías necesitar de él. Lo era como preparador y lo es hoy en día en Lezama cuando estamos con él. Sigue siendo el mismo”.