Ante las críticas, confianza. Muchas dosis de confianza. Ese es el método empleado por Marcelino García Toral para con Iñaki Williams, un futbolista cuestionado en los últimos tiempos -y no solo en los últimos- por su escasa relación con el gol. El técnico asturiano hizo una defensa a ultranza del bilbaino en la previa del encuentro de la segunda jornada ante el Barcelona, solo unas pocas horas después de que Williams compareciera ante los medios en Lezama. El atacante reaccionó con una muy buena actuación ante los azulgrana en una noche en la que solo le faltó el gol que, curiosamente, en un partido bastante más gris que el firmado siete días antes, sí logró frente al Celta. Una acción que nació de una gran recuperación de Oihan Sancet ante Aidoo, una buena conducción del navarro y una medida asistencia al atacante, que no perdonó ante Matías Dituro. El Athletic de Marcelino, fiel a su inamovible esquema de juego, debe crecer no solo desde la defensa, también a través de la sociedad que conforman Sancet y el mayor de los Williams.

La mejoría en el juego del navarro no se entiende sin la confianza que en el tramo final del curso depositó Marcelino en él. Sancet respondió con nota pese a ubicarse fuera de posición, ya que no había actuado nunca antes como segundo delantero, y esta temporada está recogiendo los frutos del paso al frente dado hace solo unos meses. Ha dado un incuestionable paso al frente en las disputas, lo que habla muy bien del trabajo que realiza en Lezama, posiblemente con horas extra.

El tanto de la victoria del Athletic frente al Celta tuvo a Sancet y Williams como protagonistas y fue un fiel reflejo de una de las facetas en las que más han insistido Marcelino García Toral y su equipo de trabajo en la pretemporada: la presión elevada y las rápidas transiciones. Un tanto firma de la casa de los que deberían verse con cierta asiduidad a lo largo de un curso que no ha hecho nada más que empezar. Los problemas, eso sí, llegarán ante equipos que se encierren atrás y que apenas dejen espacios. Un ecosistema en el que el conjunto rojiblanco suele encontrar dificultades.

El gol, que llegó curiosamente en el único disparo entre los tres palos del Athletic, guarda ciertas similitudes con el último firmado por Iñaki Williams la pasada campaña. En el triunfo ante el Sevilla por la mínima (0-1) en el Ramón Sánchez Pizjuán, el bilbaino superó a Bono tras una gran contra que inició Sancet, quien como ayer, asistió al delantero para que batiera de manera sensacional al guardameta sevillista.

Minutos antes del tanto frente al Celta, Sancet y Williams intercambiaron sus papeles. El segundo se convirtió en asistente tras prolongar de cabeza un balón largo, pero el navarro, que si en algo tiene margen de mejora es de cara a gol, pues tiene cierta facilidad para generar situaciones de peligro pero le cuesta finalizar, remató muy mal con la pierna izquierda. En el tramo final del choque, ya sin Sancet sobre el verde, quien dejó su sitio a Raúl García, Iñaki Williams falló una clarísima ocasión de gol de esas que deben ser gol o gol. No encontró portería el bilbaino, quien sí marcó minutos antes un gol que fue anulado por Mateu Lahoz, quien vio, tras consultar en el VAR, falta de Alex Berenguer sobre Denis Suárez.

Nico, velocidad y técnica

En un futuro no muy lejano y si sigue con su evolución, Nico Williams podría unirse al binomio de su hermano y Sancet. En sus mejores minutos como león, los firmados ante el Celta, el joven león fue un puñal por banda derecha, donde hizo una muy buena lectura del juego y aportó velocidad y desborde, algo de lo que adoleció el Athletic en el partido. El menor de los Williams dejó buenos detalles y parece haber adelantado a Jon Morcillo en el orden de preferencias del técnico. Se inventó una gran asistencia a Asier Villalibre que este desperdició. Sociedades de futuro.

521

El navarro, suplente en la victoria del Athletic frente al Celta, entró en la segunda mitad del encuentro en sustitución de Oihan Sancet para disputar su partido número 521 en LaLiga (204 de ellos como león) y convertirse así en el séptimo futbolista con más encuentros en la competición tras dejar atrás a Leo Messi, con quien estaba empatado. Raúl García tiene a Manolo Sanchís (523) a solo dos partidos.