El lanzamiento del Ateca propició que SEAT debutara en una categoría con la que llevaba tiempo coqueteando a través de diversos prototipos, más o menos creíbles y sin trascendencia (Salsa, Tribu, IBEX y 20v20). Nació como una de las declinaciones del proyecto SUV del grupo VW, que comenzó gestando un modelo medio para luego concebir uno mayor y otro más escueto (embriones del Tarraco y del Arona).

El Ateca vino a ofrecer lo que comenzaba a demandar la clientela de clase media: un automóvil versátil y espacioso adornado por una estampa de ligeras connotaciones aventureras. Con el tiempo, esa esencia off road se ha visto acentuada con una nueva puesta en escena X-Perience. Al igual que los competidores de su talla (mide 4,38 m), a pesar de su estampa, está más pensado para moverse dentro que fuera de la carretera. Destaca por mostrar en ella un comportamiento dinámico sobresaliente, al ofrecer un compromiso idóneo entre aplomo, confort y docilidad.

La agilidad depende mucho de la motorización elegida. La gama propone un amplio abanico de propulsores. En la vertiente diésel contempla dos candidatos, los 2.0 TDI de 115 y 150 CV. La faceta gasolina sugiere tres unidades TSI, comenzando con la tricilíndrica de un litro y 110 CV, a la que siguen dos bloques de cuatro cilindros, 1.5 con 150 CV y 2.0 de 190. En función de la motorización elegida, es posible optar a transmisión automática y a tracción integral.

El Ateca exhibe un diseño interior depurado, algo minimalista pero bien provisto de los últimos recursos de seguridad, conectividad y bienestar. SEAT lo oferta a partir de 20.700 euros, importe que reclama la versión más sencilla una vez aplicada la bonificación por financiación.