Se cumplen dos años desde que Pablo Casado se despidió como líder del PP y en este periodo la formación ha dejado atrás una crisis que hizo tambalear sus andamios, ha obtenido el mayor poder autonómico de su historia y ha ganado las elecciones generales, pero no ha llegado a la Moncloa. Bajo la batuta de Alberto Núñez Feijoo, el PP ha interpretado una melodía in crescendo aunque con el regusto amargo que ha dejado no haber alcanzado el Gobierno, de nuevo en manos de Pedro Sánchez, por los pactos del líder del PSOE con el independentismo al no sumar PP y Vox juntos la mayoría esperada.
Feijóo no lidera el Consejo de Ministros, pero como jefe de la oposición cuenta con el grupo parlamentario más nutrido del Congreso (137 diputados), mayoría absoluta en el Senado y un poder autonómico multiplicado e histórico, porque el PP ha pasado de presidir cinco autonomías a estar al frente de doce y cogobernar además Canarias.
Un mapa de poder difícil de anticipar el 23 de febrero de 2022, cuando Pablo Casado empleó su pregunta a Sánchez para despedirse del Congreso antes de que, de madrugada, sus barones le forzasen a aceptar su relevo. Casado, apartado de la política. Casado perdió el poder tras su choque frontal con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, contra la que cargó por los contratos sanitarios de los que se había beneficiado su hermano, mientras ésta le acusaba de espionaje.
A puerta cerrada, Casado dijo: “Podré haber hecho algo mal, pero no he hecho nada malo”. Se marchó tras haber perdido todos los apoyos y después de que una manifestación pidiese su dimisión. Recientemente, Feijóo definió lo ocurrido entonces como “un atasco” en el PP.
Casado se ha mantenido en silencio desde que oficializó el traspaso de poderes. Apartado de la vida del partido, en enero lanzó junto a tres socios un fondo de capital riesgo para invertir en industria aeroespacial, de ciberseguridad y de defensa.
Ayuso es ahora, junto a Juanma Moreno en Andalucía, Rueda en Galicia y Gonzalo Capellán en La Rioja, una de las dirigentes del PP que ostenta los galones de la mayoría absoluta. En este periodo, la presidenta madrileña ha mantenido intacta su capacidad de llevar la voz cantante en muchas de las batallas ideológicas en la derecha.
Además, la investigación a su hermano quedó archivada y ahora es el Gobierno el que debe responder por los contratos de la pandemia, tras la detención el pasado miércoles de un exasesor del exministro socialista José Luis Ábalos.