Jokin Altuna tiene un historial demoledor. Es la figura de la pelota a mano profesional actual. Acumula cuatro finales del Manomanista (dos txapelas), ocho del Cuatro y Medio (cuatro txapelas) y juega su segunda final del Campeonato de Parejas (una txapela) este domingo en el Navarra Arena. Lo hace junto a un Julen Martija al que conoce a la perfección. No en vano, van cuatro campeonatos juntos con notable éxito. Peio Etxeberria y Zabaleta serán su enésima piedra de toque.
Analice la final.
—Es un buen partido. Todas las finales son complicadas, pero en este caso llevamos varios partidos contra ellos y no hemos ganado ninguno (19-22 y 14-22). Es un encuentro abierto, en otro frontón. Nosotros llegamos muy bien, en el mejor momento del campeonato. Julen lleva tiempo a un nivel muy alto, pero los últimos partidos han sido muy importantes para mí. Es una final superdifícil, pero un reto muy bonito. Soy el único guipuzcoano en el Navarra Arena, así que saldré con muchas ganas.
El Arena favorece al pegador y Zabaleta es el mejor. ¿Le beneficia?
—Es duro, pero para Julen tampoco es malo. José Javier juega mucho en todas las canchas. En un escenario u otro, lo importante es lo que podemos dar nosotros y lo que está bajo nuestro control. Si damos lo que tenemos, podemos hacer daño. No doy tanta importancia al frontón, sino al estado de juego. Nos tenemos que centrar en eso.
“Zabaleta y yo tenemos nombre, pero Peio Etxeberria y Martija nos han dado una ayuda enorme”
Pensar en lo que no se puede controlar es en balde, ¿no?
—No te ayuda. Tenemos esta final y lo que está en nuestras manos es llegar sin molestias. El momento de forma no cambia tanto desde que jugamos la semifinal. Estamos bien.
No ha sido un Parejas fácil para usted. Ganó la txapela del Cuatro y Medio con el hombro izquierdo maltrecho y tuvo que perderse las primeras tres jornadas, en las que Elezkano II y Martija no pudieron sumar. Posteriormente, se fastidió la mano izquierda y se perdió otras tres antes del ‘play-off’. ¿Cómo se plantea la preparación para llegar al cien por cien a la parte final con tanto contratiempo?
—La preparación física está en manos de David Domínguez. Cuando me fastidié la mano, no podía ir al frontón; así que hablé con el entrenador y vimos la opción de entrenar más físico. Era la forma de aprovechar, pero no solo para el Parejas, sino para el resto del año, porque no suelo tener tiempo. Con todo, ha sido un campeonato difícil. Fíjese, cuando me dañé la mano estuve tres partidos con más taco de lo normal, porque tenía miedo. En los últimos dos encuentros bajé protecciones. No sé si es por eso o no, pero he tenido muy buenas sensaciones. El partido de Bilbao –ganaron a Jaka-Mariezkurrena II por 13-22 a vida o muerte– fue muy importante. Me sentí bien, con confianza. No es nada calculado, sinceramente. La adrenalina de los partidos importantes ayuda a sacar lo mejor que llevas dentro. Son partidos bonitos.
Prosiga.
—Un deportista debe tirar con lo que tiene en cada momento. Hay que pensar: ¿Qué puedo hacer ahora para seguir? No podía ir al frontón, así que hablé con David para centrarnos en el físico. También es cierto que he tenido suerte cuando he estado de baja, porque Zabala ha jugado mucho en mi suplencia y ganaron los tres partidos. Eso da tranquilidad para recuperarte mejor. He de reconocer que fueron más duras las primeras tres jornadas, en las que veía desde fuera que no podían ganar.
Conoce perfectamente a Martija, con el que ha disputado cuatro Parejas (2018, 2019, 2022 y 2024) y con el que ha ganado una txapela (2022). ¿Qué le aporta?
—Es un chico muy tranquilo. En nuestro primer Parejas, él venía de Segunda y yo ya estaba en Primera. Se ha visto que en este tiempo ha ganado confianza en sí mismo. Tiene más experiencia. Muchas veces le ha salido bien, pero cuando no ha sido así, ha vuelto con más ganas. En 2023 no hizo un buen campeonato y en mi caso, Tolosa se lesionó a tres tantos de la final. Teníamos la espina de dar un paso más si volvíamos a jugar.
“No doy tanta importancia al frontón como al estado de juego. Me centro en lo que puedo controlar”
Los grandes pegadores siempre parecen destacar, pero Martija tiene dos txapelas del Parejas (2020 y 2022). Es el momento de poner en valor su figura, que no está en un segundo plano de pelotaris como Zabaleta o Rezusta.
—Cuando Julen debutó, era muy joven y José Javier y Beñat ya estaban arriba. Además, él es buen chico, muy tranquilo; así que la gente le ha puesto como en ese segundo escalón, pero los datos están ahí. En los últimos años ha demostrado su nivel. Zabaleta es un gran pegador y es el único que ha estado en las finales en los últimos años. Ahí hemos tenido a otros zagueros como Martija, Ander Imaz, Mikel Urrutikoetxea o, incluso, Xabier Tolosa, que estuvo a punto de llegar a la final. José Javier es muy bueno, pero no solo por lo que pega, sino también por lo que defiende, por la cancha que cubre y todo lo que quita al delantero. Ser pegador facilita al compañero, pero Julen, que también le da a la pelota, tiene otras muchas cualidades: extender, dar dirección, cubrir cancha... Tiene 26 años, es su tercera final y espero que sea su tercera txapela. Cuando se retire, lo que está consiguiendo estará ahí. Tiene mucho mérito. Es respetuoso e inteligente. Es fácil llevarse bien con él.
Tras cuatro Parejas, llegará el día en que la empresa deje de repetir.
—Los roles van cambiando. Cuando debutó Julen, la pareja Altuna III-Martija no tenía tanto nombre como ahora. En Aspe hay grandes zagueros. Aún no he jugado con Beñat ni José Javier, pero con Martija he llegado a dos semifinales y a dos finales.
“Julen tiene 26 años y juega su tercera final. Cuando se retire, estará ahí todo lo que ha conseguido”
Zabaleta y usted, los pelotaris más determinantes en su demarcación, son los pelotaris a los que señala la cátedra como factores diferenciales. ¿Eso facilita un poco el trabajo a Peio Etxeberria y Martija?
—Eso depende de cómo se interprete. Sé que Zabaleta y yo tenemos nombre, pero Julen y Peio nos han dado una ayuda enorme. José Javier es bueno también en eso: sabe funcionar con todas las parejas y hace que el otro se sienta importante. Está claro que él es la estrella, pero hay que reconocer que Peio estuvo en la final del Cuatro y Medio y también estará en esta. Tengo confianza en Julen. En sus dos finales ha dado un nivel buenísimo.
Peio reconoce que sus mejores partidos han sido contra ustedes.
—Pero hemos mejorado desde la semifinal del Ogueta.
¿Verá el partido?
—Lo haré, desde luego.
Da la sensación de que siempre tiene un plan B.
—Hay que llevar el partido analizado de casa, pero las sensaciones iniciales son determinantes. Si no empiezas bien, el rival te hace daño.
Será su final número catorce.
—Son muchas, pero solo pienso en el domingo. Espero que lleguen más.
¿Por qué es especial esta?
—Solo he jugado una del Parejas y tengo ganas de más. En diez años he dado buen nivel y no han sido tantas. El año pasado fue muy duro por lo que le pasó a Tolosa. Era una espina.