La naturaleza que define Menorca es uno de los mayores atractivos para aquellos que planean sus vacaciones en torno a multitud de actividades. Ya sea por tierra, aire o mar, la isla ofrece un montón de posibilidades con las que disfrutar del paisaje, el clima, la calma y la sal mediterránea enganchada a la piel.

Playas del sur 

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Ortzi Aramendi - Estudiante

Lugares paradisíacos, merecedores de una foto de postal, escenario de ensueño para las vacaciones más deseadas… Así son las calas y playas de la costa sur de Menorca: arena finísima y blanca, aguas turquesas y cristalinas, de una transparencia que impresiona y que nos permite observar el fondo marino como si de una fotografía se tratase. Los arenales del sur de la isla se convierten en un deleite para los sentidos. Para la vista, el azul intenso del cielo de verano se funde con el del Mediterráneo más amable. Para el oído, el cri cri de las cigarras acaba por convertirse en una agradable melodía familiar, mientras que el olor de los pinos se confunde con el del salitre transportándonos a la auténtica esencia del verano mediterráneo.

Las casas blancas características de Menorca. Pixabay

1 Macarelleta

Platja de Macarelleta está a 14 kilómetros de Ciutadella, situada entre el Castellet de Macarella y la Cala Macarella. Su topónimo se refiere a sus dimensiones diminutas y al nombre de su hermana mayor. Esta playa virgen y aislada se encuentra en el margen oriental de la manga de mar que al tocar tierra da lugar a la cercana Cala Macarella. Se halla al final de otro entrante de mar más pequeño, estrecho y perpendicular al que forma su hermana mayor. Está flanqueada por altas laderas acantiladas de las promontorios colindantes, cubiertos de pinares frondosos, que integran el Área Natural de Epecial Interés de la costa sur de Ciutadella.

Este paisaje es típico del litoral meridional menorquín. La costa gana altura, se vuelve agreste e inaccesible, excepto por la irrupción de mangas de mar, coincidentes con desembocaduras de escorrentías y barrancos, alumbrando bellas zonas de baño y excelentes refugios marítimos. Esta cala hermosa tiene forma de concha, talud de fina arena blanca, pendiente suave, agua cristalina y tranquila, exposición a vientos del este-sureste y afluencia muy alta de bañistas locales y turistas.

2 Mitjana

“Si nos regalasen un viaje, yo elegiría ir al Caribe, por las playas y el buen tiempo”

Mattin Aramendi - Estudiante

Esta playa resulta de un entrante de mar (bocana de 192 metros de anchura) que al tocar tierra también ha dado lugar, a su vez, a otra calita en su margen derecho (oeste), llamada Cala Mitjaneta, de iguales peculiaridades a las que ahora se describirán sobre su hermana mayor. Este rincón costero, virgen y aislado, se caracteriza por tener dimensiones medianas; talud de fina arena blanca; cantiles de cierta altura flanqueándolo, cubiertos de pinar frondoso y algunas construcciones; agua tranquila y cristalina; pendiente suave, así como afluencia mediana de bañistas locales y turistas.

Vista de Ciutadella al anochecer. Pexels

Playas del norte 

Un paisaje hipnótico, salvaje y en el que los tonos rojizos de la arena y los verdes azulados del mar lo envuelven todo. Así son las playas de la costa norte de Menorca, un entorno natural único, muy diferente al de sus hermanas del sur. La singular geología de Menorca es la responsable de las formaciones rocosas de pizarra y arcillas rojas que caracterizan a los arenales de la parte septentrional de la isla. Menorca tiene una historia geológica de más de 400 millones de años y es, precisamente, en la zona norte donde encontramos los materiales más antiguos de la isla.

3 Pregonda

Cala Pregonda está a 10 kilómetros de es Mercadal, situada entre Platja de Binimel·là y Cap de s’Alairó. Frente a su orilla se pueden ver Illot y Esculls de Pregonda (hábitat de la rara gaviota Audouin). Esta playa está considerada como una de las más bellas y menos frecuentadas del abrupto norte de Menorca. Esta playa casi virgen y muy frecuentada en verano por bañistas locales y turistas, es el resultado de un entrante de mar que al tocar tierra firme da lugar a un talud en forma de u, que incluye un interesante sistema dunar en su parte trasera. Estas dunas se han formado paralelas a la orientación del viento dominante de esta zona. Las dimensiones de este rincón costero son medianas (170 metros de longitud). Una loma al este y varios acantilados al oeste, pertenecientes al Área Natural de Especial Interés de la costa septentrional menorquina, componen sus márgenes.

4 Cala d’en Tortuga

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María José Ruiz - Limpieza

Platja d’en Tortuga está a 17 kilómetros de Maó, situada entre el cabo homónimo y S’Arenal de Morella. Forma parte de Àrea Natural d’Especial Interès de s’Albufera des Grau (70 hectáreas de extensión, una profundidad media de 1,5 metros; de gran valor y riqueza, fruto de su paisaje, flora y fauna, lo que ayudó a que la Unesco declarase el año 1993 Menorca como Reserva de la Biosfera).

El Puerto de Menorca. Pixabay

Esta playa virgen, de arena y grava, es el resultado de un entrante de mar, muy abierto, que también originó Platja de Capifort. Se encuentra rodeada de las laderas de montículos cercanos que llegan hasta el mar. Estos cantiles presentan cierta altura y vegetación propia del sistema dunar que ocupa la parte trasera de esta playa.

Cala Tortuga se encuentra dentro del Parque Natural de S’Albufera des Grau, en el entorno del Faro de Fàvaritx. Al tratarse de una zona de alto valor natural, en verano no está permitido el acceso en vehículo privado. Existe una línea de autobuses (Bus Favàritx) entre Maó y Favàritx para evitar atascos en este entorno protegido. Una vez en Favàritx, deberás caminar alrededor de 2 kilómetros hasta llegar a Cala Tortuga.

El Faro de Faváritx. Pexels

La isla de los faros: Faro de Favàritx 

El Faro de Favàritx es el último de los tres grandes faros que cubren el territorio marítimo de la costa norte de Menorca. Como sus dos antecesores, su construcción vino propiciada por la gran cantidad de naufragios ocurridos en los alrededores de esta pintoresca zona geológica de la isla. Hoy en día, el entorno natural de Favàritx, con su característica piedra negra, lo convierten en uno de los faros más visitados. 

Conquistando paladares

La cocina menorquina es a veces una cocina de supervivencia y que cuida al máximo el sabor original de los productos de primera calidad. Es sencilla, poco artificiosa, pero sobre todo es cocina de temporada. Es una cocina basada en el pescado, sobre todo palangre, y de marisco, crustáceos, almejas y calamares especialmente. Las frutas y verduras se cultivan de manera lo más variada posible y a pequeña escala, sólo para el consumo local. 

Menorca fue proclamada Región Europea de Gastronomía 2022 por el Instituto Internacional de la Gastronomía, la Cultura, las Artes y el Turismo (IGCAT). Con esta distinción, se reconocen los valores de la cultura gastronómica de la isla al tiempo que pretende ser un estímulo para empoderar a la comunidad local sobre la importancia de salvaguardar y promover sus recursos alimentarios, culturales, artísticos y de turismo sostenible.

La cocina menorquina se basa en los productos locales, de la tierra y del mar. Las culturas clásicas mediterráneas la han influido fuertemente, fomentando el uso del aceite de oliva, el vino, las legumbres y productos conservados en salazón.​ También es importante el sustrato de la cultura árabe y se ha enriquecido con algunas aportaciones de la cocina francesa y sobre todo la británica, entre otras, debido a las respectivas dominaciones durante el siglo XVIII.


Especialidades

  1. Queso Mahón: En Menorca se produce un queso autóctono: el Queso de Mahón. Es un queso con Denominación de Origen Protegida, de pasta prensada no cocida, de un color anaranjado característico y de forma paralelepipédica y de aristas redondeadas. Está elaborado y madurado exclusivamente en Menorca, según la tradición y la normativa recogida en el reglamento de la DO.
  2. Embutidos: Excepto la sobrasada, los embutidos que se hacen en Menorca son una evolución del legado de la época romana. Todos se hacen con cerdo. Las matanzas del cerdo, que suelen hacerse en invierno, se llaman porquejades o porquetjades. A algunos se les agrega sangre en sus ingredientes y son por tanto negros y otros no.
  3. Butifarra blanca, de color marrón claro grisáceo, ya que no contiene sangre, tiene forma de la pelota que se emplea para la escudella. Está compuesto de carne y otras partes de cerdo y se rodea de una fina membrana. Se suele comer cocinado, normalmente frito.
  4. Butifarra negra, tiene los mismos ingredientes y especies que la blanca, pero contiene además sangre de cerdo. Su forma es como la de una butifarra fina. Se come a menudo frita con sobrasada y a veces se come también cruda.
  5. Camot o cuixot en Ciudadela, es una longaniza cocida negra y muy grasienta, prácticamente igual al camaiot mallorquín, pero con un granulado menor. Suele contener carne picada de cerdo, sangre, pimienta negra, una punta de pimentón y otra de anís. Su aspecto es muy diferente de los demás, ya que se embute dentro de una pierna de cerdo, de donde le viene el nombre. Se come crudo, cortado en rebanadas muy finas, o cocido.
  6. Mahonesa: Se postula que la mahonesa es originaria de la ciudad de Mahón. Según esta tesis, esta salsa fundamentada en la emulsión de huevo y aceite de oliva se daría a conocer a raíz de la breve ocupación francesa de la isla, que llevaría la salsa mahonesa a Francia. Según otra teoría, fue inventada en una localidad francesa llamada Maiona, o quizás en Baiona.