16 de abril de 1933, decenas de miles de personas atestan el hoy desaparecido frontón abierto Maitea de Donostia. Es el mitin central del Aberri Eguna que ha organizado EAJ-PNV bajo el lema Euzkadi-Europa. En el frontis se ha construido una plataforma que contiene la mesa presidencial decorada con las banderas vasca, gallega y catalana (en solidaridad con otras nacionalidades de la Península Ibérica) y una tribuna de oradores decorada con una gran ikurriña. Bajo la atenta mirada del joven sacerdote José Ariztimuño Olaso Aitzol –padre del renacer cultural vasco de principios del siglo XX– una enorme figura de rasgos nórdicos se acerca a la tribuna de oradores para dirigirse a la multitud. Es el estonio Ewald Ammende, periodista, activista de derechos humanos, político y secretario del Consejo de Minorías Nacionales, de Ginebra.

Vista general del frontón Maitea, escenario del mitin central del Aberri Eguna de 1933. | FOTO: KUTXATEKA

No es el primer viaje de Ewald Ammende a Euskadi. En 1929 ya había visitado Bilbao y Gernika, con foto ante el roble sagrado, durante el proceso de negociación que culminaría con la entrada del nacionalismo vasco en el Congreso de Nacionalidades Europeas en 1930. El europeísmo del PNV tenía unas raíces profundas que comienzan con la figura de Engracio de Aranzadi y que fueron impulsadas por el futuro lehendakari José Antonio de Aguirre.

Casa de la familia Ammende, en la actualidad reconvertida en un hotel de lujo.

Ewald había nacido en la pequeña ciudad Estonia de Pärnu, junto al mar Báltico. Su familia había emigrado al imperio ruso de Alemania y se había enriquecido con el comercio, a diferencia de la mayoría de los alemanes bálticos, que debían su riqueza al latifundismo y un rentismo que hundía sus raíces, prácticamente, en la Edad Media. La familia Ammende, liberal, progresista y humanista apoyó la independencia de Estonia tras la Primera Guerra Mundial pese a ser alemanes étnicos e influyeron en la redacción de la Declaración de Independencia de Estonia, también conocida como Manifiesto de los Pueblos de Estonia. Esta es el acta fundadora de la República de Estonia que se difundió por primera vez un 24 de febrero de 1918 en Pärnu y que debería de ser de obligada lectura para cualquier abertzale.

Tumba de Ewald Ammende localizada en el cementerio de Alevi en Pärnu.

En 1925 siendo diputado de la minoría alemana en el Parlamento estonio, Ewald logró tramitar la ley de Autonomía Cultural de las Minorías de Estonia. La novedad de la ley radicaba en que en vez de conceder una autonomía territorial dentro del Estado concedía el derecho a la educación, la comunicación administrativa y justicia en la lengua de las minorías reconocidas dentro del Estado sin límites territoriales. El impacto de la Ley fue tan positivo en Estonia que Ewald llevó el modelo estonio al corazón de Europa donde fundó el Congreso de Nacionalidades Europeas con su hermano Erich como mano derecha, llegando a representar a casi 40 millones de europeos. Pero el caso de Euskadi tenía más similitudes con la Estonia previa a la independencia (nación sin Estado) que a una minoría nacional desplazada en otro Estado. Y eso le quedó claro durante su segunda estancia en Euskadi invitado por EAJ-PNV de la mano de Aitzol y “su” diario El Día. El multitudinario Aberri Eguna no fue más que el colofón a una semana cultural vasca donde se organizaron óperas en euskera en el Victoria Eugenia, multitud de obras teatrales en el teatro del Saski Naski Poxpoliña, competiciones deportivas, deporte rural, bertsolarismo y un largo etcétera que buscaban prestigiar la cultura en euskera a pocos días de las elecciones municipales de 1933.

Monumento a la proclamación de la independencia de Estonia en la ciudad de Pärnu.

Durante estos días, Ewald visitó al preso político nacionalista Francisco Idiáquez en la prisión de Ondarreta, a quien prometió dar visibilidad a su caso en Europa. Junto a Telesforo Monzón y decenas de afiliados y simpatizantes del partido visitó Iparralde y el Museo Vasco de Baiona, que le impresionó. A la vuelta, una multitud detuvo a la comitiva en Hondarribia pidiéndole unas palabras, cosa que hizo en alemán y que fue traducido in situ por un abertzale vasco-alemán que le acompañaba en las excursiones. En Pasaia toda la comitiva fue apedreada por socialistas, teniendo Ewald que ser evacuado a Donostia por su seguridad, mientras que en Zumaia y en Getaria fue aclamado por una multitud. Todas las jornadas terminaban en el Hotel Biarritz de Donostia donde se alojó y disfrutó de la gastronomía vasca mientras dialogaba en profundidad con la intelectualidad abertzale.

Lugar donde se redactó la proclamación de independencia de Estonia, en la actualidad una escuela.

Del mismo modo que el PNV cultivaba la relación con el secretario del Congreso de Nacionalidades Europeas para tener una voz amiga en Europa, este había encontrado en Euskadi un partido mucho más cercano a sus propios postulados políticos que ningún otro en Estonia. El intento del golpe de Estado comunista de 1924 y la crisis económica de 1929 –que arruinó a la propia familia Ammende– llevó al presidente estonio Konstantin Päts a unas políticas cada vez más reaccionarias y conservadoras siendo la alternativa de gobierno el partido populista de extrema derecha (fascista) VAPS. En Euskadi se había encontrado con un partido progresista, profundamente democrático, cristiano, humanista y con un intenso compromiso social.

Edificio del Vene Teater de Tallinn donde el actor Gerardo Kontreras actuó durante prácticamente toda su carrera.

En aquella tribuna de oradores Ewald Ammende, en francés y alemán, saludo al pueblo vasco en nombre de los cuarenta millones de personas que formaban las minorías nacionales esparcidas por Europa. Afirmó sentir una gran satisfacción por haber podido comprobar que el Renacimiento Vasco era el renacimiento de todo un pueblo y no una ficción inventada por algunos elementos intelectuales. Afirmó que había podido comprobar personalmente la realidad y la universalidad del movimiento de nuestro pueblo. Afirmó también que las simpatías de todos los miembros del Congreso de las Nacionalidades eran para el pueblo vasco y que darían su aliento y su lucha para conquistar esa libertad. Sus últimas palabras, que recibieron multitud de fervorosos aplausos fueron: “Esa lucha por las libertades nacionales se hace por el bien de toda Europa porque la cultura y la civilización tienen por base las fuerzas nacionales de cada uno de los pueblos que componen Europa”.

Debido a su trabajo humanitario, Ammende entró en conflicto con Estados Unidos, la Unión Soviética, la Alemania nazi (aborrecía el Nacional-Socialismo) y prácticamente todos los gobiernos europeos. Sus últimos libros –¿Debe morir de hambre Rusia? y La vida humana en Rusia– son la base del relato de la hambruna soviética de 1932 y 1933 conocida en Ucrania como Holodomor. El 15 de abril de 1936 Ewald moría en circunstancias nunca aclaradas en Beijing, donde quería reunirse con representantes de las minorías judías de la “región autónoma” que Stalin había creado en el Lejano Oriente soviético. Su cuerpo fue trasladado a Estonia por su hermano Erich y enterrado en Pärnu, en el cementerio de Alevi. A diferencia de lo que sucedió con su amigo Aitzol, su tumba fue respetada por sus enemigos soviéticos y en la actualidad es mantenida por el gobierno estonio y se puede visitar. 

Sería un error pensar que esta es la única relación entre Estonia y Euskadi. De la misma ciudad de Pärnu partiría el mercante Yorkbrook cargado de armas para la República y que sería la causa de la mítica batalla de Matxitxako. Armamento que posiblemente fue adquirido gracias a los contactos del primer cónsul del Estado español en Estonia, el elgoibarrés Pedro Lekuona Ibarzabal, que vivió cuatro años en el país báltico. En el pequeño pueblo de Mustvee podemos encontrar la calle Benito Agirre en honor al piloto eibarrés Iñaki Agirregoikoa Benito, quien murió en 1944 a los mandos de un caza soviético combatiendo a los nazis.

En Tallinn vivió y murió el actor Gerardo Kontreras (lo escribía con K). Nacido en 1941 en Moscú de padre militar republicano y madre bilbaína, se educó en Ucrania como actor y formó parte del Teatro Ruso de Tallinn prácticamente hasta su muerte, trabajando con genios como Tarkovsky. Habitual en las producciones estonias tras la independencia en 1991, a su muerte en 2008 el principal diario estonio Postimees se refirió a él como “el gran actor estonio de origen vasco” a pesar de que había nacido en Rusia. Pequeños ejemplos de una relación entre dos pueblos no-indoeuropeos de la que aún falta muchísimo por escribir.

El autor

Eneko I. Erauzkin

(Eibar, 1971) Bachelor in Business Administration. Ekintzaile en Estonia (IT) desde 2007. Presidente de la asociación Kaixo Estonia.