Las colillas son el principal residuo que la gente lanza a la arena de las playas urbanas. Sin embargo, el material dominante y enemigo número uno de los mares y océanos es el plástico. El biólogo Xavier Curto (Tarragona, 35 años) es el coordinador estatal de la fundación Surfrider, con sede en Donostia, una asociación internacional presente en una docena de Estados que trabaja en tres áreas específicas: basuras marinas, la salud del litoral y la calidad de las aguas costeras.
Además de las recogidas de residuos, que realizan acompañados de voluntarios durante todo el año en las playas de la península, desde Surfrider inciden en la importancia de la sensibilización ciudadana y el fortalecimiento de la acción política para frenar la contaminación en el mar.
En la recogida que realizaron durante la semana del Zinemaldia en la playa de la Zurriola aparecieron 803 colillas, 286 restos de plástico y 32 envases alimentarios. ¿Somos más guarros de lo que pensamos?
-Los datos no mienten. El día que hicimos la recogida ya había pasado la máquina por la arena y los voluntarios que vinieron pensaron que la playa estaba limpia. No fue así porque después se encontraron con que había muchos residuos. En una hora hemos llegado a recoger miles de colillas.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
-Se juntan varias cosas. Tenemos que mejorar nuestros hábitos y aún no hemos interiorizado que los residuos terminan llegando al mar. Desde las administraciones se podría hacer más, por ejemplo, tomando medidas concretas contra las colillas. La responsabilidad es un poco de todos. Hay que educar a la ciudadanía, aplicar medidas efectivas… Este es un problema común en todos los sitios. Con las basuras no vemos su impacto real, pensamos que desaparecen, cuando en realidad es un problema mucho mayor de lo que parece.
¿Por qué llaman a estas acciones recogida y no limpieza?
-Tratamos de hacer mucha educación con esto. La palabra limpieza es un término que a la industria contaminante le viene muy bien, porque cuando decimos que se limpia el mar parece que el problema automáticamente desaparece y ya está. Y no es así. Eso es simple greenwashing. Nosotros no hacemos una limpieza profesional, sino que recogemos residuos o bien con voluntarios o bien realizamos muestreos y tomamos datos de los tipos de residuos que llegan a nuestras costas para luego ir a las administraciones y tratar de influir políticamente para que se promuevan leyes beneficiosas para el medioambiente.
¿Del 0 (supercontaminado) al 10 (limpio como una patena), cuál sería el nivel de contaminación actual del Cantábrico?
-No me atrevería a poner un número porque no tengo tanto conocimiento ni creo que sea la mejor idea hacerlo. Si te digo que le pongo un 6, habrá gente que dirá que no estamos tan mal y a otros les parecerá muy poco. Seguramente, si lo comparas con el Mediterráneo, el Cantábrico está menos contaminado, pero el problema de las basuras es común en todos los sitios. Cuando en una recogida de una hora encuentras 1000 items en una playa hay un problema.
¿Qué tres medidas implementaría mañana mismo para revertir la situación?
-Depende mucho del tipo de residuo. Aunque puede ser polémico, prohibiría fumar en todas las playas y después habría que hacer un seguimiento del cumplimiento de la ley. Con esto evitaríamos que las colillas terminen tiradas en la arena. En segundo lugar, impondría obligaciones legales a todas las empresas que manejan pellets, para que se hagan responsables de los costes derivados de cualquier pérdida de residuos. También hay que seguir trabajando mucho en educación para que las personas puedan depositar correctamente los envases en los contenedores correspondientes. Esta parte de la ecuación es muy importante.
En otoño también se recogen residuos
Tú recoges, yo recojo. “Es muy curioso el contraste que se produce entre las playas aisladas y las urbanas”, comenta Xavier Curto. No es lo mismo La Zurriola, la concurrida playa del barrio de Gros, donde las colillas arrojadas se cuentan por cientos o miles, que la cala Ilurgita, semiescondida en las faldas del monte Ulia, donde Curto participó en una de las recogidas que organizó Surfrider en octubre. Según cuenta, en los arenales más salvajes suele haber menos basura y el tipo de residuo que encuentran es otro: poliestireno, botellas, chatarra… La ONG lleva a cabo cuatro monitorizaciones o recogidas de residuos al año, una cada trimestre, en las mismas playas de Gipuzkoa y Bizkaia “para conocer qué trae la mar en cada estación y comprobar si hay diferencias”. En otoño, octubre es el mes elegido para estas recogidas que siguen los protocolos de la Unión Europea de la comisión OSPAR.
¿El plástico es el enemigo a batir de los océanos?
-Parece que estamos demonizando al plástico y no es así. Para algunas cosas son útiles y cumplen su función. Es un material económico, maleable y que dura mucho. El problema del plástico es que lleva aditivos tóxicos que terminan en el mar. No desaparece, sino que se fragmenta y repercute negativamente en toda la cadena trófica. No es el único problema del océano ni el residuo que más contamina (el vertido de petróleo tiene un impacto más alto), pero sí que es el tipo de material más frecuente con el que nos encontramos.
Hace un año se hablaba de la invasión de miles de toneladas de pellets de plástico en las costas gallegas. ¿En qué quedó todo eso?
-La crisis nos pilló en Galicia y nos sirvió para tejer redes con entidades de allí. Un buque cargado de pellets perdió varios contenedores frente a las costas de Portugal y los sacos de plásticos llegaron a las costas gallegas. Pasaron varias cosas. Las administraciones reaccionaron tarde y no los retiraron al momento. Una vez que los sacos se rompen esos gránulos de plásticos se esparcen por el mar y los residuos siguen en el océano. Además, la empresa no tenía la obligación de declarar lo que había perdido, aunque creo que ayudó económicamente a la recogida de pellets. El movimiento ciudadano en el municipio de Noia fue espectacular. La manera en que se organizaron a través de la asociación ambientalista Noia Limpia fue increíble. El desastre natural al menos sirvió para hacer incidencia política y que el impacto ambiental del transporte marítimo se incluyese en las normativas europeas.
¿De qué manera afectan a nuestros océanos las danas, las sequías y otros fenómenos derivados del cambio climático?
-El cambio climático es un fenómeno muy complejo que afecta a muchos niveles. Las sequías cada vez más pronunciadas y los episodios de lluvias intensas nos perjudican, sobre todo, a nosotros [los humanos]. Aunque la fauna y flora también sufren con las danas, a los océanos les afecta muy especialmente el aumento de la temperatura del agua. Lo vemos con la muerte de los arrecifes de coral, que son claves para el ecosistema, el deshielo, la muerte de algunas especies…
¿Cómo se combaten los bulos climáticos de partidos como VOX?
-En nuestro caso, hablamos basándonos en datos de estudios independientes y en los trabajos que nosotros mismos realizamos sobre el terreno para identificar los residuos. Pero aunque hablemos y presentemos la información de forma objetiva, siempre habrá una parte de la población a la que no podremos convencer. No importa lo que les digamos. También le damos mucha importancia a la sensibilización y educación en las aulas. Con educación de calidad y datos se pueden combatir los bulos climáticos.
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