Con el punto de mira puesto en la cadena de distribución de los alimentos y del resto de los componentes de la cesta de la compra por los altos precios que alcanzan al llegar al consumidor final, el último informe sobre las diferencias entre lo que cobra el agricultor y lo que cuesta llevártelo a casa ha acabado por encrespar aún más los ánimos de los consumidores.

Y es que los precios de los alimentos se han multiplicado hasta por más de nueve en algunos casos al pasar del campo a la mesa durante el pasado mes de febrero en un contexto marcado por el alza de la inflación y por la bajada del IVA de determinados alimentos, según datos del Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD) que mensualmente elabora la organización agraria COAG, Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos. 

En concreto, los ajos multiplicaron por 9,77 su coste desde la cotización en el campo hasta el precio de venta al público en las tiendas, al pasar de cotizar a 0,61 euros por kilogramo en origen para venderse en destino a una media de 5,96 euros por kilo.

Por su parte, los limones costaban en los lineales de las tiendas un 615% más que el precio pagado a los agricultores en el campo, es decir 7,15 veces por encima, al marcar una cotización de 0,33 euros por kilo en origen y venderse en destino a una media de 2,36 euros.

Igualmente, los precios de los plátanos se revalorizaron 6,06 veces del campo a la mesa, pasando de los 0,34 euros en origen hasta los 2,06 euros en el punto de venta al público, mientras que las aceitunas de mesa multiplicaron su precio por 6,18, al pasar de un precio de 0,91 euros por kilo al agricultor a 5,62 euros al consumidor.

La acelga también pasó de los 0,51 euros/kilo al agricultor a 2,85 euros al consumidor y multiplicó su precio por 4,5.

La patata ve multiplicar su precio por 4,6 llegándose a pagar 1,61 euros/kilo mientras que los agricultores han percibido solo 0,35 euros por cada kilo. La lechuga un 4,3 y la zanahoria un 4,1.

Repollo y brócoli triplican su precio del productor al consumidor, mientras que lo duplican alimentos como berenjena, calabacín, coliflor, pimiento verde y fresón.

El aceite es de los pocos productos con poca incidencia en este sentido, con un incremento del precio del 18%.

En general, los productos agrícolas multiplicaron al cierre de agosto su precio por 3,87 desde la cotización en el campo hasta el precio de venta al público en los lineales, mientras que los derivados de la ganadería (pollo, cerdo, conejo o huevos) lo hicieron por 2,87.

En cuanto a los productos ganaderos, según los datos de la COAG, el consumidor pagó en febrero un precio que multiplicó por 2,87 el recibido por el productor.

Las diferencias más llamativas fueron las del cordero cuyo precio en origen fue de 4,02 euros/kilo y el consumidor lo pagó a 16,43 euros/kilo, con un alza del 309%; la de ternera de primera, por la que el ganadero recibió 5,46 euros/kilo y en destino se situó a 19,88 euros, con un alza del 264% ; y la del cerdo, que en origen se situó de media en 1,90 euros/kilo, mientras que el consumidor pagó por este producto 6,41 euros, con una subida del 237%. En cuanto al pollo y al conejo, registraron diferencias entre el productor y el consumidor del 188% y 215%, respectivamente.