Alemania se convertirá desde hoy, cuando se descorche la Eurocopa con un duelo entre la selección anfitriona y Escocia, y hasta el próximo 14 de julio, cuando Berlín celebre la final, en el epicentro del fútbol europeo con veinticuatro combinados en liza debatiéndose por la corona continental. Serán 51 partidos que se desarrollarán en diez ciudades alemanas, que ofrecerán diez estadios para ser escenarios que servirán momentos épicos. La competencia eleva el nivel del espectáculo y esta edición de 2024 promete. Se presenta como un torneo abierto, con diversos candidatos entre los que según los pronósticos destacan Francia, Inglaterra, Alemania y Portugal, elenco al que buscarán sumarse España, que aunque aparece un escalón por debajo acude como vigente campeona de la Liga de Naciones, o Italia, que defiende su condición de campeona.
La selección francesa, subcampeona del mundo batida por Argentina en el Mundial de Catar, se antoja favorita por su regularidad reciente y por gozar de un grupo que reúne alternativas como para plantear diversas propuestas de juego siendo liderado además por Mbappé, que acude con el cartel de mayor estrella de la competición. Si bien, el pasado más cercano juega en su contra. La doble campeona de Europa no alza el título desde el 2000. En su último concurso, cuando llegó como campeona mundial, la decepción fue tremenda al quedar eliminada en el primer cruce contra Suiza. Esa necesidad de resarcirse podrá jugar en contra o servir de estímulo para los de Didier Deschamps.
A un nivel similar aparece Inglaterra, cuyos descartes serían figuras referenciales en cualquier otra selección. La subcampeona también juega contra la historia, ya que en su palmarés únicamente figura el Mundial de 1966 como torneo de máximo prestigio. Gareth Southgate, al igual que Deschamps, cuenta como numerosas variables, un envidiable fondo de armario. Un grupo incluso más poderoso que el presentado en 2021, cuando fueron derrotados por Italia en la final, ya que atesora un mayor grado de madurez. Harry Kane, que nunca ha ganado un título, Bellingham o Foden están llamados a mostrar galones en un grupo espectacular. Tanto en Francia como en Inglaterra, el problema para sus técnicos será acertar a la hora de distribuir tanto talento sobre el terreno de juego. Bendito problema por otra parte.
Alemania confía en conceder valor a su condición de anfitriona para borrar las huellas de los últimos años, un tanto decepcionantes. Julian Nagelsmann posee una interesante mezcla entre veteranos como Kroos, Neuer, Müller o Gündogan y talentosos jóvenes como Musiala o Wirtz, para quienes se presenta una oportunidad de consagración y de devolver a su selección a tiempos pretéritos que acuñaron la mítica frase de Gary Lineker: “El fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre gana Alemania”. El país germano, con tres Eurocopas en su haber, no suma este título desde 1996.
A nadie sorprendería ver a Portugal elevándose en Berlín. Los lusos persiguen su segunda Eurocopa tras la ganada en 2016 y llegan a Alemania con unos registros impecables: el equipo de Roberto Martínez viaja con pleno de victorias en la fase de clasificación, como equipo más goleador y como menos goleado. Al igual que en selecciones como Francia e Inglaterra, cualquier lucha interna de egos sería un problema en el camino hacia la final, porque el grupo cuenta con talento a raudales con integrantes como Bernardo Silva, Bruno Fernandes, Vitinha o un Cristiano Ronaldo que quizá esté subido a su último gran tren internacional. Primar el concepto de colectivo por encima del individualismo será crucial.
No lo tendrá sencillo España, que busca situarse a la altura de los favoritos. Si bien, el plantel de Luis de la Fuente tendrá un importante bautismo de fuego ante Croacia al que seguirán los duelos contra Italia y Albania, que conforman el considerado Grupo de la Muerte. Si bien, para alzar el trofeo de la Liga de Naciones tuvo que dejar en el camino a las dos primeras y eso es una inyección de autoestima. España buscará olvidar su actuación en el último gran torneo, el Mundial de Catar, donde cayó en octavos de final. Para ello el seleccionador ha reunido a varios de los semifinalistas de la anterior Eurocopa con jóvenes que ostentan roles de peso, como Nico Williams o Lamine Yamal.
Italia y Croacia forman parte de un grupo en el que se pueden incluir a Bélgica o Países Bajos, selecciones muy capaces de propiciar cualquier sorpresa. Italia tratará de afianzarse de nuevo entre lo más granado del Viejo Continente tras dos ausencias seguidas en la Copa del Mundo aliviadas en alguna medida por el título de la Eurocopa de 2020 que se celebró en 2021 debido a la pandemia. Croacia buscará exprimir una generación que alcanzó el tercer puesto en el pasado Mundial y acude como subcampeona de la Liga de Naciones bajo el liderazgo de un Modric que agota sus últimos días. Bélgica querrá borrar la sensación de no haber brillado como cabía esperar en los últimos grandes eventos y para ello gozará de un equipo que ofrece diversidad liderado por De Bruyne. Países Bajos, coronada en 1988, no ha alcanzado un rendimiento notable en las últimas cuatro ediciones, además ha sufrido la baja de De Jong, pero tiene el espejo del pasado Mundial, donde alcanzó unos dignos cuartos de final para confiar en una época de cambio. Dinamarca, Suiza, Hungría, Georgia, Escocia, Eslovenia, Albania, Polonia, Austria, Serbia, Ucrania, Eslovaquia, Rumanía, Turquía y República Checa jugarán por captar la atención en calidad de revelaciones de un torneo siempre propenso a las sorpresas que desde hoy ofrecerá una pluralidad interesante para el espectador.