Bélgica, apurando las últimas dosis de potencial futbolístico de una generación dorada que durante muchos años coqueteó con la posibilidad de alcanzar la gloria aunque finalmente nunca acabó de llegar tan lejos como prometía, parte como favorita para alcanzar los octavos de final de la Eurocopa de Alemania dentro de un Grupo E en el que competirá contra tres rivales de perfil más bajo, alejados de los principales focos mediáticos, pero que sin embargo cuentan con la competitividad y los recursos necesarios como para dificultarle la vida. Con la responsabilidad de ejercer de foco de alegría para un país que lleva años atrapado por los horrores de la guerra, la selección ucraniana se abraza a su carácter aguerrido y a un importante puñado de individualidades que este pasado ejercicio han brillado con luz propia en competiciones de primer nivel, entre ellas LaLiga. Por su parte, Eslovaquia no cambiará ni un ápice el guion sobre el que se ha expresado en los últimos tiempos con mayor o menor acierto: apuesta por el bloque y por el orden, estrategias centradas en proteger su portería en la medida de lo posible y salidas al contraataque como arma para intentar hacer daño al rival de turno. Por ultimo, Rumanía es una absoluta incógnita, un combinado que aterriza en Alemania sin haber perdido ningún partido en la fase de clasificación pero que cuenta con antecedentes horribles en las Eurocopas, con una sola victoria en su historia.

UCRANIA

Individualidades para sorprender

A la selección ucraniana no le faltan individualidades interesantes para opositar a llegar a las eliminatorias en esta Eurocopa. Aterriza en Alemania desde la siempre árida repesca, a la que cayó al no poder ganar el último partido de su grupo frente a Italia con un posible penalti en el tiempo de descuento que no fue señalado, pero con el exdelantero Serhiy Rebrov en el banquillo ha sido capaz de ganar seis de sus nueve partidos, con empates contra la propia Italia e Inglaterra. En esta fase de clasificación brilló con luz propia la pareja ofensiva que tanto ha destacado en la sorprendente temporada protagonizada por el Girona: Viktor Tsygankov y Artem Dovbyk. Con el primero más en el papel de generador y el segundo ejerciendo de killer, casi la mitad de los goles llevaron la firma de esta dupla.

Pero no acaban ahí las individualidades a destacar. Andriy Lunin no ha desentonado en absoluto en la siempre complicada portería del Real Madrid hasta que Thibaut Courtois ha recuperado su lugar después de regresar de su lesión; Taras Stepanenko y Oleksandr Zinchenko tienen tablas sobradas para comandar las labores defensivas; mientras que a la hora de analizar el ataque hay que fijarse en el prometedor centrocampista Mihaylo Mudryk, del Chelsea, al que hay que exigirle galones, capacidad de desborde y que de una vez por todas sea capaz de confirmar todo lo bueno que lleva años apuntando, junto con otras piezas como el valencianista Roman Yaremchuk o el veteranísimo Andriy Yarmolenko. Con su techo histórico en grandes competiciones continentales colocado en los cuartos de final, Ucrania intentará exprimir su potencial a pesar de que todo el ecosistema que le envuelve no facilita esta misión.

ESLOVAQUIA

Solidez y apuesta por el contraataque

El eslovaco Peter Pekarik presiona a un jugador rival. DPA vía Europa Press

Eslovaquia disputará en Alemania su tercera Eurocopa consecutiva, con una presencia en los octavos de final como mejor resultado, a pesar de no contar ya en activo con el grueso de jugadores que hicieron que en el segundo lustro de la pasada década su selección tuviera cierta trascendencia en el panorama futbolístico. A las órdenes del técnico italiano Francesco Calzona, su apuesta es clara. El combinado centroeuropeo intenta imponerse como bloque y aplicar la disciplina táctica debido a que su principal premisa radica en la protección a ultranza de su portería. La defensa prima claramente sobre el ataque y sus incursiones ofensivas se fundamentan en el contraataque, buscando llevar la bola arriba lo más rápido posible sin perder el tiempo en combinaciones, explotando por encima de todo la velocidad de sus jugadores de banda.

No son precisamente las invididualidades el punto fuerte de Eslovaquia, pero ello no significa que su combinado no disponga de jugadores destacados o reconocibles en el panorama europeo. En su caso, brillan por encima del resto el defensa central Milan Skriniar, que el pasado curso tuvo un papel secundario en el PSG después de seis ejercicios notables en el Inter, y el centrocampista Stanislav Lobotka, pieza capital en el Nápoles a las órdenes de su seleccionador. Junto a ellos se mantienen veteranos de la anterior generación como Peter Pekarik o Juraj Kucka para componer una escuadra que tratará de vender cara su piel y mantener su presencia en las grandes competiciones internacionales, a la espera de que sus jóvenes valores crezcan y encuentren la siempre necesaria experiencia competitiva. “Damos continuidad a una escuadra que está bien conjuntada y a la que estamos incorporando jugadores jóvenes, porque esto es una apuesta de futuro”, declaró recientemente el seleccionador.

BÉLGICA

Última oportunidad para muchos clásicos

La selección de Bélgica lleva más de diez años figurando en el grupo de grandes aspirantes a la gloria cada vez que arranca una competición internacional. El ojo con Bélgica ha sido habitual en el arranque de las últimas Eurocopas y Mundiales, aunque los resultados, salvo el tercer puesto en Rusia 2018, siempre acabaron siendo decepcionantes, por debajo de lo esperado. El haberse quedado anclado en la fase de grupos en el último Mundial, con numerosas polémicas extradeportivas, fue la gota que acabó colmando el vaso y terminó con el mandato de Roberto Martínez como seleccionador. Ahora, con Domenico Tedesco, su generación dorada afronta la que puede ser su última oportunidad de lograr algo importante, eso sí, sin el ya retirado Eden Hazard –muy decepcionantes sus últimas campañas en el Real Madrid– ni Thibaut Courtois, por desavenencias con su entrenador.

Eso sí, ahí siguen clásicos como Kevin De Bruyne, sobre cuyos hombros volverá a recaer gran parte de la responsabilidad ofensiva del combinado belga, junto a otro veterano curtido ya en infinidad de batallas: el ariete Romelu Lukaku. También son más que reconocibles para el aficionado ilustres veteranos como Yannick Carrasco, Axel Witsel, Youri Tielemans o Jan Vertonghen. Además, Bélgica tiene la capacidad de añadir jóvenes valores a sus esquemas con notable asiduidad. En este campeonato deberían empezar a brillar a nivel de selecciones jugadores como Jeremy Doku, que en el Manchester City ya ha dejado muestras de su capacidad de desequilibrio de cara a la portería rival, o Charles De Ketelaere, centrocampista imaginativo que ya luce galones en el Milan.

A Tedesco no le falta pólvora cuando se trata de analizar las posibilidades ofensivas de su equipo –el sevillista Dodi Lukebakio, el jugador del Arsenal Leandro Trossard, Loic Openda, importante en el Leipzig..., pero debe resolver la incógnita de la portería ante la ausencia en su convocatoria de un jugador como Courtois, considerado por la gran mayoría uno de los mejores guardametas del planeta. Ha convocado a Koen Casteels (Wolfsburgo), Thomas Kaminski (Luton) y Matz Sels (Nottingham Forest), pero no ha confirmado por quién apostara para que figure en el once titular.

RUMANÍA

A por su segundo triunfo en una Eurocopa

Rumanía no guarda precisamente un buen recuerdo de sus presencias en las Eurocopas. Ha participado en cinco y solo ha sido capaz de ganar un encuentro, en la ya lejanísima edición de 2000. Desde entonces, su escasa trascendencia en el panorama internacional no ha hecho más que aumentar, aunque a Alemania llega como primera de su grupo de clasificación, sin haber sufrido ninguna derrota, con seis triunfos y cuatro empates, terminando por delante de Suiza y habiendo encajado apenas cinco goles en diez contiendas. Sin apenas jugadores conocidos en el panorama internacional, la Serie A es la competición a la que más talento exporta una selección que apostará por la seriedad defensiva como forma más eficaz para intentar dar alguna campanada.

Sin embargo, tres de sus principales teóricos referentes militan en LaLiga. El guardameta Horatiu Moldovan llegó el pasado mercado invernal al Atlético de Madrid pero ni siquiera ha llegado a debutar, Ianis Hagi, hijo del mítico Gica, ha pasado bastante desapercibido en su cesión al Alavés procedente del Rangers escocés, y Andrei Ratiu solo ha jugado doce encuentros en las filas del Rayo Vallecano. Así las cosas, las miradas se centrarán probablemente en Radu Dragusin, defensa contratado por 30 millones el pasado mes de enero procedente del Génova. l