Cuando mañana viernes comience a rodar el balón en la Eurocopa de Alemania, veinticuatro selecciones perseguirán la gloria bajo la denominación de equipo. El rendimiento de cada grupo de jugadores será crucial en el devenir de sus selecciones. Sin embargo, todos los combinados dependerán de la aparición de individualidades para alcanzar el éxito. En los cosmos de las selecciones habrá microcosmos personalizados en futbolistas que buscarán ratificar sus condiciones de estrellas, otros que tratarán de alojar sus nombres entre los más rimbombantes del planeta y habrá quienes se presenten ante sus últimas oportunidades de brillar en el universo del fútbol.

El torneo arrancará con una figura que ha eclipsado a las demás en los últimos días: Kylian Mbappé. Su reciente fichaje por el Real Madrid ha aumentado su notoriedad y exigencia. Es, junto a Erling Haaland, el gran heredero del trono dejado por Leo Messi y Cristiano Ronaldo en la cúspide mundial, en la carrera por el Balón de Oro. Ante la ausencia del que parece que será su principal rival en la lucha por las distinciones individuales durante los próximo años, ya que Noruega no entrará en escena en Alemania, el delantero francés está ante una gran oportunidad para desmarcarse en el duelo de mayúsculos.

Para ello, Mbappé contará con un buen número de alfiles. El grupo de Deschamps está plagado de nombres importantes para Francia, una de las grandes favoritas al título además de Inglaterra, Alemania, Portugal y España. Antoine Griezmann, Eduardo Camavinga, Aurélien Tchouameni, Bradley Barcola o Ousmane Dembélé se antojan complementos ideales para alcanzar la gloria liderados por un Mbappé que buscará hacer las delicias de los madridistas tras perder la pasada final del Mundial contra Argentina en una actuación soberbia con hat-trick incluido.

Otra selección plagada de talento es Inglaterra, donde brillan sobremanera Jude Bellingham, Phil Foden y Harry Kane, todos ellos espectaculares esta temporada y que comparten el peso del estrellato con Bukayo Saka, Cole Palmer o Declan Rice para formar un combinado al que todos desearán evitar en el camino hacia la final. Tanto Kane como Mbappé asisten como máximos goleadores de las principales ligas europeas con 44 tantos. La Eurocopa desequilibrará la balanza en la lucha por la Bota de Oro.

Las nuevas hornadas pisan fuerte en Alemania, con Jamal Musiala, Florian Wirtz, Karim Adeyemi o Youssoufa Moukoko como referentes de la regeneración de un equipo que conserva a figuras como Toni Kroos, Ilkay Gündogan, Manuel Neuer, Antonio Rüdiger, Joshua Kimmich o Kai Havertz para intimidar a cualquiera. La vieja guardia estará dotada de calidad y desparpajo. Algo similar sucede en España, donde las nuevas hornadas pisan fuerte. Lamine Yamal, Pedri o Nico Williams son algunos de los llamados a dar un relevo en un grupo en el que la dirección de Rodri Hernández será vital para el devenir de un equipo que acude con el título de la Liga de Naciones bajo el brazo gracias, entre otras cuestiones, al acierto de Unai Simón en la tanda de penaltis.

Portugal es otro de los elencos plagados de jugadores que pueden resultar determinantes. A la sombra de Cristiano Ronaldo, este ya con dosificación de minutos a sus 39 años pero con los mismos 44 goles que Mbappé o Kane esta temporada para buscar su segunda Eurocopa, aparecen figuras que claman por un hueco en la memoria del aficionado como Bernardo Silva, Bruno Fernandes, Vitinha, Rafael Leao o Joao Félix, quien buscará relanzar su carrera, para reunir un plantel que ofrece grandes alternativas.

No sucede lo mismo en otras selecciones, donde el rol de peso pesado es más específico, menos diversificado y más dependiente. Gianluigi Donnarumma, evocando las paradas que llevaron a Italia a conquistar la pasada edición de la Eurocopa, es el rostro destacado de una Italia donde Nicolo Barella figura como su motor y Federico Chiesa, como posible ídolo, al igual que Kevin de Bruyne aparece como imprescindible en Bélgica por encima de Romelu Lukaku. En Croacia este papel reside en Luka Modric, que apura sus últimos días de fútbol persiguiendo dar a su selección un título tras ser subcampeón en los Mundiales de 2018 y 2022 y en la Liga de Naciones de 2023.

En Suiza el iconismo reside en Granit Xhaka, como en Polonia lo hace en Robert Lewandowski, otro tótem que podría vivir su última Eurocopa. En Países Bajos las miradas se centran en Cody Gapko, Xavi Simons o Matthijs de Ligt. Turquía goza de Arda Güler, que pese a que entra en el apartado de promesas junto a al francés Warren Zaïre-Emery o el inglés Kobbie Mainoo, puede alcanzar su consagración. Hungría, a la que se sitúa como posible sorpresa, cuenta con Dominik Szoboszlai y Georgia, con Khvicha Kvaratskhelia. Dinamarca recupera a Christian Eriksen, víctima de un paro cardíaco en la pasada edición, y deposita su esperanza del gol en Ramus Hojlund como Serbia lo hace en Dusan Vlahovic.

Por permanecer inmersos en procesos de recuperación debido a lesiones o por cuestiones técnicas, la Eurocopa también tendrá la ausencia de diferentes estrellas como Maguire, Grealish, Rashford, Sterling, Reece James, Henderson, Alaba, Gavi, De Jong, Courtois, Gnabry, Hummels, Goretzka, Milik, Tonali, Nkunku, Lucas Hernández o Pogba, este último por una suspensión de cuatro años por dar positivo en un control antidopaje. Ellos cederán el testigo a otros que buscarán brillar en el firmamento de la Eurocopa.