Las instituciones vascas que forman parte de la Sede Bilbao reaccionaron con indignación ante la decisión tomada por la UEFA de excluir oficialmente a la capital vizcaina como una de las doce ciudades designadas inicialmente para la celebración entre el 11 de junio y el 11 de julio próximos de la Eurocopa 2020, aplazada el pasado año por la pandemia.

El máximo organismo del fútbol europeo dará a conocer mañana viernes la ciudad sustituta, aunque se da por hecho que será La Cartuja sevillana.

En consecuencia, los organizadores de la sede bilbaina no descartan pedir a la UEFA daños y perjuicios por incumplimiento del contrato firmado, y también a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a quien acusa de ser responsable directa del cambio de planes sabido que a su actual presidente, Luis Rubiales, no le gustaba la Eurocopa en Bilbao.

"No vamos a permitir que se ponga en duda la contrastada y larga experiencia y capacidad de las autoridades vascas para la gestión y organización de eventos de alcance internacional", se recoge en la declaración institucional de Sede Bilbao, que aglutina a tres instituciones, Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia y Gobierno Vasco, quienes recuerdan que no han reparado en esfuerzos en traer a San Mamés el evento futbolístico.

La decisión se toma cuando tan solo falta mes y medio vista de la competición y la UEFA la justifica con un argumento que no estaba reflejado en el contrato: que haya público en los estadios, obviando la pandemia del covid-19 y la complicada batalla para combatirla.

La Sede Bilbao recuerda a la UEFA que fue ella la que decidió en 2020 suspender y aplazar a este año la edición de la Eurocopa, por motivos de salud. "La misma o parecida situación de salud pública en la que nos encontramos en estas fechas. Ese ha sido uno de los condicionantes que hemos considerado deben ser tenidos muy en cuenta a la hora de celebrar en la ciudad eventos que puedan provocar aglomeraciones o posibilidades de contagio de la enfermedad. Así pues, decimos claramente que hemos actuado en todo momento con seriedad y responsabilidad.", dice la nota de respuesta a la UEFA.

El consistorio bilbaino informó el pasado 7 de abril de que los partidos de la Eurocopa en San Mamés podrían ser presenciados en las gradas por unos 14.000 espectadores, el 25 por ciento del aforo, siempre que se cumplieran los "criterios sanitarios" establecidos por el Gobierno vasco para frenar la pandemia de covid-19. Es decir, una incidencia acumulada en 14 días inferior a 40 casos por 100.000 habitantes, cuando Bilbao supera actualmente los 500 casos, y que la inmunidad de la población llegara al 60%. Bajo estos parámetros, a día de hoy no se podría disputar la Eurocopa en la capital vizcaina, pero el 11 de junio, tal vez sí se pueda.

"No hemos encontrado ni una sola razón, ni deportiva, social o económica, y mucho menos relacionada con la salud pública y con el control y las medidas para evitar la propagación del coronavirus, en ninguna de las comunicaciones de la UEFA", lamentan los organizadores vascos, y ante la falta de explicaciones razonadas, más allá de la obligación de meter aficionados en los estadios.

El dinero ya invertido

"No se nos da una explicación convincente. No la hay. La UEFA lo sabe bien y por ese motivo ha intentado todos estos días que evitemos ir a un litigio contra dicha institución". En consecuencia, añade el comunicado, "el contrato que nos une con la UEFA y con la RFEF y la comunicación oficial de la UEFA está ya en manos de los servicios jurídicos de la denominada Sede Billbao para su estudio y valoración. Y para que se evalúe, conjuntamente con la UEFA, o por nuestra parte, el resarcimiento de los importes invertidos hasta la fecha en la organización del evento, que se elevan a más de 1,2 Millones de euros, así como la cuantificación de los daños y perjuicios posibles ocasionados por dicha decisión".

Las instituciones vascas recuerdan además que la UEFA tenía previstas como sedes suplentes a Cardiff (Gales) y Estocolmo (Suecia) cuando se firmó el contrato. Sevilla, que también sufre los efectos de la cuarta ola del covid-19, no figuraba en esta lista, ahora sí y además prometiendo público.

Las claves

Los negocios de Rubiales con la Junta a Andalucía. El presidente de la RFEF firmó un contrato con la Junta de Andalucía para convertir La Cartuja en la sede de las selecciones españolas para los próximos cuatro años, pero resulta que la Eurocopa, el gran evento, ya estaba comprometida con Bilbao. No es muy difícil deducir que Rubiales, a la sazón vicepresidente de la UEFA, tiene muchas ganas de llevársela a Sevilla, como ya ha hecho con la Copa o la pasada Supercopa. A la firma del acuerdo, Rubiales agradeció a la Junta de Andalucía su predisposición y dijo: "Sevilla y Andalucía son la casa de la selección, y es un orgullo estar aquí y que confiéis en nosotros una vez más".

La Junta garantiza al menos un 25% de público en La Cartuja. La Junta de Andalucía garantizó a la UEFA a través de la RFEF la presencia de al menos un 25% de público en La Cartuja (15.000 aficionados de un total de 60.000) con posibilidad de que se aumente a un 50% dependiendo de la evolución de la pandemia del coronavirus en Andalucía. El cambio a otra sede dentro del mismo país si la UEFA rechaza la original, como es el caso de Bilbao, no estaba contemplado en el reglamento, pero se ha convertido en la gran batalla de Rubiales.