liverpool - “Tenemos que jugar como si no hubiera nada antes y como si no hubiera nada después”, afirmó ayer Ernesto Valverde. “Todo es posible, especialmente en Anfield”, advirtió su colega Jürgen Klopp. Liverpool y Barcelona afrontan hoy la vuelta de las semifinales de la Champions con un claro color azulgrana dado el contundente resultado de la ida en el Camp Nou. Un 3-0 que lleva al técnico del Barça a refugiarse en la prudencia y al técnico del Liverpool en soñar con una noche mágica para alcanzar por segundo año consecutivo la final del máximo torneo continental.

“Hemos tenido resultados decentes esta temporada, en los que hemos marcado más de tres goles, y jugar en casa nos ayuda. Todavía existe la creencia de que podemos hacerlo, pero sabemos que será difícil. Aunque todo es posible, especialmente en Anfield”, destacó el entrenador alemán. Klopp también quiso desdramatizar la ausencia de Salah y Firmino, destacando que las bajas ofrecen oportunidades a otros jugadores “que pueden convertirse en héroes”. “Si remontamos, el nombre de los que marquen será recordado para siempre”, dijo.

Klopp, al margen del mensaje de esperanza en la remontada, admitió que su equipo se enfrenta a una situación límite, en la que, de salida, deben buscar únicamente la victoria. “La situación no es la que queríamos tener, pero intentaremos ganar. ¿Cómo lo enfocamos? Trataremos de ganar el partido. Si en un momento dado, tenemos la oportunidad de pasar a la siguiente ronda intentaremos hacerlo. Ha sido una temporada increíble, y deberíamos celebrarlo con una buena actuación en el campo y un buen ambiente en las gradas”. Klopp añadió que “el resultado de Barcelona no nos ayuda mucho, honestamente. Pero haremos todo lo posible por marcar. Tenemos que lidiar con este resultado. Es fútbol y hay esperanza”, resaltó.

Para el técnico alemán, no es comparable la situación que vivió el Barcelona en Roma, cuando la pasada temporada fue eliminado después de viajar con un 3-1 a favor. “Ellos (el Roma) marcaron un gol a domicilio y nosotros no”, resaltó Klopp, que aseguró que una de las claves es controlar la posible ansiedad con la que juegue su equipo.

Ausencias y ambiciones El partido tendrá ausencias importantísimas, más acusadas en el bando británico, ya que Jürgen Kloop no podrá a alinear a tres de los suyos, a los ya apuntados Salah y Firmino, ni con el centrocampista Naby Keita; mientras que el Barça pierde al también lesionado Ousmane Dembélé.

El Barça busca de la mano de Lionel Messi, autor de dos de los tres goles de la ida, su novena final de la Copa de Europa y su sexto título, después de haber saboreado estas mieles por última vez hace cuatro años, cuando ganó su quinto máximo trofeo continental. En aquel curso (2014-15), el Barça lo redondeó con un triplete (Copa, Liga y Liga de Campeones), objetivo que también persigue en éste, tras haber ganado la Liga y ser uno de los finalistas coperos.

El choque de Anfield lo afrontan los azulgrana con la renta cómoda de tres goles, pero con un ligero vértigo por el escenario, un campo que ruge como pocos y que alienta a los suyos hasta la extenuación.

De hecho, la puesta en escena del Liverpool hace una semana en Barcelona dejó bien a las claras que el equipo inglés no va a reservar ni una caloría en el cuerpo y que se dejará el alma, porque es sabedor que posiblemente el Barça acabe adaptándose futbolísticamente a su guión. Ya pasó en el Camp Nou, cuando Ernesto Valverde echó mano de Arturo Vidal para intentar nivelar el músculo en el medio cambio, sacrificando a Arthur Melo, y manteniendo arriba una línea de tres (Coutinho, Suárez y Messi).

Ante la baja de Dembélé, un jugador que podría resultar letal en el juego largo de los culés, existe la duda de si al final Valverde optará para el 4-4-3 o un 4-4-2, y si volverá a repetir el mismo centro del campo.

Klopp se queda sin los 42 goles que han aportado Salah y Firmino y tendrá que recurrir a jugadores de segunda fila como Daniel Sturridge (4 goles esta campaña) y Divock Origi (5 goles).