bILBAO - Dos décadas después de la formación de Alos Quartet, esta curiosa e indefinible formación, de carácter intermitente y a caballo entre las raíces folk y los arreglos clásicos y de cámara, se ha consolidado tras la disolución de Oskorri, banda de la que formaba parte su líder, el violinista Xabier Zeberio. “El cuarteto ha pasado de ser la amante, a la mujer”, indica el tolosarra. Alos Quartet acaba de publicar Lau, disco que presentará oficialmente esta semana en Getxo Folk 2019, con su formación renovada.

Celebran su vigésimo aniversario. ¿Por eso se han dado menos prisa en pasar por el estudio de grabación?

-Tras nuestro anterior disco, Garden (2015), la actividad del cuarteto ha sido muy intensa, con muchos directos. Ha sido una época que ha consolidado la formación en muchos aspectos. No solemos tener especial prisa en publicar, pero hemos creído que era un momento idóneo, coincidiendo con el aniversario.

¿Les sorprende seguir aquí dos décadas después dado su peculiar planteamiento sonoro?

-Desde dentro lo vemos como algo natural, pero es verdad que desde fuera no dejar de ser algo extraordinario. 20 años no se cumplen todos los días, y en este caso estamos en nuestro mejor momento. Siempre hemos tenido claro que somos un proyecto de largo recorrido porque no nos guían ni las modas ni lo instantáneo. Trabajamos con mimo y detalle, y en estos tiempos frenéticos hay un público amplio que lo valora.

¿Han cambiado las cosas después de la disolución de Oskorri? ¿Es ahora Alos Quartet, antes un proyecto intermitente, su principal preocupación artística?

-Es evidente que tras 18 años de casi dedicación exclusiva en Oskorri, las cosas cambiaron tras la disolución. Fue una decisión consensuada, pero dura. Ahora, Alos Quartet tiene un protagonismo mucho mayor en mi vida. Digamos que ha pasado de ser “la amante” a ser “la mujer” (risas). Y se me han abierto horizontes como compositor, creando para proyectos de danza, teatro? Antes eran más difícil de encajar. Y me siento mucho más a gusto componiendo.

Y llegan a 2019 con formación renovada.

-La base de la formación se mantiene. No en vano, Francisco Herrero (violinista) es miembro fundador de Alos y Lorena Núñez (viola) lleva con nosotros 12 años. El principal cambio lo hemos tenido con la incorporación del cellista navarro Ivan Carmona, que sustituye a Pello Ramírez. Es un músico joven pero con gran experiencia.

‘Garden’ tenía un concepto detrás. ¿Es ‘Lau’ más directo?

-Garden tenía un concepto amplio, pero concreto al mismo tiempo: la danza. Lau es estilísticamente una continuación, pero avanza en nuevos caminos sonoros. El sonido y estética ‘Alos’ se mantienen, pero cambian los colores y las atmósferas. Sonamos más maduros y consolidados.

El estilo del grupo no se negocia. Aunque se intente huir de la etiquetas, el poso folk del grupo y su formación clásica acaba por impregnar el resultado final.

-En una formación tan especial, una de las cosas más difíciles es tener claro lo que hacer y transmitir, cuál es tu estilo, trazar una línea propia y coherente, al mismo tiempo. Creo que lo hemos conseguido. Como dices, es un grupo difícilmente clasificable (y eso nos gusta), pero también reconocible.

¿Cómo surgió el disco? Lo grabaron en cuatro días. ¿Hubo mucho trabajo previo?

-El lento trabajo compositivo lo he realizado yo, básicamente. Tenemos la suerte de llevar muchos años tocando juntos y eso se traduce en una compenetración especial. Ensayamos más bien poco. Cada uno sabe cuál es su papel en este engranaje. Los temas se trabajan en grupo y siempre estamos abiertos a aportaciones. Nunca presento composiciones cerradas, hay mucho margen creativo y momentos para la improvisación.

El disco tiene dos temas especiales: ‘Oi Pello Pello’ y ‘Oskorria’.

-Así es. Oskorria surge del desarrollo de un tema que compuse para el disco Ura, de Oskorri. Es un homenaje al grupo con el que he crecido como músico y persona. Un reconocimiento a Natxo, Anton, Bixente y compañía, de los que tanto he aprendido. Y la versión instrumental de Oi Pello Pello la hemos llevado a otro terreno. Es otro guiño a otro de nuestros grandes maestros: Mikel Laboa.

¿Qué espera del disco, que sirva para poder tocar en condiciones?

-Que nuestros seguidores disfruten y poder llegar a más público. El disco siempre es una excusa para una nueva gira y un nuevo camino. Tenemos ya media docena de fechas cerradas en festivales y teatros, y pensamos que al igual que con Garden, la gira nos llevará a a recorrer muchos rincones. El directo es nuestro espacio natural, donde se crea la magia.

Y el estreno oficial es en Getxo Folk. Por la puerta grande ¿no?

-Sin duda va a ser muy especial. He tenido la posibilidad de tocar muchas veces en este gran festival, pero presentar un disco propio es diferente. Estamos muy agradecidos porque es un arranque inmejorable para Lau.