Sonia Encinas, sexóloga: "Se puede mejorar la vida sexual después de la maternidad"

Por suerte, la sexualidad cada día es un tema menos tabú. Sin embargo, se aborda poco la realidad sexual de las parejas una vez que tienen hijos. Es por ello que, a través de su nuevo libro El sexo de las madres, la sexóloga Sonia Encinas pretende desestigmatizar esta cuestión y ayudar a aquellas parejas que se sientan frustradas por la falta de deseo y relaciones sexuales durante la crianza.

¿Qué le llevó a escribir este libro?

Como sexóloga, cuando yo fui madre me llamó la atención que a lo largo de todas mis formaciones y años de estudio, no me había topado nunca con nada que hablase de cómo cambiaba la experiencia sexual cuando nos atravesaba la maternidad. 

¿Cree que el cambio en la manera de vivir la sexualidad en una pareja después de tener un hijo va más allá de todo lo que conlleva la crianza?

Para responder a esto yo tengo en cuenta que lo que tiene que ver con la propia crianza está relacionado con el rol que cumple cada una de las partes. Lo que me doy cuenta es que lo que más influye es cómo, especialmente los hombres, cuando hablamos de parejas heterosexuales, se colocan en el asumir la responsabilidad que les ocupa en esta etapa. 

¿Ve necesario que la pareja se reinvente sexualmente para superar la frustración por la falta de deseo?

Yo creo que lo primero es recuperar la confianza. Si cada uno asume sus responsabilidades, si la pareja se acompaña y el reparto de las tareas está equilibrado, la transformación se va a dar. Si sabemos relacionarnos bien, nuestra sexualidad se va a transformar a lo largo de nuestra vida, no hace falta hacer ningún máster. Pero si se nos dificulta y ya no sabemos cómo hacernos disfrutar, está bien pedir ayuda profesional. 

¿Cuáles son las dudas que más le plantean las parejas?

-La que más tiene que ver con ese cambio de deseo con la llegada de una criatura. Llegan mujeres diciendo literalmente que su sexualidad está muerta y eso no es posible, una no puede no tener sexualidad. Lo que pasa es que se ha transformado y el modo en el que ahora está no encaja con el guión que nos dice que ser sexual lo validan unas prácticas sexuales genitales compartidas. Por otra parte, me gusta diferenciar entre lo que es desear a tu pareja y desear tener prácticas sexuales, porque otra de las dudas más habituales es qué pasa cuando siento que mi pareja no desea esas prácticas como antes. ¿Me quiere menos? ¿Ya no le gusto? La mayoría de las veces no tiene que ver con desear a tu pareja sino con no tener energía disponible para el sexo. También me parece importante destacar que cuando hablamos de sexo no estamos hablando necesariamente de coito. Esto ayudaría mucho a rebajar la exigencia. 

¿Cree que en ocasiones la propia crianza se usa como excusa para evitar el sexo?

-Es cierto que esto ocurre, lo que pasa es que a veces cuesta reconocerlo. Cuando utilizamos los hijos para evitar tener relaciones sexuales, es una información muy relevante, hay que ver qué hay detrás. Muchas veces cuando decimos que no, hay unas consecuencias como que mi pareja se enfada, se aleja... Entonces preferimos poner una excusa a decir que no me apetece. Y esto también nos lleva a ver qué tipo de prácticas y dinámicas se han dado antes en la relación para que esto suceda. 

En este sentido, ¿cree que podría ocurrir al revés, y que el deseo sexual y las ganas aumenten tras la maternidad?

Para mí la maternidad es una oportunidad para transformar nuestra sexualidad a mejor. Mi vida sexual ha mejorado después porque mi experiencia maternal, el vivir todo el proceso corporal que supone un embarazo y un postparto, me ha ampliado el mapa de la conexión con mi cuerpo. A través de él he recibido un montón de información y conexiones que han ampliado mi abanico de placeres. Claramente el hecho de atravesar esa experiencia corporal tan intensa es una oportunidad para encontrarnos con nosotras mismas, para escuchar un cuerpo que quizás ahora necesita cosas diferentes.

Teniendo en cuenta que generalmente la crianza recae sobre las mujeres, ¿cree que por ejemplo en una pareja homosexual formada por mujeres se genera más empatía y consciencia ante la falta de deseo sexual? 

Desde mi experiencia, siendo el mínimo de parejas al que he acompañado, puedo decir que es evidente. En una pareja formada por mujeres también se da un desencuentro en lo sexual. Ocurre muchas veces que una de las partes tiene más ganas y con más frecuencia, y la otra tiene menos ganas y se siente más desconectada de esa intensidad. Pero lo que me parece más importante y revelador es que en ninguna de las parejas de mujeres que he acompañado se genera el nivel de presión que genera un hombre. Tampoco quiero generalizar, pero veo más empatía para entender el proceso y acompañar. Tampoco hay una presión y un reproche constante como ocurre en las parejas heterosexuales. 

¿Por qué el título del libro?

Uno de los objetivos del libro era poder cambiar en el imaginario social de las parejas que atraviesan una etapa de crianza los motivos por los que sucede. Venimos de un relato muy patriarcal que nos dice que es normal porque las mujeres por naturaleza tienen menos deseo. Yo quiero desmontar eso y cambiar el relato. Es una cuestión de que las mujeres en esta sociedad están exhaustas y lógicamente, no les queda energía disponible para el sexo. No es que deseen menos y que tengan menos capacidad para disfrutar, sino que están sobrecargadas.