EL último premio es el que más cuenta", afirma José Antonio Dolara, jefe de relaciones institucionales del Puente Bizkaia. El puente colgante ha recibido un gran número de reconocimientos: en 2003 se hizo con el premio Europa Nostra y en 2006 fue nombrado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. No obstante, Dolara reconoce que "cuesta mucho mantenerse" y asegura que recibir el DEIA Hemendik Turismo Saria "demuestra que esta construcción sigue siendo uno de los referentes turísticos de Bizkaia". La entrega del galardón será en una ceremonia que acogerá el próximo jueves la Kultur Etxea de Gallarta a las 20.00 horas.

El transbordador va camino de superar las 70.000 visitas este año. "En 2006 hubo un importante aumento en el número de visitantes y pasamos de los 20.000 de media de años anteriores, a los 83.000", recuerda Dolara. Los turistas que cruzan la pasarela superior, situada a 45 metros de altura, disfrutan de unas vistas magníficas sobre la ría. "Es cierto que el Guggenheim es el monumento más conocido de Bizkaia, pero el puente es el que más impresiona a los turistas porque está ubicado en un entorno privilegiado. El puente colgante es una parte esencial del vestuario de la ría", dice Dolara.

Con 117 años de vida, el monumento diseñado por Alberto de Palacios y Ferdinand Arnodin, forma parte de la historia de Bizkaia. "Fue el primer transbordador del mundo. Se construyó en 1893 para unir ambas márgenes y, a la vez, dejar paso a los barcos. Había que diseñar un puente alto para que pasasen los barcos grandes pero no se podía construir una carretera de grandes dimensiones porque los accesos eran muy limitados. Por eso se pensó en una plataforma móvil colgada de la parte superior de la estructura", cuenta Dolara, que añade que "el propio Eiffel fue quien examinó los planos para comprobar si la idea era viable. Lo definió como una solución genial para un problema complejo".

El primer transbordador del mundo no sólo destacó por su innovador diseño, sino también por su revolucionario potencial tecnológico. "Los cables, que en su momento fueron una novedad, están fabricados cada uno con 127 hilos trenzados de acero. Al no existir ninguna otra plataforma móvil similar, los ingenieros no tenían una referencia en la que basar la obra", explica Dolara. "Para garantizar la seguridad de los usuarios hicieron los cables muy gordos y muy resistentes, y colocaron varios de refuerzo por si alguno se rompía en los días de mucho viento", dice el responsable.

funcional

Un monumento y un servicio

La funcionalidad del Puente Bizkaia lo convierte en un monumento único. Y es que, además de dejar boquiabiertos a los turistas, también presta un servicio a los vecinos de Portugalete y de Getxo. "Los portugalujos lo tienen más interiorizado porque hace 117 años apenas había casas en la margen derecha y prestaba un servicio más importante a Portugalete, aunque en los últimos años Getxo lo ha hecho muy suyo", asevera Dolara que, en cualquier caso, recuerda que "el nombre oficial es Puente Bizkaia porque no pertenece ni a uno ni a otro municipio, sino a todos los vizcainos".

"En aquella época se cubrían las espaldas y el puente está construido con todas las medidas de seguridad posibles", añade. A pesar de que el último accidente mortal ha sido reciente, "las estadísticas demuestran que éste es un servicio seguro". "En más un siglo han pasado por el transbordador más de 25 millones de vehículos y sólo se han producido dos accidentes mortales", afirma Dolara, quien, a pesar de todo, recuerda que "las obras que se están llevando a cabo actualmente servirán para reforzar la seguridad del puente". En este sentido, está previsto reforzar la estructura y los cables, así como "colocar varios badenes en los dos accesos para obligar a reducir la velocidad de los vehículos".

conservación

Los turistas valoran lo antiguo

Tanto el Ayuntamiento de Getxo como el de Portugalete han contribuido a las obras de renovación de la estructura. Estos trabajos, que incluyen una nueva capa de pintura sobre su armazón, son esenciales para evitar accidentes, pero también para conservar la estructura en perfecto estado. "Los turistas valoran mucho que hayamos sido capaces de mantener intacta una obra del siglo XIX", asegura Dolara.

El valor histórico del puente colgante cautiva a los turistas. El jefe de relaciones institucionales recuerda una visita de varios ingenieros alemanes que "quedaron boquiabiertos al escuchar cómo el puente fue una pieza clave durante una batalla de la Guerra Civil. Daban mucho valor a que una construcción tan antigua prestase una función a los ciudadanos en la actualidad". Además, asegura que "el número de visitantes alemanes se ha multiplicado por cuatro en los últimos desde 2006". El valor histórico y funcional del Puente Bizkaia lo convierten en merecedor del DEIA Hemendik Turismo Saria, un nuevo reconocimiento que demuestra "que sigue siendo uno de los tres símbolos de Bilbao junto al Athletic y la Virgen de Begoña".