La capacidad de previsión del Ayuntamiento de Bilbao a la hora de tomar medidas es la que ha promovido que la capital vizcaina destaque por su apoyo a un modelo turístico planificado y sostenible frente a la turistificación masiva. Un estudio que acaba de publicar la revista científica Sustainability, y que ha sido desarrollado por un equipo de investigación de Deusto Business School, analiza cómo perciben los residentes de Madrid, Barcelona, Bilbao y Sevilla el impacto del turismo en términos de sostenibilidad. La investigación también valida con rigor estadístico, la escala internacional SUS-TAS, una herramienta que mide a través de siete parámetros las actitudes ciudadanas hacia el turismo sostenible.

Según han señalado desde la Universidad de Deusto, partiendo de que las cuatro ciudades coinciden en disfrutar de "excelentes" conexiones y comunicaciones por tren, carretera y avión, así como un "enorme" crecimiento en los últimos años en términos de alojamientos turísticos, el estudio –basado en una encuesta a 660 residentes– concluye que las percepciones varían de forma significativa entre ciudades con distinto grado de madurez turística. "Los resultados muestran que los residentes de Barcelona registran los niveles más altos de percepción de costes sociales del turismo, destacando la masificación, el deterioro del entorno y la pérdida de calidad de vida", señala.

Por su parte, "Bilbao, cuya expansión turística es más reciente, muestra niveles más bajos de percepción de impactos negativos y un apoyo especialmente elevado hacia la planificación a largo plazo y la necesidad de modelos turísticos ordenados, participativos y sostenibles", concreta. A medio camino se sitúan Madrid y Sevilla. En el primero de los casos, aunque la percepción de presión turística es "menor" que en Barcelona, los residentes madrileños sí muestran "preocupación por el incremento reciente de viviendas turísticas, la saturación en zonas céntricas y el impacto sobre los precios de la vivienda". No obstante, la capital mantiene una visión relativamente positiva sobre los beneficios económicos y la diversificación que aporta el turismo.

En el caso de Sevilla, el estudio detecta un "equilibrio" ya que, pese a que los residentes valoran positivamente el papel del turismo en la economía local, "identifican al mismo tiempo la existencia de tensiones crecientes en áreas históricas, especialmente relacionadas con la congestión urbana, la convivencia con visitantes y la pérdida de identidad de algunos barrios tradicionales".

ALGUNAS MEDIDAS DE BILBAO

Las conclusiones del estudio se han dado a conocer apenas unos días después de que el pleno municipal de Bilbao aprobara una moción para medir el impacto del turismo en la convivencia de los ciudadanos. "Anticiparse para no reaccionar tarde", con esta consigna, Kontxi Claver, concejala de Desarrollo Económico, Comercio, Turismo y Empleo, reconocía que es una cuestión para la que no existe una fórmula exacta aplicable a todos los municipios. No obstante, señalaba que la capacidad turística tiende a establecer un tope de diez camas hoteleras por cada 100 habitantes. Durante su intervención, la edil sostuvo además que se trata de una actividad económica clave para la capital vizcaina por su capacidad de tracción en otros sectores.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Bilbao aprobó inicialmente el pasado mes de enero la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para delimitar zonas saturadas de pisos turísticos, lo que conlleva severas restricciones en el Casco Viejo, Bilbao La Vieja, Matiko, Abando, Indautxu y Olabeaga, donde estos alojamientos necesitarán un acceso independiente desde la calle. Hace un año –el 12 de noviembre de 2024–, además, el Consistorio suspendió "cautelarmente" las nuevas licencias a pisos turísticos y habitaciones en “todo el término municipal de Bilbao” para lo que dejó de emitir los informes de conformidad para la implantación de esta actividad económica, un trámite necesario para que posteriormente los propietarios pudieran inscribirse en el REATE (Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Euskadi).

El Ayuntamiento publicó el año pasado una guía de buenas prácticas para las visitas guiadas. Oskar González

Asimismo, en los últimos años, el Consistorio ha tomado otras medidas para atenuar el impacto de la actividad turística. Es el caso de la guía de buenas prácticas para regular el sector las visitas guiadas. Las principales medidas consensuadas consisten en que se establecen unos límites máximos por grupo, de entre 25 y 30 personas, y se invita a que los propios guías proporcionen a sus clientes equipos de audio cerrados. Por el momento, la guía no es de obligado cumplimiento y no contempla la imposición de multas. 

POLÍTICAS ADAPTADAS AL CONTEXTO

El estudio elaborado por la Universidad de Deusto concluye que las personas con mayor nivel educativo valoran de forma más intensa la sostenibilidad ambiental, los beneficios económicos y la importancia de la planificación. Por el contrario, la edad, el tiempo residiendo en la ciudad o la situación laboral apenas influyen en las percepciones.

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El equipo investigador subraya, asimismo, que los resultados refuerzan la necesidad de impulsar políticas turísticas adaptadas al contexto local. En ciudades como Barcelona o Madrid, esto implica abordar la masificación, la convivencia y la regulación de las viviendas turísticas; mientras que en destinos como Bilbao o Sevilla es clave anticiparse a posibles tensiones mediante la planificación estratégica y la participación ciudadana.

En este sentido, los autores del estudio consideran que diseñar destinos sostenibles requiere situar a la ciudadanía en el centro de las decisiones, reforzando la participación comunitaria, la planificación a largo plazo y dotarse de un modelo turístico que priorice el bienestar de los residentes combinado con la competitividad del destino.