"Anticiparse para no reaccionar tarde". Ese es el objetivo de un estudio que va a realizar el Ayuntamiento de Bilbao para analizar el impacto del turismo en el día a día de los ciudadanos. La concejala de Igualdad y Convivencia, Kontxi Claver, ha defendido esta mañana en el pleno municipal la necesidad de medir cómo afecta la llegada de turistas a la ciudad.

Es la respuesta a una enmienda presentada por EH Bildu, que pedía establecer una cifra máxima de capacidad de llegada de visitantes, la denominada carga turística. Una cuestión para la que no existe una fórmula exacta aplicable a todos los municipios, pero que tiende a establecer un tope de diez camas hoteleras por cada 100 habitantes.

Sector clave de la economía

El debate se ha centrado en una cuestión muy concreta: ¿La llegada de turistas ha saturado Bilbao? El Gobierno municipal estima que no y sostiene además que se trata de una actividad económica clave para la capital vizcaina por su capacidad de tracción en otros sectores. La ciudad no está "turistificada" y "no hay masificación".

Según ha indicado Claver, el Consistorio trabaja en esta materia siguiendo la "vía europea de transición para el turismo, que exige un enfoque más completo" que establecer un límite. "Lo que pretendemos hacer indicadores ambientales de movilidad, de convivencia, de vivienda, de servicios públicos, percepción social de uso del espacio público" y establecer las líneas generales de desarrollo del turismo.

"Nuestro compromiso es claro: realizar un estudio de situación turística, riguroso, multidimensional y basado en datos para identificar áreas de mejora, porque no somos autocomplacientes. Entendemos que tenemos cosas que mejorar, anticipar retos antes de que aparezcan y definir medidas prácticas para proteger la calidad de vida de los residentes y reforzar un modelo turístico sostenible equilibrado y compatible con nuestra identidad urbana", ha sostenido.