Para ser víctima de una estafa solo hace falta un dispositivo móvil y confiar más de la cuenta. Cada día miles de mensajes, correos y llamadas se despachan con objetivos fraudulentos de por medio. De hecho, la ciberdelincuencia crece a pasos agigantados sin que las policías locales tengan competencias para poder echar el guante a malhechores que, en muchos casos, residen en otros países. En ese sentido, el Estudio de Percepción de Seguridad y Victimización llevado a cabo por el Ayuntamiento de Bilbao determina que al 59,6% de los sondeados en la ciudad confirman haber sufrido un timo o estafa, siendo el delito más común en grado o en tentativa.
El informe detalla, además, que en la gran mayoría de los casos, ni siquiera hay interacción física con el autor de los hechos criminales, ya que solo un 6,6% confiesan haber sufrido este delito presencialmente. Así, un 31,9% revela haber sido víctima de una estafa a través de una llamada telefónica, en la que es habitual que soliciten información confidencial sobre datos bancarios o datos personales tras suplantar la identidad de una empresa o una persona de confianza. El porcentaje sube hasta el 40,4% entre los que admiten haber sido estafados por internet o mensajes mediante smishing, una técnica que consiste en el envío de un SMS a un usuario simulando ser una entidad legítima con el objetivo de robarle información privada o realizarle un cargo económico.
De hecho, el 63,1% de los que reconocen haber sido víctimas de un timo o estafa ha sido por SMS; seguido por un 45,9% que ha recibido un correo electrónico fraudulento y un 37,8% que ha sido engañado por WhatsApp. Por debajo del 10% quedan aquellos a los que han hackeado las redes sociales o han sido timados en compras on line, por ejemplo. Las principales víctimas de este tipo de delitos son los hombres, un 61,7% frente a un 57,7% de mujeres. Y en cuanto a la horquilla de edad que más víctimas suma está la de 31 a 45 años, con un 67,3%, mientras que los adolescentes de 16 a 19 años, con un 44,7%, y los mayores de 65 años, con un 48,1%, son los menos afectados.
El porcentaje de quienes han sufrido hechos delictivos de forma presencial en Bilbao se reduce muy considerablemente. De esa manera, solo el 9,2% afirma haber sido víctima de un hurto después de que le hayan sustraído pertenencias sin que se dé cuenta. En ese sentido, el mayor objeto de deseo siguen siendo los teléfonos móviles o las tabletas, llegando al 5,4% de los objetos sustraidos, y bastante por delante del 3,1% que suponen los hurtos de carteras, bolsos o mochilas. En ese sentido, son más las mujeres que admiten haber sido víctimas de un hurto, un 5,1%, frente a un 4,7% de los hombres.
Por otro lado, el porcentaje de encuestados que dice haber padecido daños, roturas o destrozos en un local de su propiedad o en su vehículo privado alcanza el 9,8%. Y en lo que respecta al robo con fuerza, tanto en un coche, en un local o en el domicilio particular, esa cifra se reduce a un 2,6%. Se trata de un porcentaje muy similar al 2,7% de bilbainos que dicen haber sufrido un robo con violencia o intimidación; es decir, cuando se sustraen bolsos o cadenas por medio de un tirón o cuando se roba o atraca a punta de navaja.
Además, hay un 3,2% de personas que afirman haber soportado una amenaza o una agresión de naturaleza sexual. En ese sentido, la encuesta elaborada por Ikerfel ha sondeado en profundidad con respecto a la autoría de los agresores, determinando que solo el 0,1% de estos delitos se comenten dentro del ámbito familiar por parte de personas pertenecientes a su familia y que el 3% restante fue perpetrado por personas de fuera del ámbito familiar. Por último, el informe menciona que un 5,7% ha padecido amenazas o agresiones físicas.