En la inmensidad de Estambul los gatos campan a sus anchas, libres, como si fueran un monumento más que observar, pero en movimiento. Se saben animales sagrados, o casi, intocables en cualquier caso. Esa misma sensación que parece acompañar al Athletic a estas alturas de la temporada, en la que camina con paso firme en los dos frentes que tiene abiertos por el momento: en LaLiga se ha asentado en la cuarta posición de la tabla, en zona Champions, y está a solo seis puntos del primero, el Barcelona; mientras que en la Europa League es colíder, empatado a puntos con la Lazio, que tiene mejor gol average y por eso comanda la clasificación, y el Eintracht de Frankfurt, que va tercero. Además de que el equipo ocupa posiciones privilegiadas en ambos campeonatos, su imagen también está siendo muy buena. La tropa de Ernesto Valverde gana casi sin querer, pues no le hace falta desarrollar un juego preciosista para tumbar a sus rivales. Le basta con su enorme eficiencia en el área contraria y un nivel defensivo de muchos kilates. Así se explican las cinco victorias consecutivas que ha enlazado en tan solo quince días y los once encuentros que encadena sin conocer la derrota.

El Athletic está compaginando con nota su andadura liguera con su reestreno continental. Había dudas, lógicas, de cuál sería el comportamiento de la plantilla rojiblanca teniendo que sostener en el tiempo ambas competiciones, pero el resultado está siendo más que positivo. El premio a ese gran trabajo es que si en la cita de esta tarde en la capital turca ante el Fenerbahce (18.30 horas de Estambul, 16.30 horas de Euskal Herria) logra los tres puntos, estará virtualmente clasificado para los octavos de final como uno de los ocho mejores equipos de la liguilla y evitará disputar una ronda extra.

Ganar o empatar colocará al Athletic líder en solitario, toda vez que el resto de la jornada se disputa mañana. Además, sumar un nuevo triunfo, que sería el quinto en seis partidos continentales, podría suponerle abrir una renta de más de un encuentro con los clasificados del octavo puesto hacia abajo. Es decir, verse prácticamente con pie y medio en los octavos de final.

Con Mourinho como referencia

El conjunto rojiblanco se medirá por primera vez en su historia en partido oficial al Fenerbahce, al que ya se enfrentó en un bolo veraniego en Suiza en la pretemporada de 2017. Guiados en el banquillo por José Mourinho, un técnico que vivió años atrás sus mayores logros, entre ellos dos títulos de Liga de Campeones (Oporto en 2004 e Inter Milán en 2010) y que ha salido por la puerta de atrás de sus últimas aventuras al frente de Chelsea, Manchester United, Tottenham y Roma, siendo despedido en todas ellas durante la temporada.

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Tampoco le van mucho mejor las cosas en la actualidad al entrenador portugués y son ya varias las voces que apuntan a que estaría en la cuerda floja. Viene de perder el sábado ante el Besiktas (1-0) en el derbi y, aunque ocupa la segunda posición, el líder, el Galatasaray, le aventaja en seis puntos. En la Europa League, por su parte, marcha en décimo quinta posición con ocho puntos. Lo que en otros equipos y otras ligas serían motivos para no preocuparse, sí lo son en el Fenerbahce y en el resto de grandes conjuntos turcos, donde manda la inmediatez.

Será una incógnita el nivel que pueda ofrecer la tropa de Mourinho –quien, por cierto, le ha ganado al Athletic en los seis partidos que ha disputado ante los bilbainos–, pues se entiende que el nivel de la liga es bastante inferior. El equipo otomano está liderado por futbolistas curtidos en mil batallas, por ilustres como Edin Dzeko o Dusan Tadic, que sobrepasan los 36 años, y algunos otros que tuvieron renombre en el pasado y que buscan una buena jubilación en la liga turca como el brasileño Fred, ex del Manchester United, Filip Kostic, Youssef En-Nesyri o Allan Saint-Maximine. En lo que respecta al Athletic, se espera que Ernesto Valverde siga con su política de rotaciones. La principal novedad apunta a ser la vuelta de Simón a la portería. En defensa podrían formar Gorosabel, Yeray, Paredes y Adama; con Jauregizar y Vesga en el centro del campo; y arriba, Djaló, Unai Gómez, Nico Williams y Guruzeta. Leones en la ciudad de los gatos.