El precio de la vivienda y los alquileres sigue al alza. La crisis de vivienda que afecta a todo el Estado español repercute especialmente en los miles de estudiantes que se desplazan desde otros puntos de Euskal Herria, del Estado o del resto del mundo. El esfuerzo económico que supone estudiar en la universidad y además hacerlo fuera de casa, recae en unas familias que tienen que hacer malabares con las finanzas. "Entre el alquiler del piso y el hecho de vivir fuera, alimentación y gastos básicos para vivir, yo creo que el mínimo estará en torno a 700 u 800 euros al mes", afirma Iraia De La Torre, joven navarra que acaba de finalizar sus estudios de Ciencias Políticas en el campus de Leioa.
"Los pisos que alquilan a los estudiantes son muy viejos y los están alquilando por un precio desproporcionado. Se aprovechan de que eres joven para intentar quedarse con la fianza, ya que saben que no te vas a meter en rollos de juicios y así. Al final tuve que alquilar mi anterior piso a través de una inmobiliaria, que te facilita el proceso pero tiene muchas pegas. Por un lado los honorarios a la inmobiliaria y luego que ante cualquier problema que tengas con el piso, la inmobiliaria se limpia las manos. No tienes contacto con el dueño del piso y al final tú te tienes que buscar la vida y apañártelas sola", relata Iraia sobre su experiencia con los alquileres de piso.
San Ignacio y San Francisco, lo más barato
Los pisos más económicos se encuentran principalmente en los barrios de San Ignacio, a las afueras de Bilbao, y en San Francisco. En el conjunto de Bilbao es muy complicado encontrar una habitación por menos de 300 euros que cumpla unas condiciones mínimas. El precio medio mensual para una habitación se sitúa entre los 400 y 500 euros en pisos de tres o cuatro habitaciones. El alquiler más caro para una estancia en el portal líder del mercado, Idealista, alcanza los 900 euros en un piso de cinco habitaciones en el paseo Campo Volantín.
Lander Asiain, navarro que tuvo que trasladarse a Bizkaia para estudiar Sociología al ser el único lugar donde poder hacerlo en euskera, identifica los mismos problemas. "Fue fácil lograr una vivienda porque conocía a una amiga que estudiaba en Bilbao y necesitaba una persona más para que entrara en su piso. En ese aspecto fue sencillo, pero en el tema económico te exigen la fianza del piso, la gestión de la inmobiliaria y el primer mes. Es bastante esfuerzo para ti y para tus padres", explica Lander.
En verano a turistas
"Mis padres me dan una gran parte de su sueldo para que yo pueda pagar el piso, los gastos, la comida, el transporte hasta la universidad, que no es gratuito pese a que no haya otra manera de llegar… Yo tengo la suerte de que puedan hacer ese esfuerzo para hay otras muchas familias que no", sigue el estudiante de Sociología.
La mayoría de los alquileres que se ofrecen en la villa para estudiantes están disponibles desde septiembre a junio, el curso escolar. Sus dueños aprovechan la vivienda en verano o la alquilan a turistas. Iraia desea seguir en Bilbao trabajando y formándose, pero se encuentra con esta barrera. "Me cuesta mucho más encontrar piso ahora que he acabado la carrera. Lo necesito para todo el año y los dueños solo quieren alquilarlo a estudiantes hasta junio, para en verano ofrecerlo a turistas. Acabas los estudios y si quieres quedarte en la ciudad para trabajar o hacer prácticas cuesta mucho más encontrar hogar. Todavía no hemos logrado un alquiler a largo plazo", cierra Iraia, graduada en Ciencias Políticas.