Continúa el Athletic mimando a su afición. Este domingo volvió a brindarle una actuación muy completa, una más en su afán por reverdecer los laureles de la pasada temporada. Sumó tres puntos que le instalan desahogadamente en plaza Champions en el marco de un duelo de altísimo nivel porque así lo reclamó la resistencia planteada por el Villarreal, que le aguantó el pulso hasta que Iñaki Williams añadió su gol al obtenido por Paredes en la primera mitad. Fue la cuarta victoria consecutiva en el campeonato, con la particularidad de que tres de ellas han llegado a costa de vecinos de la parte alta de la clasificación: Real, Madrid y Villarreal. Definitivamente, está malacostumbrando a su entorno, que empieza a creer que el equipo de Valverde es imparable. Qué otra cosa puede pensar en este preciso momento.

Cuando menos, tal es la impresión que transmiten los rojiblancos en San Mamés. Este domingo, bajo la lluvia, de nuevo se exprimieron con esa convicción que les distingue, aplicada a un estilo que enardece y, a ratos, resulta arrebatador. Ese implicarse sin reservas en la batalla por cada balón, ese jugar siempre hacia adelante revolucionando el ritmo de manera extrema, se está revelando un obstáculo insalvable para los visitantes, también para los más duros de pelar. Así que, lo dicho, el personal está encantado con lo que presencia y los protagonistas son muy conscientes del efecto que producen entre sus seguidores.

El partido hizo honor al rango de los contendientes, deparando un espectáculo de enorme vistosidad que el Athletic rentabilizó mejor. La ventaja mínima con que se llegó al descanso reflejó la portentosa puesta en escena local. Desatado, con un Sancet exhibiendo su singular repertorio para dar la fluidez precisa a las transiciones, y una aplicación máxima de todos en su característica presión alta, firmó una gran primera media hora. Pero el Villarreal, que a ratos lo pasó realmente mal, se fue paulatinamente rehaciendo y terminó asumiendo la iniciativa en el tramo previo al descanso.

La mayor diferencia, aparte del tiempo real de dominio que acumuló el cuadro local, estuvo en el acierto, que no en el número de ocasiones de gol, faceta en la que los de Marcelino anduvieron un punto por encima. El Athletic se adelantó a la salida de un córner, que pilló dormida a la zaga y al portero, que salió a despejar tarde. Entre todos favorecieron que Paredes, a la altura del primer palo, cabecease limpiamente el envío de Berenguer. En ese instante, la superioridad de los rojiblancos era manifiesta. Al Villarreal le costaba ajustar marcas, replicar a tanto dinamismo y verticalidad. Tampoco lograba hilar juego, por lo que casi todo ocurría en terreno visitante. Parejo, el cerebro de los groguets, parecía un peatón en mitad de una autopista. 

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Las notas de Aitor Martínez: Sancet tira de inspiración Aitor Martínez

Esta tónica fue mutando, en parte porque resulta muy complicado sostener un nivel físico tan alto como el que propone el Athletic; además, los de enfrente tampoco son cojos, en algún momento tenían que reaccionar, rebelarse al castigo que estaban padeciendo. Hubo un susto gordo seguido del 1-0, Gueye sacó una volea imparable a saque de falta de Baena e intervino el VAR para anular el tanto: había cuatro hombres en posición ilegal, rematador incluido.

Todavía el Athletic dispuso de un par de aproximaciones, malgastadas por Berenguer e Iñaki Williams, menos nítidas que otro intento de Gueye, de compleja ejecución, que se marchó alto. Era notorio que el Villarreal iba hallando espacios en la telaraña local, merced a los fundamentos técnicos que atesora. Generó varias transiciones muy vistosas y Agirrezabala tuvo que recurrir a su agilidad para repeler un cabezazo picado desde muy cerca por Yeremy. En el lance que antecedió al intermedio, se frustró otro ataque amarillo, con Barry marrando en boca de gol.

Las tornas habían cambiado, el Athletic agradeció el paso por el vestuario, pero pronto comprobó que la mejora del rival no era algo pasajero. Por si acaso, Marcelino activó a Gerard y Ayoze, consumados finalizadores ambos: ya le habían metido el miedo en el cuerpo al Athletic, que cedía metros y tenía problemas para disponer de posesión. Buscaba el empate con decisión el Villarreal, debía aprovechar la inercia adquirida. Comesaña anduvo cerca en un cabezazo limpio, levemente desviado, y el portero tuvo que sacar los puños para abortar otra jugada comprometida en su área.

Trató Valverde de invertir la coyuntura empleando a Nico Williams como estilete. Su aportación práctica fue menor, pero prevaleció su poder intimidatorio. De repente, despertó el Athletic con el enésimo robo, este de Galarreta, que sirvió a Iñaki Williams, que acabó con un tiro al lado donde le esperaba Conde. Se necesitaba más madera para arrebatarle el control al Villarreal: la frescura de Jauregizar y Unai Gómez se dejó sentir.

Pero fue un corte de Paredes, que conectó rápido con Sancet, lo que definitivamente devolvió el gobierno a los rojiblancos. El media punta se libró del vigilante de turno con uno de sus giros y sirvió con exquisita precisión en perpendicular para proyectar la carrera de Iñaki Williams, más veloz que Costa y con el instinto suficiente para cruzar lejos del alcance del portero. El segundo golpe tumbó al Villarreal. Ahí tiró la toalla, entendió que no era el día para discutir la propiedad de los puntos. 

A todo esto, el Athletic perseveró en las disputas, ya sin la obligación de mirar al marcador. No hubo más noticias en las áreas: uno no quería porfiar más en ataque, para qué, y el otro estaba derrengado, sobre todo en la faceta anímica. El único lamento posible se vivió en el añadido, cuando Sancet en un mano a mano con el recién incorporado Junior, por lesión de Conde, no dirigió bien la cuchara, que se perdió a menos de un metro de la portería. El hombre más brillante de la tarde se quedó sin poner la guinda a un nuevo éxito colectivo muy celebrado en las gradas.

ATHLETIC: Agirrezabala; De Marcos, Vivián, Paredes, Yuri; Galarreta (Min. 85, Vesga), Prados (Min. 68, Jauregizar); Iñaki Williams (Min. 85, Nico Serrano), Sancet, Berenguer (Min. 60, Nico Williams); y Guruzeta (Min. 68, Unai Gómez).

VILLARREAL: Diego Conde (Min. 73, Luiz Júnior); Kiko Femenía, Albiol, Costa, Bernat; Yeremy Pino (Min. 75, Denis Suárez), Parejo (Min. 46, Ayoze), Comesaña, Álex Baena; Pape Gueye y Barry (Min. 46, Gerard Moreno; Min. 93; Cabanes).

Goles: 1-0: Min. 14; Paredes. 2-0: Min. 69; Iñaki Williams.

Árbitro: García Verdura (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla a los locales Sancet (Min. 55) y Prados (Min. 67), y al visitante Comesaña (Min. 25).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimosexta jornada de LaLiga EA Sports disputado en San Mamés ante 47.203 espectadores.