A escasos días de que el calendario vuelva a ponerse a cero, la misma pregunta se repite en muchas cuadrillas de Bilbao y alrededores: ¿salir o no salir en Nochevieja? El frío, la incertidumbre sobre dónde acudir, los precios de las entradas y la sensación de que la noche es más corta de lo que promete el reloj se mezclan con una pulsión difícil de contener: la de comenzar el año rodeado de música, amigos y una cierta euforia especial que solo se da una vez cada doce meses.
Entrada libre
No todos, sin embargo, quieren comprometerse con semanas de antelación. Para quienes prefieren decidir sobre la marcha, existen alternativas como el Indians, en Sopela. Pensado para el público de Uribe Kosta, este local con más de 25 años de trayectoria ha optado por no cobrar entrada. “Ofreceremos acceso libre para que cada uno tome lo que desee, y también habrá reservados con botella”, explica su gerente, Javier Iturregi.
"Las fiestas de Nochevieja son algo que nunca se olvida"
Con dos DJs, uno por sala, y estilos que van del reguetón al techno house, el conocido garito ofrecerá bolsas de cotillón y picoteo para animar la velada. “Vemos claramente el relevo generacional”, señalan desde el establecimiento. Muchos de sus antiguos clientes ahora acuden al tardeo o al desayuno, mientras nuevas generaciones pisan fuerte. “Las fiestas de Nochevieja son algo que nunca se olvida, me las siguen recordando muchos clientes”, señalan desde el local sopeloztarra.
Bilbao despide así el año con una oferta plural, que va del gran formato, del cotillón clásico a la experiencia medida. Una ciudad que ya no sale por inercia, pero que sigue encontrando en la música y la noche una forma de comenzar de algo nuevo.