Tal día como ayer, otro 1 de diciembre pero de hace once años, también en la décimo quinta jornada de liga, el Athletic se impuso al Barcelona en San Mamés gracias a un solitario tanto de Iker Muniain en el minuto 70 para asaltar la cuarta posición en liga. Nadie le movería de ahí hasta el final de temporada, lo que llevó al equipo a la Champions League. El retorno de Ernesto Valverde al conjunto rojiblanco no pudo ser mejor, pues a las primeras de cambio, tras una abrupta segunda campaña de Marcelo Bielsa en el banquillo, el equipo necesitaba recuperar la confianza perdida. Lo logró con la normalidad de un técnico que once años después, en su tercera etapa como entrenador del Athletic, y también un 1 de diciembre, condujo al equipo bilbaino a un nuevo triunfo que le sitúa, casualidades de la vida, en la cuarta posición en liga. En Champions. Cierto es que los leones están empatados a puntos con el Villarreal y que los castellonenses tienen un partido pendiente de disputar, pero... ¿por qué no soñar con que se repita lo de la temporada 2013-14?
La empresa no parece sencilla, tampoco debe ser algo que deba quitarle el sueño al Athletic. No a estas alturas del curso, en las que el final se observa muy lejano y en el que toca ir paso a paso, tratando de compaginar de la mejor manera posible su andadura en liga, la Europa League y todo lo que está por llegar en el mes de enero, cuando se estrenará en Copa, competición en la que defiende su trono, y disputará también la Supercopa en Arabia Saudí.
El primer paso para mantenerse arriba en el torneo de la regularidad pasa por mantener el carácter competitivo del equipo. El mismo que ofreció ayer en Vallecas ante un Rayo que se adelantó en el marcador fruto de un error de Aitor Paredes en una entrega a Julen Agirrezabala. No fue un partido especialmente vistoso, ni con infinidad de ocasiones, pero el equipo no le perdió la cara al encuentro y terminó logrando los tres puntos gracias a la inspiración de Oihan Sancet. El navarro salió desde el banquillo para remontar el partido con dos muy buenos goles y erigirse de nuevo en el pichichi rojiblanco del curso gracias a los ocho tantos que suma (siete en liga y uno en Europa).
El Athletic llevó el peso del partido durante muchos minutos, asumió la responsabilidad de coger la pelota y tratar de inquietar al portero rayista. Le faltó la claridad de ideas en ataque de otras citas, Nico Williams fue durante muchos minutos, a pesar de no gozar de su tarde más brillante, quien acaparó casi todos los ataques del equipo, pero como las hormigas, muy poco a poco, fue creyendo en la victoria. Pese a algunas imprecisiones en defensa, donde Paredes no tuvo su mejor tarde, ni de lejos, tampoco el Rayo puso en grandes aprietos a Julen Agirrezabala, quien se mantuvo bajo palos a pesar de la que Unai Simón está ya recuperado.
Sobre ese gen competitivo que ya se ha traducido en la consecución de un buen puñado de puntos en la presente campaña, especialmente en Europa, se cimentó la primera remontada del equipo en liga. Hasta la cita de ayer en Vallecas, lo máximo que había logrado el Athletic era igualar un marcador adverso, como le sucedió frente al Betis y el Valladolid, citas que acabaron con sendos empates a uno. En Europa rescató un punto ante la Roma y contra el Ludogorets firmó una sufrida voltereta en el luminoso para vencer en un partido bastante gris.
Además de conseguir su primera remontada liguera, la cita frente al Rayo sirvió también para que el Athletic lograra vencer por fin tras jugar en Europa. Hasta la fecha sumaba una derrota y tres empates y ya iba siendo hora de ganar. Fue una remontada de Champions.
La cifra
250
Iñigo Lekue disputó ayer, en el encuentro que enfrentó al Athletic con el Rayo, su partido número 250 como león. El lateral, que llevaba dos meses sin ser titular, debutó a las órdenes de Ernesto Valverde en agosto de 2015 y desde entonces suma 192 citas en liga, 29 en Copa, 26 en la Europa League y 3 de Supercopa.