La Audiencia de Bizkaia ha condenado a un hombre a una pena de cárcel de un año y seis meses y al pago de una multa de cuatro meses y 15 días a razón de 12 euros al día por aprovecharse del deterioro cognitivo de su vecina octogenaria para tratar de quedarse con su patrimonio.
En 2021 la mujer fue diagnosticada por un servicio de neurología de "situación de deterioro cognitivo padeciendo episodios psiquiátricos cada vez más continuados, desorientación y episodios paranoides, padeciendo demencia de cuerpos de Lewy con predominio de clínica psicótica". Y según dicta la sentencia, el acusado acompañó a una sucursal bancaria donde la anciana tenia sus depósitos financieros y acciones tras ser conocedor de que esta iba a ingresar en una residencia. Una vez en el banco, el acusado trató de que su vecina pusiera todo a su nombre, siendo el importe era de más de 500.000 euros.
El encausado no logro su propósito porque la directora de la sucursal se negó a hacer tal operación, informándoles que, para poder realizarla, era necesario acudir a un notario y emitir una escritura de donación o de testamento. El hombre llevó también a la octogenaria a un notario para que cambiara el testamento, algo que el tribunal también ha acordado anular, ya que en este caso el acusado sí logró su objetivo y la anciana le había otorgado el testamento a favor del acusado y dos hermanas suyas.
El deterioro cognitivo "era perceptible para cualquiera con una mínima relación"
La Audiencia de Bizkaia considera que ha quedado acreditado que el acusado se aprovechó del deterioro cognitivo de su vecina, algo que era “perceptible para cualquier persona con una mínima relación con ella” y que los informes médicos confirman, para tratar de que la mujer pusiera a su nombre todas sus cuentas bancarias y lograr, ante un notario, que le nombrara a él y a sus dos hermanas herederos.
Los magistrados le condenan como autor de un delito continuado de estafa en grado de tentativa y estiman que concurre el subtipo agravado relativo a que el valor de la defraudación supere los 50.000 euros, ya que la anciana tenía un patrimonio superior al millón de euros.