Han pasado cerca de cuarenta y ocho horas, pero el olor a plástico quemado que emana de los restos del pabellón que se incendió en Lemoa continúa impregnando todo el ambiente de la localidad arratiarra. Sus habitantes están aún conmocionados por lo ocurrido.

En el espacio que ocupa esta mole, aún humeante, se levantaba un edificio que constaba de cuatro niveles más dos entreplantas. Alojaba una empresa de reciclaje de plásticos, un taller de coches y, otrora, un concesionario de Opel. De hecho, el pabellón era comúnmente conocido como ‘la Opel de Lemoa’. Un bloque que se vino abajo por un voraz incendio cuyo origen pudo ser una batería en proceso de carga ubicada en una de las plantas inferiores, según fuentes consultadas por DEIA. Un fuego que aún este jueves, pese a estar bajo control, continúa ardiendo bajo los escombros del pabellón. Según diversas fuentes, la construcción era una multipropiedad dividida entre tres dueños. En su parte superior también había una planta donde residían diez vecinos, los cuales se han quedado sin nada. Según Rubén Presa San Vicente, una de las diez personas que residía en el inmueble, su arrendador había dividido su piso en nueve apartamentos.

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Los bomberos siguen trabajando en Lemoa para que no se reaviven las llamas del incendio Juan Lazkano

Diez vecinos en 9 apartamentos

Sus inquilinos coinciden en que el tamaño de éstos era pequeño. Sea como fuere, Rubén y otras nueve personas se han quedado sin hogar. A lo largo del día de ayer, con arreglo al Ayuntamiento de Lemoa, la alcaldesa de la localidad mantuvo, junto con los servicios sociales de la Mancomunidad, “entrevistas personales” con los afectados para “determinar en qué situación se encuentra cada una de ellos”. Algunos, como Rubén, han podido contar con el respaldo y el aliento de sus seres queridos. Otros, en cambio, no tienen nadie a quien acudir. Y es que la casuística siempre es tan diversa como las personas a las que afecta. “La alcaldesa se ha reunido con nosotros para decirnos que está haciendo todo lo posible para reubicarnos “, afirmaba este jueves Rubén.

“Creo que sí hubiéramos estado allí ahora estaríamos muertos”

Parece que Saioa Elejabarrieta, la regidora del municipio vizcaino, está tratando de lograr “ayudas inmediatas” para todas las personas afectadas por las llamas. “De momento, estamos a la espera”, ha dicho Rubén a su llegada al hostal donde se alojan algunos de los afectados. Él no se encuentra entre ellos.

El vecino de la localidad arratiarra prefirió viajar a Bilbao, donde se encuentran algunos de sus familiares. Este jueves acudió al lugar, fundamentalmente, para asegurarse de que Juan Carlos Sánchez y su pareja Yonela, sus antiguos convecinos, tuvieran un techo en el que resguardarse cuando volviesen de sus vacaciones estivales.

Un incendio destruye el pabellón de la antigua Opel en Lemoa

Un incendio destruye el pabellón de la antigua Opel en Lemoa Oskar M. Bernal

De Benidorm a la nada

“Creo que sí hubiéramos estado allí ahora estaríamos muertos”, sentencia Juan Carlos. “Vivíamos arriba del todo, en la buhardilla, y a las once ya estamos dormidos”, agregó. A esta pareja les llegaron las nuevas malas ayer por la mañana. El hombre descolgó el teléfono desde Benidorm y, gracias a un amigo, se enteró de que a su regreso la casa su casa sería un amasijo de escombros. “Hemos estado ahorrando todo el año para irnos de vacaciones y, ahora, resulta que nos hemos quedado sin nada”, ha añadido. Al inicio de la entrevista parecía haber encajado el golpe con relativa entereza, pero según se le iban formulando las preguntas, su voz se quebraba. “Llevábamos nueve años viviendo allí. Todos los muebles eran nuestros”, ha asegurado. Y es que en lo que ahora no es más que una masa informe Juan Carlos tenía su vida.

“Hemos estado ahorrando todo el año para irnos de vacaciones y, ahora, resulta que nos hemos quedado sin nada”

Habló con cariño de un piso en el que había invertido mucho tiempo, dinero y esfuerzo. “Yo soy muy ‘manitas’ y lo tenía todo precioso”, ha asegurado con orgullo. Hasta el jueves, la pareja permanecerá, por recomendación de los servicios sociales, en el Levante. A su llegada, se quedarán en el hostal Amorrortu. “Y menos mal”, se consolaba Juan Carlos, que ya se veía durmiendo en el sofá de alguna de sus hermanas. “Yo trabajo con maquinaria pesada, y necesito un lugar cómodo en el que descansar”, ha expuesto. “Al menos, tendremos un sitio en el que dormir”, ha lamentado.

Las llamas del devastador incendio de Lemoa se han llevado por delante tanto el pan como el techo de muchos de sus vecinos. La alcaldía trabaja a destajo para proveer de soluciones a diez personas que, en estos momentos, viven prácticamente con lo puesto. En consecuencia, la tensión y la tristeza son palpables en la localidad. Pero no faltan las ganas de salir adelante. “No me queda otra. Saldré de esta porque soy fuerte”, ha asegurado Rubén.

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Incendio en Lemoa Oskar M. Bernal

El Post-it

  • Trabajo institucional. El Ayuntamiento de Lemoa está trabajando codo con codo con los servicios sociales de la Mancomunidad de Arratia. Valoran soluciones personalizadas para los diez vecinos arratiarras que han perdido sus hogares.
  • Clima de tensión. En la localidad arratiarra se respira tensión. Sus vecinos, cortos en palabras, están aún consternados por el voraz incendio. La mayoría se muestran reacios a compartir informaciión y, cuando lo hacen, muchos, no quieren ser citados de ninguna de las maneras.