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Una ruta por los "ojos del diablo" a 30 minutos de Bilbao

Un recorrido exigente pero inolvidable que permite descubrir acantilados, arcos naturales y una de las buitreras marinas más singulares de Europa

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La ruta circular de los Ojos del Diablo se ha consolidado como una de las excursiones más transitadas de la costa de Cantabria. Se trata de un recorrido de unos ocho kilómetros que combina tramos de acantilado con ascensos a zonas de roca caliza y que ofrece vistas directas sobre el mar y el interior del valle de Liendo. Su dificultad es media-alta y está recomendado para senderistas con cierta experiencia, aunque cada vez más visitantes lo eligen como plan de ocio al aire libre por la singularidad de sus paisajes y la cercanía a núcleos urbanos como Castro Urdiales o el propio Bilbao.

El recorrido arranca en el pequeño aparcamiento que se encuentra al final de la carretera de Sonabia, junto a la playa conocida como el arenal de Valdearenas. En lugar de dirigirse directamente hacia la costa, el sendero asciende por la ladera del monte en dirección a Solpico, y más adelante continúa hacia Candina, atravesando valles kársticos que muestran la peculiaridad geológica del macizo. Desde lo alto, las vistas se abren hacia el mar y hacia el interior, ofreciendo al visitante la sensación de estar entre dos mundos.

Subida a los ojos del diablo

El punto álgido del recorrido llega con los famosos Ojos del Diablo, también llamados los Arcos de Llanegro, dos impresionantes ventanas naturales en la roca que enmarcan el mar como si fueran marcos hechos en piedra. Tras disfrutar de este enclave único, el camino desciende por la otra cara de la montaña, regresando al inicio en un tramo pedregoso por el que hay que maximizar la precaución.

La preparación que conlleva

La ruta está catalogada con una dificultad media-alta, debido al ascenso sostenido y a algunos pasos en los que es necesario ayudarse con las manos. Son unos ocho kilómetros de ida y vuelta y un desnivel aproximado de 350 metros, lo que se traduce en un tiempo de entre dos horas y media y tres horas, siempre dependiendo del ritmo y de las condiciones del terreno. La recompensa está en las vistas: desde los arcos se contempla la costa de Laredo, el valle de Liendo y la ría del Asón, e incluso se pueden llegar a ver partes de la costa vizcaina en días despejados.

Zona de buitres

Otro de los atractivos que hacen de este recorrido una joya natural es la única buitrera de acantilado marino en Europa, donde habita una importante colonia de buitres leonados. No es raro que el senderista los vea planear sobre los riscos, reforzando la sensación de estar en un entorno privilegiado donde la naturaleza dicta su propio ritmo. La experiencia se completa con la posibilidad de acercarse después a la playa de Sonabia, una de las más salvajes y apreciadas de Cantabria.

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La ruta de los Ojos del Diablo es una propuesta que pese a exigir un esfuerzo físico notable para algunas personas, su impacto visual y el contacto que permite con una naturaleza única hacen que merezca la pena desplazarse a tan solo media hora de Bilbao. Quien se anime a recorrerla encontrará un desafío y también la oportunidad de descubrir algunos de los paisajes más bellos y menos alterados de la cornisa cantábrica.