Imanol Pradales ha pillado en un fuera de juego absoluto a José María Aznar este martes. El expresidente español había reprochado al lehendakari que hablara en euskera en la conferencia de presidentes autonómicos a pesar de ser "castellano vasco, vasco castellano". Si Aznar pretendía convertir los orígenes de Pradales en un demérito para el lehendakari, el jeltzale le ha aclarado que está "muy orgulloso" de sus apellidos y de sus raíces familiares, y que su aita y su ama abrazaron un nacionalismo vasco que es, precisamente, "inclusivo", al contrario que el "nacionalismo español excluyente" de Aznar. Pero, sobre todo, recurrió a una anécdota familiar de Aznar para pillarlo con el pie cambiado. Aznar admira a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien opina que es de "catetos" llamarse Jon y no Juan por vivir en Euskadi. En este contexto, Pradales recordó al exlíder del PP que su propio abuelo, el abuelo de Aznar, se llamaba Manuel, pero firmaba como Imanol algunos escritos porque en un primer momento hizo suya la causa del nacionalismo vasco. Y el otro Imanol, el lehendakari, fue registrado como Manuel en su nacimiento porque aún pervivía la dictadura franquista y se perseguía el euskera. Al cabo de unos meses, su familia pudo corregirlo y registrarlo con su nombre actual. Este es el mismo periplo que han vivido otros muchos otros vascos a pesar de la caricatura que pretendió dibujar Ayuso por desconocimiento o con intención política.

Pradales tuvo que responder la pregunta sobre Aznar en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. "Yo me siento muy orgulloso de mis apellidos, de mis raíces, y muy orgulloso de representar y defender a Euskadi, un país que hemos construido entre todas y todos independientemente de nuestra procedencia, o de la procedencia de nuestros ancestros. Además, en este país somos miles de personas las que somos bisnietos o nietos o hijas e hijos de personas que vinieron de otras partes del Estado, de Andalucía, de Galicia, Extremadura, Castilla... que vinieron en busca de un proyecto de vida mejor y, afortunadamente, encontraron un país abierto e inclusivo, de acogida. Yo me siento orgulloso de todo eso. Hubo muchas personas que abrazamos la causa del nacionalismo democrático vasco, como yo y mis aitas. Me siento orgulloso de eso, de un nacionalismo inclusivo, abierto, democrático, no de un nacionalismo excluyente, que también lo hemos tenido. Es una lástima que el señor Aznar represente lo peor de un nacionalismo español excluyente", comenzó.

"Es una lástima, porque mis aitas quisieron inscribirme con el nombre de Imanol y no pudieron hacerlo porque nací en plena dictadura franquista, el 21 de abril de 1975. Me tuvieron que inscribir como Manuel. Solo meses después pudieron inscribirme como Imanol. Eso es porque había un dictador que persiguió la lengua vasca. Y la paradoja histórica es que el abuelo de Aznar, que se llamaba Manuel, igual que el mío, firmaba como Imanol muchos de sus escritos porque durante una época militó en el nacionalismo vasco. Así que el señor Aznar compartirá conmigo que a ambos nos denomine catetos, a su abuelo y a mí por ser Imanol", lanzó.

Aniversario del Gobierno

Pradales acababa de celebrar un Consejo de Gobierno especial, en Ajuria Enea, para conmemorar los doce meses desde la primera reunión de su equipo, que se cumplen este miércoles. En ese contexto, aludió a la incertidumbre mundial y defendió que el diálogo sustituya a las armas. En materia de política doméstica, se reafirmó en las primeras palabras que pronunciaba al poner en marcha su Gobierno, que prefiere equivocarse por haberlo intentado, que arrepentirse por no haber dado el paso. Y a sus consejeros les ha pedido "perseverancia" en ese camino, "seguir marcando la iniciativa y seguir sembrando para recoger después, sin titubeos, sin distracciones, estando a lo que interesa a la ciudadanía vasca". Recalcó que no se pueden "dormir" ni distraer con el ruido exterior. Además, les agradeció a todos ellos, de PNV y PSE, el clima de "colaboración", y en una respuesta a la prensa, descartó una "crisis" por el desacuerdo a la hora de blindar el euskera en las ofertas públicas de empleo. En otro momento, había dicho que "los gobiernos no están ni para generar líos ni para generar incertidumbre, sino para generar confianza".