Y José Javier Zabaleta se acerca a la pelota con uno de los mejores encuentros que hay en el campo profesional. No camina. No corre. Su cuerpo levita. Sus pies se apoyan en las punteras y se mecen acompasados, como si bailaran encima de un puñado de esponjosas nubes. Y el mundo se para en apenas un segundo. El público que revienta el Labrit de Iruñea, en su regreso al circuito manista tras las obras para acometer mejoras que han mantenido la cancha virgen desde San Fermín, se congela. Algo pasa. El de Etxarren camina como purasangre: elegante, potente, robusto, veloz. Alcanza la pelota en el ancho.
Y las sinapsis estallan en su mente privilegiada para el deporte, al igual que su cuerpo, fuerza de la naturaleza, ordenador sobre los hombros. Todo se para en una milésima y el tiempo se convierte algo elástico. En un pestañeo certifica una obra de arte efímera. El mundo se paraliza. Mete la mano derecha, su cuerpo ejecuta un pequeño salto y clava una dejada en la punta desde el cuatro y medio que deja a Unai Laso y Aitor Aranguren con la boca abierta. De categoría. Peio Etxeberria aplaude a su compañero. El segundero vuelve a la normalidad y José Javier hace un gesto de celebración. Por fuera: pelos de punta, mandíbulas desencajadas, manos coloradas de aplaudir.
Una dejada de YouTube que bien vale una entrada. Alfa y omega en un chasqueo. Chistera, levita, varita. Triple salto mortal en la marmita de las esencias. Más todavía en la factoría del Campeonato de Parejas, donde no se permiten traspiés y la experimentación se sacrifica en muchas ocasiones por la practicidad. Zabaleta, genio y figura, tiene algo especial. Ni se compra ni se vende.
Un encuentro duro
Era el 12-16 en el luminoso de un encuentro muy duro hasta poco antes, en el que Laso y Aranguren dieron mucha guerra. De hecho, los de Baiko Pilota llegaron a manejar distancias bonitas en la primera decena (5-1, 6-2, 9-4 y 10-5). Contra pronóstico, pues los azules eran favoritos –pasean su oposición a la txapela desde la presentación del Parejas–, iniciaron la contienda enchufados. El zaguero de Aginaga domó a Zabaleta y Peio Etxeberria, errático hasta equilibrarse, se vio superado por un Laso con más voluntad que acierto y físicamente rápido.
Laso-Aranguren 13
P. Etxeberria-Zabaleta 22
Duración: 71:02 minutos de juego.
Saques: 1 de Laso (tanto 4) y 1 de Peio Etxeberria (tanto 7).
Pelotazos: 605 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 3 de Laso, 7 de Peio Etxeberria y 4 de Zabaleta.
Errores: 7 de Laso, 3 de Aranguren, 6 de Peio Etxeberria y 4 de Zabaleta.
Marcador: 0-1, 1-1, 5-1, 5-2, 6-2, 6-4, 9-4, 9-5, 10-5, 10-7, 11-7, 11-11, 12-11, 12-12, 12-20, 13-20 y 13-22.
Apuestas: Se cantaron posturas de salida de doble a sencillo a favor de Peio Etxeberria-Zabaleta.
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la liguilla de cuartos de final del Campeonato de Parejas de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Lleno. En el primer partido, correspondiente al Campeonato Serie B de Parejas, Larrazabal-Eskiroz ganaron a De la Fuente-Bikuña (22-13).
Así, los colorados aprovecharon el tambaleo de los azules. Unai, de hecho, tendió a las cargas de profundidad sobre José Javier, que comenzó sufriendo. Así el encuentro se endureció y las distancias se abrieron del lado de Laso y un muy buen Aranguren.
A raíz del 10-5 cambió la película. Se contabilizaban 346 pelotazos a buena. El guardaespaldas de Aginaga emitió sensaciones de agotamiento –aunque siguió con su versión áspera– ante la erosión provocada por un Zabaleta cada vez más entonado. Unai falló un gancho después de trabajar hasta el cinco y medio (10-6). Un saque al ancho de Peio elevó las acciones azules (10-7). El 11-7 fue el tercer y último yerro del zaguero de Sakana. Contestó con un cortadón desde el seis. Dinamita para la zurda de Laso (11-8).
Empate de Peio-Zabaleta
Empataron los de Aspe, en pleno ascenso. Peio recalibró y encontró más oportunidades. Romo Unai, obligado fuera de su zona de influencia, naufragó. Zabaleta se gustó. Al primer descanso largo se llegó con un fallo de Peio al entrar de volea. Iban 436 pelotazos. 12-11 en 47 minutos.
Y no hubo más emoción. La segunda parte fue azul. Un monólogo. Zabaleta elevó a su compañero. Lo hizo todo bien. Etxeberria enderezó el rumbo, en franca mejoría. Una tacada de nueve tantos –incluida la dejada de Louvre de José Javier– puso el encuentro visto para sentencia. Laso cerró con dos errores claros. Los de Aspe suman su segundo punto del Parejas, mientras que sus rivales aún no conocen el triunfo.