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El kárate es, para muchos, lucha, confrontación y pelea. Pero, para una minoría selecta, es fluidez y memoria, un cúmulo de sensaciones que concluyen en un movimiento certero y agresivo. Un golpe que no siempre tiene como receptor a un oponente con kimono sino que puede perderse en el aire, en la imaginación de quien lo ejecuta, con la certeza de que ha sido bien realizado. En eso consiste el kata, una modalidad de este deporte en la que Urtzi Rodríguez, a sus 16 años, sobresale entre la multitud. Y es que a su corta edad, este barakaldarra se encuentra en Malasia para disputar, del 12 al 16 de octubre, su primer Mundial de kárate en la categoría senior. Todo un logro para quien no tiene edad de conducir.

"El kata es una modalidad poco conocida porque todos conocen el kumite, que es el combate, y técnicamente son movimientos de ataque-defensa definidos ante un enemigo imaginario", explicó Urtzi antes de partir a su destino. De hecho, el propio barakaldarra se inició en las artes marciales practicando el combate directo pero finalmente se alejó de la pelea, motivado por su técnico: "Mi profesor vio que empezaba a destacar en kata y ahí me quedé". Y se trató de una predicción acertada porque, años después, Urtzi ya llegó al Campeonato del Mundo. Para este karateka, ir a la preselección que la Federación Española realizó en Madrid ya era una hazaña, por eso, su sorpresa fue mayúscula cuando vio que su nombre figuraba en la lista de elegidos para Malasia: "No me esperaba que fuera a ir, ya avisaron que el billete al Mundial estaba muy caro y yo me noté un poco flojo así que cuando me seleccionaron, no me lo podía creer", explicó.

Quizá sea porque aún no ha salido de su asombro, pero Urtzi prefiere no contagiarse del optimismo que existe en su entorno: "En la calle la gente me anima pero no se dan cuenta de la magnitud de esto, un Campeonato del Mundo no es nada fácil". Por eso, este barakaldarra acude a la cita con la élite del kárate sin un objetivo concreto: "Ganar está complicado así que prefiero no ir con expectativas muy altas para después no llevarme un chasco". A pesar de tener en su vitrina personal de éxitos cinco campeonatos de España y un bronce en el último Europeo cadete de Serbia, tiene tan asumida la dificultad del evento que incluso se niega a dejar volar la imaginación y hablar de podio. Porque un Mundial es un escalón más en la carrera de este barakaldarra, es un nivel de exigencia que aún desconoce y que prefiere seguir con los pies en el suelo antes de realizar previsiones erróneas. "Es la primera vez que compito en categoría senior y, encima es en un Mundial, ¿cómo voy a ser yo quien gane?", razonó sonriente.

Urtzi no se atreve con pronosticar su futuro en el Mundial, pero sí hace cábalas con sus contrincantes favoritos, aquellos karatekas que, según él, se encuentran en un nivel superior al resto: "Francia tiene buen equipo, el representante de Venezuela quedó primero la edición pasada y querrá repetir, y también hay que tener mucho cuidado con Rusia e Italia", auguró. Sin embargo, el barakaldarra, aunque ve a estos países con muchas opciones a llevarse el título mundial, admite que su principal temor es enfrentarse a Japón: "Como te toque un japonés lo llevas claro, son los mejores", exclamó con admiración.

Pero Urtzi se centra en su trabajo porque sabe que, para pasar al siguiente nivel, hay que dar buena imagen desde el inicio; y el camino hacia la final es largo y tedioso ya que el Mundial consta de seis rondas. En las dos iniciales, los participantes deberán realizar dos katas elegidos por la organización y, una vez superado ese primer corte, será el propio karateka quien decida qué ejercicio realizar. "Yo suelo dejar para la semifinal mi kata más fuerte para pasar a la final y luego, ya allí, que sea lo que Dios quiera", explicó Urtzi. El barakaldarra es consciente de que la clave para obtener el beneplácito de los jueces es la fuerza en la ejecución, por eso se guarda un as en la manga: "En mi programa tengo un kata bastante difícil que el italiano, campeón mundial, también realiza; y lo que haré será darlo todo porque los jueces buscan la agresividad y firmeza", sentenció. Con esta clave, Urtzi ya se encuentra en su cita con Malasia, una prueba donde acude sin expectativas pero con la certeza de que va "a darlo todo".