A vuelta a las aulas tras el periodo navideño dibuja en esta sexta ola, marcada por la alta transmisión del virus y su variante ómicrom, un paso atrás en los protocolos determinados por el departamento de Educación en el retorno a las aulas tras el verano, cuando estaba avanzada la vacunación y la situación epidemiológica dibujaba un retorno más seguro. La evolución pandémica, sin embargo, ha obligado en el actual periodo a adoptar burbujas más estrictas en Euskadi y circunscribir la práctica del deporte escolar a los entrenamientos eliminando las competiciones y aplazándolas hasta la llegada de fases de baja tasa de contagios. El criterio de prudencia que ha guiado las decisiones determinan, por tanto, la actualización del protocolo en manos ya de los centros apoyado por el trabajo del sistema educativo y bajo criterios garantistas, mascarilla, grupos burbuja, distancia interpersonal y una adecuada ventilación, sin olvidar la importancia de la vacunación de la población más joven. Solo así puede garantizarse la presencialidad y la vuelta en las fechas previstas a los centros educativos, una decisión unánime entre todas las comunidades autónomas para intentar mantener la normalidad en los procesos educativos y seguir haciendo de las aulas espacios seguros en este largo ya escenario pandémico. Un derecho, el de la presencialidad, que, es sabido, aumenta la calidad educativa y la socialización del alumnado junto al valor del contacto entre el alumnado y el cuerpo docente convertido en apuesta que ha resultado un éxito desde la vuelta de los alumnos y alumnas a las aulas en septiembre de 2020 y que ahora, además, ve reforzada la inmunización con la tercera dosis en parte del personal docente. Sin embargo, es la propia evolución del virus y no la vacunación la que seguirá determinado las medidas anticovid en los centros y el diseño de los protocolos educativos descartando retrasos en la vuelta, y que se produzca de forma presencial, y no parcial. El regreso a las aulas en un momento delicado como este, que coincide con la transmisión masiva de la nueva cepa y una alta incidencia, ayer en 5.761 contagios por cada 100.000 habitantes en la CAV, debe tener como objetivo la normalidad escolar desde la alianza de las medidas preventivas conjugadas con el derecho a una educación de calidad.